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Historial del Lleida Esportiu Terraferma Club de Fútbol

 

titular Lleida Esportiu TCF

 

Escudo Lleida Esportiu Terraferma C.F.

 

DATOS GENERALES:

  • Nombre completo: Lleida Esportiu Terraferma Club de Futbol
  • Ciudad: Lérida / Lleida
  • Provincia: Lérida / Lleida
  • Comunidad Autónoma: Cataluña / Catalunya
  • Fecha de constitución: 12 de julio de 2011
  • Fecha de federación: 20 de julio de 2011

CAMBIOS DE NOMBRE:

  • Lleida Esportiu Terraferma Club de Futbol (2011- )

TÍTULOS NACIONALES:

  • 0 Ligas de Categoría Nacional

ESTADIO:

  • Nombre: Camp d’Esports
  • Año de inauguración: 1919
  • Cambios de nombre:
  • Camp de Sports (1919-1941)
  • Campo de Deportes / Campo Municipal de Deportes (1941-1980)
  • Camp d’Esports (1980-)
  • Capacidad: 13.500sptadores
estadio Camp dEsports

 

OTROS ESTADIOS:

  • Camp d’Esports (1919- )

TRAYECTORIA EN LIGA:

clasificaciones finales Lleida Esportiu TCF

ESCUDOS DEL LLEIDA ESPORTIU TERRAFERMA CLUB DE FÚTBOL, EVOLUCIÓN HISTÓRICA:

UNIFORMES DEL LLEIDA ESPORTIU TERRAFERMA CLUB DE FÚTBOL. EVOLUCIÓN HISTÓRICA:

ORÍGENES DEL FÚTBOL EN LLEIDA:

Situada en la comarca del Segriá y bañada por el Río Segre, la ciudad de Lleida es la localidad más importante del poniente catalán y de las tierras del interior alejadas del Mediterráneo, la Terra Ferma, siendo desde tiempos remotos un gran núcleo de comunicaciones y más recientemente de servicios que abarca no sólo el ámbito provincial, sino que extiende su influencia hacia tierras limítrofes aragonesas.

Su conexión con el fútbol arranca en 1903 cuando el 14 de septiembre, dentro del programa de las fiestas y feria del ganado de San Miguel, fue concertado en los por entonces descampados del Campo de Marte sitos a pies de la Seu Vella -catedral vieja-, un encuentro de exhibición entre concurrentes desconocidos de los que nunca se supo. Años después, concretamente en 1910, se tienen noticias de la segunda acometida con la llegada a la ciudad del joven navarro Prudencio Manuel Azoz Arizcuren, modesto futbolista formado en el conjunto barcelonés Salut Sport Club quien sentó las bases para su consolidación, resultando en principio extraños sus entrenamientos en solitario junto al Campo de Marte y algo después, una vez divulgados los secretos de este desconocido deporte, muy atractivo tanto para los jóvenes como soldados residentes en el cuartel aledaño los cuales no dudaron en sumarse a sus prácticas.

Paralelamente a estos acontecimientos, otro movimiento deportivo fue gestándose pero ahora desde el ámbito educativo. Instalados en Lleida en 1895, los Hermanos Maristas primeramente se acomodaron en una modesta vivienda en la Plaça de Sant Joan para luego, en 1901, construir el Colegio de Nuestra Señora de Montserrat, espacioso recinto donde se podía proporcionar enseñanza a cientos de niños. La actividad física, en correspondencia a su doctrina, tenía un papel significativo siendo el fútbol una actividad destacada que solía disfrutarse en los llanos de Gardeny. Parte de su alumnado, después de unos años de instrucción y siempre gracias a la labor del profesor de gimnasia Juan Manuel de Salas, en enero de 1913 hicieron sus primeros pinitos balompédicos con la irrupción de dos grupos denominados respectivamente Catalá y Español formados por siete jugadores cada uno que corretearon por el Gardeny, consolidando a las pocas semanas el Montserrat, primer club de la ciudad y simiente para lo que más tarde sería una de las principales canteras tanto de futbolistas como aficionados.

