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por Vicent Masiá

miembro de La Futbolteca

Cuando en el año 1999 el ciudadano madrileño Francisco López registró la propiedad intelectual de un invento al que tituló «El fútbol del Siglo XXI» consistente en analizar jugadas conflictivas a través de la imagen de vídeo, no se imaginaba que, después de exponerlo en diversas oportunidades a F.I.F.A., U.E.F.A. y R.F.E.F. hasta 2007 con resultado negativo, luego en 2017 tendría que denunciar por plagio, estafa y apropiación indebida a algunos de sus respectivos máximos mandatarios.

El invento, al que la empresa española líder en tecnología audiovisual Mediapro se sumó registrando el acrónimo «V.A.R.» -Video Assistant Referee-, fue implementado por la F.I.F.A. en el pasado Campeonato Mundial de Rusia 2018 con relativo éxito y, desde la temporada 18/19, en la Liga española.

Esta herramienta, en el fondo costosa por la gran inversión y mantenimiento que requiere pero, desde el punto de vista funcional, presuntamente útil para informar en un corto espacio de tiempo al colegiado principal sobre una dudosa jugada recién protagonizada con carácter revisable, con el paso del tiempo y pasado ya un año de pruebas, ha venido a demostrar en pocas palabras que lo cambia todo para no cambiar nada.

El V.A.R., vendido a todos los aficionados como una gran herramienta provista de alta tecnología casi infalible, en realidad puesto su servicio en manos de los humanos es un arma de doble filo pues, el análisis de una acción conflictiva nunca será automática y su avance dependerá, primero de un colegiado principal sentado en una habitación que juzgue bajo su criterio la conveniencia de dar parte al colegiado que arbitra el encuentro sobre el terreno de juego y, en segundo lugar, de la interpretación que éste de a lo que observa en las imágenes.

 

Independientemente de si la jugada en cuestión acaba siendo sancionada por el árbitro acarreando una pena máxima, un fuera de juego, una acción merecedora de tarjeta o la validez o no de un tanto, lo cierto es que el juego habrá sido interrumpido durante varios minutos estando todo el mundo en vilo pendiente de la decisión final y, una vez visionadas las imágenes, para bien o para mal.

El V.A.R., útil para unas cosas pero innecesario para otras, viene a quedarse y deberemos convivir con él a sabiendas de sus oquedades y de los errores o aciertos de quienes trabajen con esta herramienta, imperfecta se mire como se mire.

A medida que se vaya incrementando nuestra experiencia con este sistema veremos criterios desiguales por parte de los árbitros, faltas cometidas fuera del área convertidas en penas máximas, agresiones no sancionadas con tarjeta, balones despejados con la mano o brazo no sancionados como penalti, por no hablar de errores técnicos que se puedan producir por fallos de hardware o comunicación.

También habrá aciertos, desde luego y algunos sin duda determinantes capaces de hacer justicia pero el V.A.R., hablando en plata, no es una herramienta definitiva e incuestionable.

Con el V.A.R. en activo, el fútbol crudo de siempre pierde parte de su encanto.

LA SALA V.O.R.

Conocida bajo las siglas inglesas V.O.R. (Video Operations Room), esta sala es el centro neurálgico donde los árbitros, asistidos por operadores de televisión, revisan todas las jugadas de un encuentro con las señales de las cámaras que lo están cubriendo. Cerrada a cal y canto sin que puedan acceder otras personas, en ella se graba todo el contenido, tanto de vídeo como de audio, para salvar la transparencia del proceso y por, como en más de una ocasión sucede, si alguno de los clubs implicados requiere una posterior reclamación por sentirse perjudicado en alguna decisión que vaya en contra de sus intereses.

En la sala V.O.R. se reunirán cuatro jueces -árbitros- con cursos homologados por F.I.F.A. y capacitados para el uso de este sistema quienes, ayudados por monitores y un máximo de cuatro técnicos especializados en esta tecnología, recibirán toda la información que el sistema de cámaras capte sobre el terreno de juego. Estos jueces son:

  • V.A.R.: Es el responsable de dirigir al equipo y de comunicarse con el árbitro principal que está actuando en el campo de juego. Su cometido es revisar la cámara principal en un monitor superior y verificar o revisar los incidentes que se detectan en un encuentro visionándolos simultáneamente en el monitor cuádruple.
  • A.V.A.R.1: Es quien realiza la labor de concentrarse en la cámara principal y seguir el juego en vivo. En el momento de percibir, según su criterio, un incidente que pueda ser motivo de análisis, es quien informa a todo el equipo.
  • A.V.A.R.2: Es la persona dedicada solamente a revisar las situaciones de fuera de juego. Anticipa y verifica cualquier opción de offside para acelerar el proceso de verificación y revisión del V.A.R.
  • A.V.A.R.3: Es el encargado de que la comunicación entre el árbitro V.A.R. y el A.V.A.R.2 fluya de forma correcta, así como de los detalles generales del proceso. Participa en la toma de decisiones cuando una acción lo necesite.

 

FUNCIONAMIENTO

Cuando el árbitro V.A.R. o uno de los asistentes ubicados en la sala V.O.R. interpretan que hay una jugada susceptible de ser revisada, si después de su visualización a través de los monitores contemplan que cumple con uno de los requisitos que requiere la atención del árbitro principal, tras su evaluación en un plazo de un par de minutos para no ralentizar el juego, que no se alargue más de lo necesario y el encuentro se vea constantemente interrumpido, se informará de la incidencia a través de auriculares a éste quien sigue el encuentro sobre el terreno para que revise la incidencia en un monitor situado a pie del campo.

Una vez revisadas las imágenes que proporciona la sala V.O.R., sólo compete al árbitro principal tomar la decisión final de validar o no la incidencia reanudando el juego como si no hubiese pasado nada o bien, en el caso de ver punibilidad, aplicar el reglamento. En cualquier caso, a ningún miembro de los dos equipos en disputa les está permitido solicitar el empleo del V.A.R. para la revisión de una jugada polémica, pudiendo ser estos sancionados. Tampoco el V.A.R. puede ser solicitado por el árbitro principal. Éste acudirá a su consulta siempre y cuando desde la sala V.O.R. se le requiera.

CUÁNDO SE APLICA EL V.A.R.

La aplicación del V.A.R. va estrecha e inseparablemente unida a la reglamentación, siendo varias las consideraciones que pueden llevar a su uso. Veamos, a grandes rasgos, cuándo puede intervenir:

 

RETRANSMISIