por Vicent Masià
miembro de La Futbolteca
Las fechas
- 14 de octubre de 1909: se constituye en Madrid la Federación Española de Clubs de Foot-ball.
- 29 de noviembre de 1912: se constituye en San Sebastián la Unión Española de Clubs de Foot-ball.
- 17 de febrero de 1913: la Casa Real otorga a la UEdeCF el título de Real, pasando ésta a denominarse oficialmente Real Unión Española de Clubs de Foot-ball.
- 30 de marzo de 1913: la Casa Real otorga a la FEdeCF el título de Real, pasando ésta a denominarse Real Federación Española de Clubs de Foot-ball.
- Mayo de 1913: ambas federaciones solicitan su respectivo ingreso en la Fédération Internationale de Foot-ball Association, FIFA.
- 13 de mayo de 1913: la FIFA comunica a la RFEdeCF que no aceptará su ingreso en el organismo internacional, así como tampoco el de la RUEdeCF a menos que estas dos se fusionen en una sola.
- 30 de julio de 1913: reunidos en San Sebastián los representantes de la RFEdeCF y la RUEdeCF, se acuerda la disolución y extinción de ambas federaciones nacionales para constituir una nueva que nacerá con el título honorífico de Real por decisión consensuada con la Casa Real.
- 1 de septiembre de 1913: se reúne en Madrid una comisión de delegados regionales para constituir la Real Federación Española de Foot-ball.
- 18 de septiembre de 1913: se disuelve en Madrid la RFEdeCF.
- 23 de septiembre de 1913: se presentan en el Gobierno Civil de Madrid los requisitos para que sean aprobados por el Gobernador.
- 29 de septiembre de 1913: se constituye oficialmente en Madrid la Real Federación Española de Foot-ball.
- 5 de febrero de 1914: se disuelve en San Sebastián la RUEdeCF.
Tal y como suele abrir su popular programa noticiero-humorístico un reconocido presentador de televisión, “ya conocen las noticias, ahora les contaremos la verdad”.
Cuando el 29 de septiembre de 1913 los distintos representantes de las distintas federaciones regionales creadas pocas semanas antes constituyeron la flamante Real Federación Española de Foot-ball, pocos eran los que se aventuraban a pronosticar que aquel organismo futbolístico nacional lograse alcanzar algún día los cien años, pero seguro que en el mejor de los escenarios posibles, nadie dudó siquiera un instante que, llegado el caso, dicha efeméride sería celebrada por todo lo alto tal y como sucede con los grandes acontecimientos.
Sin embargo, aquellos hombres bigotudos de forzada pose ante la cámara del fotógrafo, pelo engominado, sombrero sobre la cabeza y cigarrillo en mano, qué equivocados estaban y, de vivir hoy si la ciencia lo hubiese permitido, cuánto pesar tendrían al ver cómo los actuales dirigentes no sólo no han celebrado el centenario de la federación que ellos tan duramente constituyeron en la fecha exacta, sino que, ante la sorpresa e indignación de muchos, se atrevieron hace ya cuatro años atrás a celebrar un reconocimiento no celebrable porque las cuentas fallaban.
En la España actual tenemos el triste mérito -quizás demérito sería el adjetivo más apropiado-, de ser uno de los países con menor nivel matemático y cognitivo de Europa según nos relatan los informes que de vez en cuando los sesudos estudiosos recopilan mediante encuestas y estadísticas, pero lo que quizás ignoremos es que, tal vez, parte de estos trabajos tuvieron como fuente de inspiración la RFEF. Y es que para lo que para muchos es obvio, para la RFEF no lo es tanto. Y así nos va.
Las comparaciones a veces son crueles, y si a un niño de tercero de primaria le planteamos un sencillo problema de cálculo en el cual le formulamos la siguiente pregunta: “si naciste en 1913, dentro de cien años ¿en qué año vivirás?”, con toda probabilidad y, sin hacer grandes alardes, nos responderá que “en 2013”. Esta sencilla cuestión, sin embargo para la RFEF y si la trasladamos a su origen, puede resultar traumática y de difícil respuesta si nos acogemos a lo vivido durante el pasado 2009, porque para la federación que preside Ángel María Villar en el presente, hace cuatro años atrás y desde hace varios lustros, 1913 más 100 no son 2013, sino 2009, una cifra se mire por donde se mire desconcertante. Y más si nos retrotraemos a 1988 cuando, desde la misma federación y con el mismo presidente a la cabeza, se celebró con toda fastuosidad el 75º aniversario del organismo nacido en 1913.