Tal cual iban avanzando los tiempos el balompié fue convirtiéndose a mitad de los años diez en un deporte enormemente popular. En 1914 tuvo lugar la disputa de una copa de plata entre las sociedades barcelonesas Universitario F.C. e Internacional F.C. con motivo de las fiestas patronales de mayo, surgiendo en junio de ese mismo año el Club de Foot-ball Lleida -conocido también como Asociación de Foot-ball de Lérida- con mejores dotes organizativas que los colegiales ejerciendo en un primer momento Manuel Andreu de presidente mientras Carlos Larrosa era vicepresidente, Emilio Pardiñas actuaba como tesorero y José Vera junto a José Llorens eran vocales. Unas semanas después, con la incorporación de nuevos socios hasta alcanzar un total de sesenta, el club cambiaba su órgano interno siendo Mario Sol presidente, M. Armengol vicepresidente, J. Verdú secretario, J. Franco vicesecretario, J. Salvat tesorero y Carlos Larrosa contable, haciendo del terreno habilitado en el llano del Gardeny su feudo.

A partir de 1915 y desde el Ayuntamiento, con motivo de las fiestas de mayo se fue consolidando la disputa anual de un trofeo, surgiendo en esa misma fecha el club de la Associació Cultural Catalanista, partido de carácter conservador vinculado a Unió Catalanista y en 1916 las sociedades Club Colonial, con operarios de la Barcelona Traction, Light & Power, Ltd. participada por el Banco Hispano Colonial y comúnmente reconocidos como La Canadiense que trabajaban en la construcción de embalses y el Athlético Metalúrgico, las tres con actividad en el Campo de Marte.

La presencia de diversas corrientes políticas era muy habitual a principios del siglo XX y el fútbol, como medio captador de jóvenes, fue un vehículo ideal recurrido por varias formaciones. En 1917 varios jugadores del Athlético Metalúrgico no dudaron, en consonancia con algunos miembros del Partido Republicano Radical, en constituir el C.D. Leridano, siendo más sonada si cabe la actuación de Juventud Republicana, partido que levantó en 1918 al norte de la ciudad, en la carretera de Huesca, un importante y modélico Stadium denominado Camp d’Esports, de los más importantes de España por su alcance -costó alrededor de cien mil pesetas-, con campo de fútbol, piscina, sanatorio, velódromo, campo de tiro, pistas para frontón y patinaje, además de un espacio para juegos infantiles. Su principal inquilino, constituido el 9 de noviembre de 1918 y debutante el 1 de enero de 1919 frente al Centre d’Esports Cerverí, 1-3 para los forasteros, con motivo de la inauguración del recinto fue el Joventut F.C., quien vestía camiseta y pantalón azul oscuro.

El fervor que los aficionados ilerdenses y los respectivos de otras localidades de la provincia sentían por el fútbol contribuyeron en 1920 a crear una Delegación de la Federación Catalana cuyo comité asignó dos categorías en función de la valía de los clubs, el Grupo A y el Grupo B, inscribiéndose los clubs locales en dicho organismo. El efecto llamada fue inmediato y nuevos clubs y peñas de amigos vinculados a diversos sectores crearon sus propios equipos, primero de forma aventurera, luego de forma oficial. De este modo en 1922 nacieron el Dependents, organizado por el sindicato catalán de comerciantes que luego en 1923 derivó en club formalizando el F.C. Calaveras del C.A.D.C.I. -Centro Autonomista de Dependientes del Comercio e Industria-, y la Penya Deportiva Salvat, con sede en el bar del mismo nombre en la Plaça de Sant Joan y filiación con la Lliga Regionalista, partido conservador catalanista cuya membresía constituyó el 8 de abril de 1923 el F.C. Lleida, potente sociedad que iba a marcar una época.

La existencia del Camp d’Esports y la radicalización de ideales políticos impulsó al resto de los clubs a construirse, si podían, sus propios feudos. De este modo la directiva del C.D. Leridano adecentó uno en el barrio de Pardinyes, el Campo de la carretera de Corbins, siguiéndole el F.C. Lleida quien, a su vez, erigió el suyo en el otro margen del Río Segre junto al curso fluvial, el Campo de Cap Pont. Las tensiones políticas entre los azules del Joventut F.C. y los blancos con puños y cuello rojos con pantalón azul del F.C. Lleida se manifestaron en varias ocasiones dentro y fuera de los terrenos de juego, llegando en más de una ocasión el Comité provincial a actuar para zanjar tales desavenencias con sanciones económicas.

