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titular HF Martinez Calatrava

por Vicent Masià

 

Nacido en 1947 en el popular barrio valenciano de Benimámet ó como a él le gusta decir, en Benimámet (Valencia), Martínez Calatrava viene a representar en el fútbol español el destacado y necesario papel de cronista. Si Félix Martialay es el historiador por excelencia, Don Vicente es con el mismo adjetivo calificativo quien con su destacadísima y necesaria labor nos transmite y cuenta los hechos que los grandes historiadores han investigado o cuando no, él mismo ha llevado a ejecución.

Formado como delineante e ingeniero técnico de telecomunicaciones, la vocación de Martínez Calatrava tal y como sucede en todos los que nos dedicamos a estos temas relacionados con la historia del fútbol, no surge cuando uno anda en edad escolar, ni siquiera en la adolescencia cuando se empieza a tomar conciencia de lo que es la vida y las posibilidades que esta ofrece. Nadie en edad infantil, en medio de un curso de bachillerato o realizando los ahora tan de boga módulos, responde a la pregunta qué quiere ser de mayor, que desea ser “historiador de fútbol”, nadie. Esta es una vocación tardía, muy tardía quizás, en la cual uno no se ve implicado hasta que realmente, sin darse apenas cuenta, se apercibe que los demás se refieren a ti mismo con la etiqueta de historiador.

La pasión por el fútbol y por sus entresijos no es un sentimiento que afecta a todas las personas por igual. Dentro de este deporte existen sujetos activos y sujetos pasivos en mayor o menor medida en función a sus aptitudes y del mundo o circunstancias que a cada uno le hayan correspondido vivir. Dentro de los pasivos, aquellos que ven el fútbol desde la distancia o bien no traspasan la gruesa línea imaginaria que separa el sofá de nuestro hogar o el asiento de la grada del estadio que solemos visitar asiduamente para ver a nuestro club del alma y pasar a ser parte activa jugando, entrenando o siendo directivo, existe un pequeño grupo, muy reducido y selecto, que ocupa un papel básico y de notable repercusión para poder entender y seguir el fútbol cual es el de cronista.

El de cronista es un papel sumamente complicado puesto que requiere de una gran responsabilidad y la mera publicación de un error provocado por una falta de rigor a la hora de cotejar un dato puede dañar el prestigio de quien escribe echando por el suelo todo un trabajo llevado con inteligencia y pasión durante años. Martínez Calatrava una vez alcanzada la madurez y después de leer multitud de libros y satisfacer su curiosidad con obras escritas por otros que en muchas ocasiones no cumplían sus expectativas por uno u otro motivo, llegó un día a la conclusión de que la historia del fútbol español estaba desperdigada en cientos de obras y lugares distintos como culturas, religiones, idiomas, países y regiones existen en este mundo que nos ha tocado vivir. Era preciso tomar una determinación urgente y arreglar aquel desaguisado en el que se encontraba aquello que tanto le gustaba y que tan desorganizado se hallaba para su desesperación y para la de otros muchos.

Es en ese preciso instante, cuando Don Vicente se acerca a la frontera en la que se mantenía cómodamente instalado y como en las obras de teatro helénico que no se sabe qué serían sin la presencia del coro, da el paso de ser cronista, parte pasiva pero cercana a la activa de nuestro fútbol y emprende la labor de ser el escritor que compila y redacta con su puño y letra aquellos hechos históricos o de actualidad, pese a los riesgos que esto supone y pese a la gran labor que le espera con toda una serie de datos, párrafos, anotaciones, crónicas, textos y comentarios que figuran diseminados en mil y un sitios.

Tal cual hace un investigador, en primer lugar percibe dónde esta el problema o caso y a continuación traza una serie de pautas a seguir para dar solución a este. Archivos, bibliotecas, hemerotecas, revistas y libros especializados pasan de inmediato a ser sus mejores aliados y las armas que precisa para compendiar y encontrar todas aquellas piezas necesarias para completar ese mundo que parece un verdadero puzle, un difícil y gran rompecabezas. El tiempo a invertir es notorio y la tarea le va a llevar varios años de profunda concentración y dedicación con lo que esto supone, pero aún así la recompensa para sí mismo y para los demás es muy gratificante. La búsqueda de datos se eterniza, fluyen las cartas, los correos, las entrevistas y telefonadas con historiadores y personas aficionadas que en algún momento han dejado huellas o rastros de sus investigaciones, y poco a poco la documentación que se requería para poder empezar a montar el puzle termina por alcanzar el nivel que se buscaba.

