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Elche Club de Fútbol, o cómo ser líder toda la temporada.

 

por Miguel Ángel Navarro. 14-06-2013

 

La categoría de plata ha deparado esta temporada 2012/2013 alguna que otra sorpresa. Desde el hundimiento de todo un histórico como el Real Racing Club, inmerso en estos momentos en una grave crisis deportiva -que le ha llevado a la categoría de bronce por méritos propios-, y económica -en la que está pendiente de una ampliación de capital que puede ser su única tabla de salvación-; como la debacle del Xerez C.D. que puede haber firmado su sentencia de muerte con una más que posible desaparición debido al cúmulo de deudas en pasados ejercicios.

Como sorpresa de la categoría se encuentra como no al Girona F.C., un batallador del fútbol que hasta la jornada 39 era un claro candidato al ascenso directo, pero que la derrota en casa por el colista Xerez pesó como una losa, y los nervios en los últimos encuentros le privaron del premio. Los rojiblancos de la U.D. Almería también han sucumbido en la última jornada, pero de una forma más cruel si cabe. Al menos ellos tienen una segunda oportunidad, la cual no podrá tener la S.D. Ponferradina en la mejor campaña de su dilatada historia.

Pero no todo son malas noticias. El fútbol en ocasiones también muestra su cara positiva, y lo cierto es que el amarillo está de moda en la Liga Adelante. Así lo demuestra el ascenso del Villarreal C.F. El submarino sólo ha tardado una temporada en emerger del “infierno” (que pensarán de este término los clubs de Segunda B anclados en esta categoría al respecto?) y con un sprint en la recta final colocó por delante su cabeza en la foto finish cual carrera de atletismo con obstáculos se tratase, y es que el presupuesto a veces sí importa. El gualdo y limonado ha sido portada en los medios de comunicación, y dos de las cuatro plazas de los puestos de play-off por el ascenso las ocupan dos clubs que han presentado sus candidaturas en firme: la histórica U.D. Las Palmas y la rebelde A.D. Alcorcón. Suerte a los cuatro implicados sufridores.

Sin embargo, no todo es rojiblanco o amarillo. El verde, o mejor dicho “lo franjiverde” (ningún club profesional ha lucido en su uniforme este camiseta tan distinguida y que tan singularmente viene a representar al club alicantino) ha sorprendido en las apuestas a más de uno, pero el trabajo bien hecho no es por casualidad. Líderes desde la jornada 1 a la 42. Eso no lo había hecho nadie en una categoría profesional. Una gesta que en el futuro como mucho alguno podrá igualar (veremos cuando vuelve a suceder un acontecimiento tan extraordinario) pero nunca superar, al menos que se amplíe el número de clubs participantes y se repita la hazaña.

El regreso “sólo” se ha hecho esperar veinticuatro interminables años, viendo la ciudad de las palmeras como otros clubs, caso del hermano Levante U.D. que rompía sus maldiciones en este largo periodo de abstinencia en la élite del fútbol nacional; o como sus rivales naturales del Hércules de Alicante C.F. saboreaban las mieles del fútbol hasta en dos ocasiones. En el recuerdo queda ya la amarga década de los noventa en la que el club militó la mayor parte del tiempo en la difícil Segunda B; atrás quedan las crueles promociones de ascenso sin premio tras largas campañas por el desierto futbolístico.

Tras el asentamiento en la categoría, José Sepulcre lo tenía claro: este equipo estaba destinado a volver a ser de Primera. Y lo consiguió. Tras ocho intentos al frente de la entidad -que no son pocos-, pero tanto esfuerzo al final tiene su recompensa. Sólo no ha estado, pues a su lado tenía a Fran Escribá, gran entrenador del que muchos en un principio dudaron. El valenciano acumula siete temporadas como segundo entrenador en sociedades de renombre, pasando por Getafe, Valencia y Atlético, así como en el todopoderoso Benfica portugués, y eso le ha bastado para comandar una nave franjiverde con tintes de Campeón. Trabajo, y más trabajo. Eso, y unas dosis de humildad y cabeza fría en los momentos clave. Una filosofía basada en la ilusión que ha sabido transmitir a sus jugadores. Y con él estuvo en todo momento su cuerpo técnico: los Alcácer, Capón, Mascarós y Abad, para darlo todo.

La valentía demostrada por los ilicitanos al comienzo de temporada apostando por su entrenador y plantilla -la cual reforzó en todas sus líneas-, y su buen hacer a la hora de mantener un bloque, consolidó un equipo que desde el principio sabía a lo que jugaba. Los fichajes han cumplido su objetivo y fueron todo un acierto. Hombres como Manu Herrera, Alberto Rivera, Ferrán Corominas, el uruguayo Damián Suárez, ó el nacido en la cuna del fútbol español, la revelación Fidel Chaves, han sido artífices de la proeza; y junto a ellos los clásicos Edu Albácar, Xabi Etxeita, Sergio Mantecón, Carles Gil, Jordi Xumetra y Sergio Pelegrín, los cuales formaron un once titular muy definido con un estilo propio, comandados por su capitán David Generelo.

Esta histórica hazaña pasará con el tiempo a mitificar al club del Baix Vinalopó, y en sus socios y aficionados se recordará por siempre, generación tras generación, el liderazgo franjiverde de principio a fin, cual moral del Alcoyano es reconocida en todo el país. La dama de Elche volverá a ser paseada por toda la geografía española, pero esta vez visitará lo mejor de nuestro fútbol.

No podemos olvidar a las promesas, el futuro del club franjiverde, puesto que fue el broche de oro a esta inolvidable temporada. El equipo dependiente, el histórico Elche Ilicitano logró bordar los éxitos con el ascenso de categoría. La cantera franjiverde terminó la temporada de forma sublime. Vicente Mir ayudado por su tocayo Parras, fue de menos a más hasta alzarse con el liderato en la jornada más decisiva, la última. La promoción se saldó de la mejor manera posible tras imponerse a todo un histórico del fútbol catalán, la U.E. Olot.

La antigua ciudad de Íllice bien puede estar orgullosa de sus éxitos deportivos. Ahora sólo falta recuperar lo mejor de la década de los sesenta, esa esencia gracias a la cual el club se convirtió en un clásico. Mimbres para ello no faltan.

 

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