En la temporada 23/24, dentro del Grupo A ilerdense, aconteció un hecho inusual en el mes de marzo que llegó a oídos de la Federación Catalana y supuso un trágico desenlace para el Joventut F.C. pues, detectada una venta ilegal de entradas por esta sociedad, el máximo organismo regional sancionó al club con una multa y el cierre del Camp d’Esports por un año. Disconformes los azulados con la decisión, estos llevaron a la Federación a los tribunales, advirtiendo los federativos a los dirigentes del club antes de celebrarse el acto de conciliación que, si no retiraban la denuncia, serían expulsados. La directiva republicana, firme con su resolución, no movió ficha por un castigo que estimaban demasiado severo, siendo tras el acto el club expulsado y sus directivos inhabilitados a perpetuidad. Finalmente, dictaminada la sentencia, los republicanos fueron readmitidos pero nunca llegaron a ser los de antes.

En la campaña 24/25 el C.D. Leridano pasó a ser denominado C.D. Julio César y tanto Joventut F.C. como F.C. Lleida empezaron una lenta decadencia producto del profesionalismo marrón que dejó muy tocados a ambos, especialmente a los azules republicanos quienes concentraron toda su energía en una poderosa cantera formada por veinte clubs infantiles mientras los blancos fichaban jugadores forasteros. La penosa situación económica de ambos fue de mal en peor y entre 1926 y 1927 desde la prensa se incentivó la fusión de ambos emprendiendo acto seguido los respectivos directivos unas negociaciones que nunca culminaron en acuerdo. Las diferencias políticas, casi insalvables y excusadas en algo tan banal como la elección de un nombre que fuera del gusto de todos, se impusieron lamentablemente al interés del fútbol ilerdense en general y si en 1927 desapareció el Joventut F.C., un par de años más tarde lo hizo el F.C. Lleida.

Sin embargo la ciudad no se reducía a estos dos clubs; había mucho más poso. Una de las principales fuentes de donde manaban gran cantidad de jugadores era el ámbito educativo. El marista Colegio de Nuestra Señora de Montserrat había sido pionero con la constitución del primer club y, de sus raíces, nació en 1925 la A.E.M. -Asociación de Exalumnos Maristas- que contó en esa fecha con una sociedad denominada Clavé F.C. la cual, al poco tiempo, adoptó en 1927 el definitivo de A.E.M. jugando en el Campo de la carretera de Corbins.

También en el mundo pedagógico otra institución resultó fundamental, el Liceo Escolar, colegio con moderna doctrina fundado en 1906 vinculado a la Joventut Católica que llegó a poseer un gran centro educativo en la Avenida del Blondel, muy próximo a la sede de Joventut Republicana y un terreno para la actividad deportiva en la carretera de Zaragoza, el Campo Escolar, donde un profesor de educación física, Antoni Sabater Mur, enseñó a cientos de alumnos hasta el punto de ser requerido por los republicanos para organizar tomando como base el Camp d’Esports, campeonatos anuales para infantiles. De su labor nacieron el Deportivo F.C. y el Cataluña F.C. que luego se fusionaron en Cataluña Deportivo F.C., el Campos Elíseos F.C., el Mercurio F.C. o el Ardits F.C., todos ellos de grato recuerdo para muchos aficionados de hoy.

A principios de los años treinta el Comité Provincial de Lleida, dependiente de la Federación Catalana, era todo un éxito con la presencia de multitud de afiliados en todas las localidades que en número, significaban el segundo en cuanto a importancia tras Barcelona. El gran inconveniente era, contra pronóstico, la singular ausencia de clubs de la capital del Segriá.

Desaparecido el F.C. Lleida, en 1930 el que fuera secretario de esta sociedad, Joan Solé, constituyó junto a otros aficionados un club polideportivo, el Centre d’Esports Lleida, haciendo uso del Camp d’Esports y teniendo entre sus secciones una dedicada al fútbol que en 1932 terminó dándose de alta en la Federación Catalana para competir en el campeonato provincial. Concluida la temporada 32/33 esta sección necesitaba aire propio para respirar y, tras consensuar su decisión con los directivos del C.d’E. Lleida, se independizó constituyéndose en F.C. Joventut para militar en Segunda Categoría Ordinaria durante la campaña 33/34, torneo tras el cual encontró muchos problemas en el camino desapareciendo al poco tiempo.