Error o manipulación
Pero, ¿por qué celebrar en 2009 el centenario y no en 2013 como sería lo apropiado? En principio, cuando en 2009 la RFEF anunció una serie de acontecimientos para recordar su cien cumpleaños, algunos creyeron que fue un claro error de cálculo, otros opinaron que habían tomado fallidamente 1909 como fecha constitutiva y no 1913, la fecha real y, algunos menos, como quien escribe estas líneas, opinábamos que de error o presunto equívoco nada, y que la intención era “apropiarse” de cuatro años que, por nacimiento, no le correspondían.
Denunciados en varios medios y descubierto el pastel, la RFEF alegó que el motivo de los festejos de 2009 no era el centenario de la RFEF en sí, sino el de la creación del primer organismo nacional -la RFEdeCF- con vocación de aglutinar de forma asociada todos los clubs constituidos en España, un hito que merecía una atención especial. Pero pese al esfuerzo federativo y los intentos de echar humo para neutralizar la verdad, lo cierto es que los actos de 2009 fueron vendidos en tiempo presente como “Centenario “ de la RFEF y no de la RFEdeCF como predicaron tras la publicación de las primeras advertencias.
Cuatro años después, pese a las reticencias de muchos, las sospechas de entonces se han confirmado y el escudo que lucen en su pecho, junto al corazón, nuestros campeones mundiales de la selección absoluta, sigue mostrando sin el más mínimo rubor una fecha que aparece dividida en dos partes sobre las columnas del emblema nacional, 19 a la izquierda y 09 a la derecha, dos cifras que conforman una que nos suena y mucho, 1909, la de la RFEdeCF.
La no celebración de 2013
Cualquier atisbo de error o equivocación, por si había aún dudas, queda descartado y la fecha constitutiva de la actual federación nacional, la RFEF, ha sido convenientemente manipulada retrotrayéndola a 1909, una fecha que no le pertenece, pese a quien pese, sino a una federación primitiva disuelta en 1913.
Durante el presente año a punto de finalizar, la RFEF no ha realizado movimiento alguno con el fin de enmendar el presunto error de 2009, al contrario, se ha reafirmado en su decisión dejando transcurrir los 365 días sin acordarse de hacer oportuna mención a una referencia que, de haber transcurrido dentro de los cauces habituales, hubiese sido rememorada con una pléyade de acontecimientos a su altura. Lo noticia de 2013 es precisamente que no hay noticia. No ha habido referencia, manifiesto, frase o párrafo que evoque lo acontecido en 1913, como si en aquel lejano año, pasados ya cien, nada fuese digno de comentario.
Con esta actitud emprendida por la RFEF en 2009 y reafirmada en 2013, queda patente cuál es la intencionalidad federativa: borrar del mapa el 29 de septiembre de 1913 y hacer olvidar esta fecha sustituyéndola, artificial y falsamente, por otra que no le incumbe, la del 14 de octubre de 1909. O lo que es lo mismo, a los ojos de la RFEF el organismo que comanda y rige los entresijos del fútbol español no quiere ser de 1913, sino de 1909 para sumar 104 años de una antigüedad que, legalmente según atestiguan los documentos, no tiene.
La modificación de los estatutos
Para muchos aficionados de a pie los Estatutos de la RFEF son un auténtico tema tabú y es que, la verdad sea dicha, las bases por la que se rige el órgano que tutela el fútbol español a pocos les importan. Sin embargo su importancia es vital. Los Estatutos son como la Constitución, una carta magna que tiene la facultad de ser la norma suprema por la que se rige la RFEF, definiendo los límites y las relaciones entre las distintas instituciones que de ella dependen.
Tradicionalmente y, para aquellos que nunca o poco la hayan ojeado, hay que recordar que el artículo 1.1, el primero de todos los que aparecen y por supuesto, uno de los más significativos, desde hace una veintena de años en los que fue aprobada la Ley del Deporte 10/1990, de 15 de octubre, decía lo siguiente:
Artículo 1.1. La Real Federación Española de Fútbol -en lo sucesivo RFEF-, constituida el 29 de septiembre de 1913, es una entidad asociativa privada, si bien de utilidad pública, que se rige por la Ley 10/1990, de 15 de octubre, del Deporte, por el Real Decreto 1835/1991, de 20 de diciembre, sobre Federaciones Deportivas Españolas y Registro de Asociaciones Deportivas, por las restantes disposiciones que conforman la legislación deportiva española vigente, por los presentes Estatutos y su Reglamento General y por las demás normas de orden interno que dicte en el ejercicio de sus competencias.