El paso siguiente es empezar a escribir una historia siguiendo un guión que el propio autor se ha creado con esmero al conocer de sobra qué es lo que demanda la sociedad y lo que él mismo esta dispuesto a ofrecer. Con esta virtud nace su obra magna, “Historia y estadística del fútbol español”, un trabajo enorme e imprescindible para cualquier aficionado interesado en saber algo más de lo que los periódicos cuentan y que, dado su volumen enciclopédico, el cronista valenciano se ha visto obligado a subdividir en seis partes para facilitar al lector su seguimiento y su rápida consulta que aquí enumeramos: 1ª. De los inicios a los Juegos de Amberes (1920), 2ª. De los Juegos de Amberes a la Guerra Civil (1920-1939), 3ª. De la Guerra Civil al Mundial de Brasil (1939-1950), 4ª. Del gol de Zarra al gol de Marcelino (1950-1964), 5ª. Del Campeonato de Europa al Campeonato de España (1964-1982) y 6ª. Del Mundial-82 a la final española de París (1982-2001).

HF Martinez Calatrava 1

En cada una de esas partes el autor recopila de forma ordenada y repitiendo una serie de pautas perfectamente estructuradas: cómo aparece el fútbol en España; cuáles son los clubs pioneros en cada una de las distintas ciudades; cómo se van asociando estos, primero a nivel local, luego provincial y a continuación regional a través de federaciones territoriales; cómo se agrupan estas a nivel nacional, surgen los campeonatos, torneos, ligas y a nivel reglamentario cuáles son las reglas que se han de cumplir sobre el terreno de juego; qué estatutos rigen tanto a asociaciones, clubs, árbitros y jugadores; cómo aparece el profesionalismo y los sindicatos de jugadores y afecta a estos, la incorporación de extranjeros, la Ley Bosman, la aparición de las SAD, etc.; todo ello sazonado con gran presencia de fotografías ilustrativas, completos desarrollos estadísticos de temporadas en cada una de las categorías a nivel regional antiguamente y nacional posteriormente, campeonatos europeos o mundiales, etc.; una Biblia en sí.

Gracias a todo este trabajo, Vicente Martínez goza de un gran prestigio en nuestro país como historiador y ha conseguido hacerse un hueco importante entre quienes dedican gran parte de su tiempo a estas actividades y a trabajar para ilustrar a los demás. Sus méritos le han llevado a ingresar en un organismo como CIHEFE, siendo quizás para quien escribe estas líneas su miembro sin duda más distinguido en la actualidad, capaz de conservar su autonomía y libertad de opinión en una asociación con miembros procedentes cada uno de ellos de ramos distintos y con muy diferentes cualidades y grados formativos. En el trabajo de Don Vicente se observa respeto por todas y cada una de las épocas que España ha pasado desde hace ya más de un centenar de años, cada una de ellas con sus virtudes y desvirtudes, que las hubieron y muchas tanto en un sentido como en otro, no posicionándose en ninguna de ellas y manteniéndose al margen como observador, como hace un cronista, contando lo que ocurre tal y como ha sucedido. Si la FECF tuvo que reconvertirse y renacer de si misma cual ave fénix para ser RFEF, se cuenta; si durante la Guerra Civil hubo fútbol en uno y otro bando y además fue oficial, se comenta; si un club ofrece una fecha distinta de fundación a la real, se cita; si un presidente de RFEF tiene aciertos o desaciertos, el tiempo pone a cada uno en sus sitio; si un monarca es silbado en público, no hay que condenar sino tolerar a quien de forma no violenta expresa su sentir porque España es un país rico, muy rico en idiomas, en ideas y en personas de bien y la Historia hay que respetarla siempre, nos guste o no nos guste, porque es nuestra y nosotros formamos parte de ella.

© Vicent Masià. Abril 2011.

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