En medio de tanta frustración y proyectos repentinamente inacabados, en 1935 pareció recomponerse la situación con la constitución de dos nuevas sociedades que heredaban parte de la historia reciente; de un lado el Lleida Sport Club, presidido por Jaime Pirla, con sede en el bar Salvat y quienes se construyeron un terreno de juego más allá de Cap Pont, el Camp de la Bordeta, vistiendo jersey rojo con pantalón negro y, de otro lado, la Associació Esportiva Lleida, formada por antiguos socios del F.C. Calaveras del C.A.D.C.I. presididos por Julián Mangrané y sede en la barbería Asarta quienes, con el paso de los años, daban pie a una segunda generación de futbolistas jugando íntegramente de negro arrendados en el Camp d’Esports. Ambos clubs se convirtieron en los máximos exponentes del fútbol ilerdense compitiendo conjuntamente en Segunda Categoría Ordinaria durante la sesión 35/36 hasta que en julio de 1936, como sucedió en el resto del estado, estalló la Guerra Civil.

Durante el conflicto armado, posicionada Lleida en el bando fiel a la República, la ciudad fue objetivo de la aviación del bando nacional en varias ocasiones quedando grabado el ataque del 2 de noviembre de 1937 protagonizado por la aviación italiana que dejó varios centenares de fallecidos, entre ellos cerca de cincuenta niños en el Liceo Escolar. Tomada la ciudad por los nacionales el 3 de abril de 1938, Falange Española Tradicionalista y de las J.O.N.S. pasó a ocupar puestos significativos en todos los estamentos convirtiéndose el Camp d’Esports, una vez finalizada la guerra y retirado todo el parque automovilístico que ocupaba las instalaciones, en claro objetivo para sus intereses, sobre todo como centro de actividades deportivas tanto para el equipo del S.E.U. -Sindicato Español Universitario- como para los organismos juveniles dependientes del partido.

La sociedad ilerdense había quedado fragmentada en dos bandos y, desde uno de ellos, promovido por los Hermanos Maristas a través de su asociación de exalumnos donde hay que destacar la labor del Padre Gabriel Castresana con la cesión de las dependencias del Colegio para llevar a cabo las reuniones, se intensificaron en abril de 1939 las negociaciones con antiguos dirigentes de los distintos clubs existentes en 1936 para dotar a la ciudad de una nueva sociedad futbolística que la representara a nivel federado. Los exdirectivos de A.E. Lleida y Lleida S.C., conscientes de que no podían sobrepasar las purgas establecidas por el Consejo Nacional de Deportes, delegaron su confianza en los maristas cediendo parte de sus jugadores en activo mientras los colegiales ponían el Campo de la carretera de Corbins, propiedad del empresario Antonio Torres Panadell, constituyéndose el 22 de abril el Lérida Balompié-A.E.M.

La nueva sociedad quedaba presidida por Sebastián Tápies, propietario de la fonda Las Cuatro Naciones, siendo reflejado en los Estatutos que se trataba de una sección del A.E.M. mientras a continuación prestaba a darse de alta en la Federación Catalana donde le fue asignada una plaza en el Grupo C de Primera Categoría, es decir, el tercer nivel regional. Con camisa celeste y pantalón blanco, los colores representativos de los colegiales, el Lérida Balompié-A.E.M. entrenado por Manuel López estableció su sede en el Bar Triunfo, debutando oficialmente el 5 de noviembre frente al F.C. Borjas Blancas con resultado favorable de 4-1 y no pudiendo al final del torneo completar el ascenso al Grupo B.

En la campaña 40/41 el Grupo C pasó a denominarse Segunda Categoría Preferente, consiguiéndose en esta segunda oportunidad el ascenso al Grupo B tras ser primero en Liga y eliminar a la U.D. Rapitense mediante Promoción con la disputa de una eliminatoria a doble vuelta que quedó empatada recurriéndose a un tercer encuentro en Reus con victoria ilerdense. Durante el desarrollo del campeonato la directiva balompédica transmitió a las autoridades su deseo de jugar en el Camp d’Esports, mejor acondicionado, que venían disfrutando las distintas secciones deportivas de Falange desde poco antes de culminar la guerra pero estas no sólo denegaron tal autorización, sino que gracias a la Ley de Responsabilidades Políticas en 1941 se incautaron de dicho espacio propiedad de Joventut Republicana pasando desde entonces a ser conocido como Campo de Deportes de Falange al ser éste organismo su único beneficiario. Tal decisión política facilitó los planes de Falange y a finales de año quedaba constituida una nueva sociedad que iba a rivalizar con los balompédicos, el Club Deportivo Leridano, presidido por el Delegado Provincial de las OO.JJ. Carlos Cava del Llano acompañado por José María Hernández Palmés como secretario, siendo vocales Pascual Herrero, Julián Mangrané, Alfonso Franco y Ricardo Pujol.