Este artículo, cuya lectura era inequívoca y muy familiar para los estudiosos, curiosamente ha variado un ápice casi insignificante, todo ello sin apenas hacer ruido, pero con una clara finalidad: eliminar cualquier prueba o resquicio que aclare su fecha constitutiva. Este simple borrón, apenas perceptible, varía sustancialmente el artículo y tras la manipulación a la cual ha sido sometido, da vía libre a la RFEF para determinar la fecha de constitución que le venga en gana. Y si no, veamos cómo quedan por ejemplo los estatutos de 2012:
Artículo 1.1. La Real Federación Española de Fútbol -en lo sucesivo RFEF-, es una entidad asociativa privada, si bien de utilidad pública, que se rige por la Ley 10/1990, de 15 de octubre, del Deporte, por el Real Decreto 1835/1991, de 20 de diciembre, sobre Federaciones Deportivas Españolas y Registro de Asociaciones Deportivas, por las restantes disposiciones que conforman la legislación deportiva española vigente, por los presentes Estatutos y su Reglamento General y por las demás normas de orden interno que dicte en el ejercicio de sus competencias.
¿Dónde está la frase “constituida el 29 de septiembre de 1913”? Evidentemente no está, y no la busquen porque no la van a encontrar en este o en el resto de artículos federativos que dan forma a los Estatutos. La susodicha frase ha sido “convenientemente” censurada, sufriendo el artículo 1.1. un tijeretazo en toda regla para que nadie pueda reclamar en el futuro cualquier reminiscencia a una constitución federativa en 1913.
La credibilidad de la RFEF, en duda
La apuesta de la RFEF por auto-designarse como constituida en 1909 en lugar de 1913 es, sin dudas, contraproducente. Y lo es por varios motivos a pesar de que, a priori, salga aparente beneficiada sumando y reivindicando una antigüedad que, de cara al exterior, representa un peso histórico dentro del concierto futbolístico internacional frente a otros países con menos tradición.
En primer lugar la imagen de la RFEF frente a sus asociados, los que con su esfuerzo y soporte la mantienen, queda en entredicho. No es aceptable ver cómo la llamada federación de federaciones modifica su fecha constitutiva adoptando la de una federación primitiva extinguida en 1913 adueñándose de su historia.
En segundo lugar, el resto de federaciones nacionales, todas ellas conocedoras de nuestras señas de identidad y de la fecha en que nos constituimos, no conciben cómo mentimos en un dato que, a pesar de su aparente intrascendencia, forma parte de nuestro DNI futbolístico.
En tercer lugar, la actuación de la RFEF con este tema encubre un episodio vital de la historia del fútbol en España, un momento que duró apenas un año, pero que se gestó desde mucho tiempo antes y en el que la dirección del deporte rey tomó dos caminos diferentes para, alertados por la FIFA, volver a reencontrarse para regenerarse y purificar gran parte de sus males. Tapar lo acontecido entre 1912 y 1913 como si nada hubiese ocurrido, es como amputar parte de nuestra historia y los aficionados españoles, parte sustancial que mantiene este deporte encumbrado en lo más alto de la cima, no podemos renunciar a lo que la historia nos ha dado, sea negativo o positivo, porque nos pertenece.
Otra consecuencia, no menos importante, es la percepción que tienen sus asociados -los clubs- sobre el organismo que dirige sus vidas. Si la RFEF, un ente que debe dar ejemplo y no manipular su historia conservándola tal como fue, es capaz de tergiversarla a su antojo, con esta iniciativa abre la veda para que cualquier sociedad siga sus pasos adulterando con ello un pasado que, por respeto a las diferentes generaciones de deportistas, directivos y aficionados, debería permanecer inalterable.
La RFEF, quien ya acumulaba poco crédito a la hora de determinar las fechas de constitución de sus asociados, en primer lugar por desconocerlas y en segundo, por ser incompetente en la materia, queda aún más deslegitimada por si es que todavía acumulaba algún resquicio. Como sabemos, y si alguien anda despistado, este es el momento de recalcarlo, las fechas de constitución son un tema sólo atribuible a los clubs. Ellos son los únicos responsables de demostrar su antigüedad y no la RFEF como interesadamente muchos han defendido a capa y espada. Aferrarse a inscripciones federativas del pasado con denominaciones iguales o similares de clubs precedentes para demostrar una supuesta antigüedad no sirve para apenas nada, tan solo para atestiguar que en la federación hubo un club inscrito con un nombre determinado desde una fecha en concreto y que pertenecía a una localidad. Todo lo que sea sobrepasar este límite es pura especulación sin fundamento.
La RFEF queda muy tocada en este sentido, pues como se desprende de todo lo acontecido, un organismo que adultera su fecha de constitución de forma arbitraria y sin justificación, existiendo además documentos que obran en su contra, no puede de ninguna de las formas erigirse en garante ni en voz autorizada que con su aliento respalde las demandas de antigüedad de terceros. Aceptar el papel mediador de la RFEF y concederle una autoridad que no le concierne, visto lo visto sería como designar al lobo para defender la integridad de las ovejas: una insensatez.
© LaFutbolteca.com. Diciembre 2013.