Debutante el 13 de mayo de 1942 en amistoso frente al C.D. Gerona, el C.D. Leridano que vestía camisa verdiblanca con pantalón azul, procedió a darse de alta en la Federación Catalana partiendo desde el Grupo B de Primera Categoría en la temporada 42/43 donde finalizó séptimo, edición durante la cual el Lérida Balompié-A.E.M. militó en el Grupo A siendo quinto tras haber encadenado un segundo ascenso consecutivo una vez concluida la edición 41/42.

Presidido desde 1941 por Juan Porta Miret, antiguo miembro de Joventut Republicana y partícipe en la construcción del Camp d’Esports en 1919, el Lérida Balompié-A.E.M. y el C.D. Leridano entraron a partir de 1942 en una batalla sin cuartel que adquirió una gran tensión política hasta el punto de denunciar las autoridades falangistas a través de la prensa cómo el Campo de Corbins presentaba grandes llenos contando con la presencia del alcalde, incluso del gobernador provincial mientras en el Camp d’Esports sólo acontecían camaradas del partido y algunos militares durante su prestación del servicio obligatorio a la patria.

Prácticamente entre 1941 y 1944 el Camp d’Esports fue de uso casi exclusivo para el C.D. Leridano, quedando reforzado su empleo a partir de enero de 1944 cuando fue concedido a la Prefactura Provincial de F.E.T. y de las J.O.N.S. Esta medida, acompañada por una conveniente y necesaria remodelación poniendo al día las instalaciones, facilitó el crecimiento deportivo de varios organismos ligados al partido único como el S.E.U., el C.D. Ilerda de E. y D., además de convertirse en magnífico escenario para el Lérida Frente de Juventudes, prosiguiendo la vida deportiva de los clubs locales con algunas novedades como la participación del Lérida Balompié-A.E.M. en el campeonato de Tercera División a partir de la edición 43/44 al resultar los celestes invitados por parte de la Federación Española debido al rango capitalino de la ciudad. Noveno en el Grupo IV reservado para clubs catalanes, los rivales verdiblancos fueron terceros en la Zona Sur del Grupo B de Primera Categoría, es decir, dos categorías por debajo, pasando en la temporada 44/45 los celestes a figurar en el Grupo V catalano-valenciano donde fueron novenos mientras los verdiblancos eran quintos.

El 8 de julio de 1945 las autoridades municipales viendo cómo el precario Campo de Corbins se quedaba pequeño ante la gran afluencia de seguidores y el Camp d’Esports tenía más condiciones para todo en general, acordaron por fin acomodar a ambos clubs en la misma instalación a fin de ir mitigando poco a poco tan preocupantes hostilidades y, de paso, reducir y compartir los gastos de su mantenimiento, decisión que no repercutía en la independencia de ambos pero que sí satisfacía la insistente demanda de los balompédicos, acuciados en varios frentes. Ahogados los dos por los desembolsos económicos, los celestes por invertir en jugadores profesionales y los verdiblancos por serles reducidas las ayudas institucionales, en la campaña 45/46 los balompédicos fueron décimos y colistas en el Grupo V teniendo que disputar una Promoción de Descenso ante el aspirante C.F. Igualada donde se impusieron los barceloneses, resultado que les condenaba al descenso. Una posterior reestructuración de la categoría y la presión ejercida desde los despachos por los directivos celestes reclamando una plaza para no jugar en Primera Regional, motivaron que fuesen readmitidos en Tercera División participando durante la edición 46/47 en la categoría recién perdida deportivamente pero no en el Grupo VI catalán como esperaban, sino en un Grupo V integrado por clubs aragoneses a los que se sumaban C.D. Numancia y C.D. Tudelano. Paralelamente el C.D. Leridano, con un buen plantel, había sido segundo en la sesión 45/46, lo que le valió el ascenso al Grupo A de Primera Categoría.

Durante el campeonato 46/47 de Tercera División, iniciado el 8 de septiembre de 1946 y concluido el 5 de enero de 1947, los celestes tuvieron opciones de pasar a la Fase Intermedia al competir en un grupo más asequible que el catalán. No obstante, pese a su buen hacer deportivo, la economía hacía agua por todas partes y era necesario tomar una solución. En cuanto a su compañero de campo y casi enemigo irreconciliable, la situación que atravesaba no andaba mucho mejor; duodécimo y colista durante su debut en el Grupo A de Primera Categoría, el primer nivel regional, con lo cual concluidos los dos torneos, una vez pasado el día de Reyes, las directivas de ambos clubs siguiendo al pie de la letra la imposición institucional, harta de soportar una afición fragmentada en dos, procedieron a emprender reuniones para establecer una definitiva fusión.

Tras varias reuniones previas, el 26 de enero estando presentes las respectivas comitivas y autoridades locales, se tomó el acuerdo de disolver ambas sociedades y crear una nueva titulada Unión Deportiva Lérida donde hubiese cabida para un equipo titular y uno reserva amateur, adoptándose como colores distintivos el celeste para la camisa y el blanco para el pantalón, camisa reserva verdiblanca con pantalón azul cuando la ocasión lo requisiera mientras en el escudo se incorporaban los símbolos y colores de la heráldica local. Durante las semanas siguientes se elaboraron unos Estatutos y fueron cerrando flecos pendientes, llegándose al 9 de marzo donde quedó definida una junta directiva siendo elegido presidente honorario el Gobernador Civil, José Carrera Cejudo, mientras que como presidente efectivo era votado Eduardo Estadella Botha, anterior directivo de los balompédicos. En cuanto a los colores estos serían el celeste para camisa y el blanco para el pantalón, empleándose camisa verdiblanca con pantalón azul en aquellos encuentros donde hubiera necesidad y pasando A.E.M. a un segundo plano tras haber contribuido durante unos años a recuperar el fútbol local.

La U.D. Lérida emprenderá desde la Tercera División un meritorio crecimiento deportivo que le llevará a ascender en primera instancia a Segunda División al término de la temporada 48/49 y en segunda instancia, de forma consecutiva, a Primera División donde se estrena en la campaña 50/51. Su paso por el primer nivel nacional será efímero y regresará a la Segunda División donde permanecerá un total de siete temporadas hasta que en la edición 56/57 descienda a Tercera División. Durante la década de los años sesenta recobrará parte de protagonismo militando nuevamente en Segunda División con un total de tres ediciones, sucumbiendo acto seguido en una dinámica derrotista que le lleva a Regional.

Recuperado tras haber tocado fondo, la década de los años setenta lo contemplará primeramente en Tercera División y finalmente en Segunda División B, nueva categoría creada en 1977 que se convierte en el tercer nivel nacional. En los años ochenta su objetivo preferente será la Segunda División, consiguiendo su anhelo al término de la campa 86/87 para militar un par de ediciones en el segundo nivel. Tras un efímero paso por la Segunda División B, los años noventa servirán para conseguir la transformación de la entidad en S.A.D. cumpliendo con la Administración, hecho que ocurre en 1992 y además para hacer disfrutar a los aficionados ilerdenses de una segunda etapa dorada manteniendo opciones de ascender a Primera División, sueño que se verá cumplido en la temporada 93/94 cuando una nueva generación experimente sensaciones ya olvidadas aunque sin posibilidad de continuidad. Con el nuevo siglo la U.E. Lleida -nombre adoptado en 1978- deambulará en su primera década a caballo entre la Segunda División y la Segunda División B invirtiendo grandes cantidades económicas para mantenerse arriba, gastos que le pasarán factura y tendrán dramáticas consecuencias para su futuro.

En junio de 2010 Tatxo Benet que ha mantenido durante su mandato una gestión convulsa, escandalosa y económicamente ruinosa, vende su paquete accionarial a la empresaria Anabel Junyent quien pasa a ser la máxima accionista. Tras realizar una auditoria salta la alarma y se confirma que se adeudan veintiocho millones de euros, situación que provoca que se solicite en julio el concurso voluntario de acreedores. El Juzgado Mercantil pone tres administradores al mando del club, trabajando estos para evitar la desaparición de la entidad mientras los propietarios presentan un plan de viabilidad tal cual exige la Ley. La U.E. Lleida SAD disputa la temporada 10/11 finalizando en quinto puesto y con opciones durante muchas jornadas de entrar en la Promoción de Ascenso, pero paradójicamente llegados a mayo de 2011, Junyent no presenta el plan de viabilidad requerido. El magistrado Eduard Enrech pone a disposición de los administradores concursales Ángel Miró, Miguel Ángel Alonso y Xavier Carrera la SAD y decreta el 4 de mayo la entrada de esta en liquidación, abriendo un periodo de dos semana para ello.

En junio se procede a la disolución de la SAD y a la subasta de la unidad productiva al mejor postor, es decir, el componente de jugadores, empleados y derechos federativos en Segunda División B, significando la desaparición de la sociedad tras setenta y dos años de existencia y con un palmarés que alcanza dos presencias en Primera División, temporadas 50/51 y 93/94, además de veinticuatro en Segunda División A, diecinueve en Segunda División B, veintidós en Tercera División cuando esta era el tercer nivel y cinco en Regional.

HISTORIA DEL CLUB:

2011 – 2020

Durante los días que transcurren del 16 al 20 de junio se abre el plazo de inscripciones para la subasta partiéndose con una cantidad inicial de sesenta y siete mil trescientos euros como base, presentando Anabel Junyent una oferta de setenta mil euros por la unidad y un millón de euros de aval, mientras el Grup Ciutat de Lleida, representado por Sisco Pujol (presidente del E.F.A.C. Almacelles), presenta una oferta ligeramente inferior con sesenta y ocho mil euros por la unidad y seiscientos mil euros de aval, adjudicando provisionalmente el magistrado el club a Junyent el 23 de junio y dando un plazo hasta el 6 de julio para hacerse efectivo tras quedar las respectivas cantidades ofertadas en consigna. El 30 de junio Anabel Junyent inscribe en la RFEF una nueva sociedad titulada Lleida 1939, SAD como requisito previo, mientras que el otro grupo en discordia hace una reserva de inscripción en favor de la también nueva sociedad Club Lleida Esportiu.

Llegados al decisivo y determinante 6 de julio, los representantes del Grup Ciutat de Lleida hacen efectivo el aval declarado pero su oponente, Anabel Junyent, ante la sorpresa de muchos no consigue reunir el aval prometido por parte de sus teóricos inversores al retirarle su apoyo gran parte de ellos con lo cual, en medio de una situación muy comprometida, acude al Juzgado de lo Mercantil con tan solo trescientos cuarenta mil euros suscritos a título personal en lugar del club inscrito, el Lleida 1939, SAD. Vistos los hechos el magistrado no tiene más salida que dejar sin efecto la subasta, adjudicando la unidad productiva a Pujol a quien se le da un día de plazo para hacer efectiva la cantidad comprometida, con lo cual Junyent pierde los setenta mil euros de la oferta consignados que pasan a formar parte de la unidad productiva. El 11 de julio Sisco Pujol presenta en el Juzgado de lo Mercantil los seiscientos mil euros de aval (doscientos mil euros anuales renovables por tres años) y la documentación necesaria para hacerse con la unidad productiva, quedando definitivamente cerrado todo el trámite burocrático el día siguiente, 12 de julio, con la aprobación del magistrado Eduard Enrech.

Tras tan intenso proceso nace una nueva sociedad heredera de la ya desparecida U.E. Lleida, SAD, conservando los colores que empleara su antecesor, azul para la camiseta y blanco para el pantalón y disfrutando de las ayudas consistoriales además del uso del Camp d’Esports. La nueva entidad, pese a constar inicialmente en la RFEF como Club Lleida Esportiu, queda inscrita en el Registro de Sociedades Deportivas de la Generalitat de Catalunya como Lleida Esportiu Terraferma Club de Futbol, firmándose acto seguido un convenio de colaboración con el Ayuntamiento de Lleida para la promoción del fútbol base y escuela de fútbol en la ciudad, pasando tanto las categorías de fútbol base como sus secciones de fútbol femenino a estar inscritas en la Federación Catalana bajo esta denominación.

Paralelamente al desarrollo de todos estos acontecimientos, el club ilerdense presenta de inmediato una diligencia judicial para que se le garantice una plaza en la categoría de bronce, vital para su futuro más inmediato, negociándose con la RFEF una admisión que, pese a las dudas y reticencias federativas iniciales, queda solventada el 20 de julio con el alta de la sociedad y su inscripción en el Grupo III de Segunda División B. En el aspecto social también hay cambios y si inicialmente Sisco Pujol era el hombre fuerte del proyecto ilerdense, al no conseguir el cincuenta y uno por cien de poder en la junta directiva, éste presenta su dimisión irrevocable el 14 de julio, quedando Albert Esteve como presidente en funciones del nuevo club hasta que se elija una nueva junta que, en fechas posteriores, confirmará su cargo.

En cuanto al aspecto deportivo, los dirigentes trabajan sin cesar para confeccionar una plantilla que garantice su viabilidad dentro de la categoría, confiando la dirección técnica a Emili Vicente quien, deprisa y corriendo, reúne un grupo de jugadores a los cuales, progresivamente, se incorporarán algunos más. Ya dentro del torneo, el papel en su temporada de debut 11/12 dentro del Grupo III donde compiten clubs catalanes, valencianos y baleares es muy digno alcanzando el séptimo puesto, tomando el relevo durante la campaña 12/13 el preparador Toni Seligrat con quien se pasa al Grupo II donde compiten vascos, riojanos, cántabros, navarros y aragoneses. El cambio de grupo les viene estupendamente y conquistan el cuarto puesto, plaza que les permite disputar su primera Promoción de Ascenso. En esta Fase consiguen en Cuartos de Final eliminar al C.D. Leganés; 2-1 en casa y empate 1-1 en la localidad madrileña, cortándose su trayectoria en Semifinales cuando son superados por el Real Jaén C.F.; 1-1 en casa y 1-1 en la capital andaluza cayendo desde el lanzamiento de penaltis tras prórroga.

En la edición 13/14 se regresa al Grupo III repitiendo Seligrat en el banquillo con gran éxito pues, en un complicado entorno deportivo, se logra ser tercero tras U.E. Llagostera y C.d’E. L’Hospitalet. Dentro de la Promoción se superan los Cuartos de Final ante el C.D. Toledo; 1-1 en la capital castellano-manchega y 2-1 en casa, cediendo frente al C.D. Leganés en Semifinales; 0-0 en casa y derrota por 1-0 en la vuelta. En la sesión 14/15 Imanol Idiakez accede al banquillo pero no se consigue terminar dentro de las primeras cuatro plazas al ser quinto, siendo sustituido en la temporada 15/16 por el técnico Gustavo Siviero con quien se finaliza cuarto en Liga a seis puntos del líder C.F. Reus Deportiu. Clasificado para disputar la Promoción de Ascenso, en esta Fase se supera en Cuartos de Final al Barakaldo C.F.; 1-0 en casa y 1-1 en la localidad vizcaína, haciendo lo propio en Semifinales ante el Real Madrid Castilla; 1-0 en casa y de nuevo victoria en Madrid por 0-3. Llegados a la decisiva Final el rival es el Sevilla Atlético, dependiente sevillista con el que se pierde en casa por 0-1 y al que se vence a domicilio por 0-1. Jugada la prórroga sin haber movimiento en el marcador, se llega al lanzamiento de penaltis donde los ilerdenses son superados por 5-4 suponiendo, además de su eliminación, una gran frustración para todo el colectivo.

Copyright Texto historiales LaFutbolteca.com

BIBLIOGRAFÍA Y HEMEROGRAFÍA:

  • Álbum Nacional de Fútbol. Ediciones Álvarez y López (1947).
  • Historia del deporte leridano. Imprenta Esc. Provincial. Juan Prenafeta (1947).
  • Enciclopedia Fútbol 1950/51. Ángel Rodríguez y Francisco Narbona (1951).
  • Historia básica de los principales clubs de fútbol españoles (Tomo II). Vicent Masià Pous (2011).
  • Falange i poder. Lleida durant la dictadura franquista. Universitat de Lleida. Josep Gelonch i Solé (2010).
  • Anuarios de la RFEF.
  • La Mañana. Diario.
  • Diario de Lérida. Diario.
  • El Correo de Lérida. Diario.
  • Los Deportes. Semanario.
  • Jornada Deportiva. Semanario.
  • www.hemeroteca.abc.es Diario
  • www.elmundodeportivo.es/hemeroteca Diario deportivo.
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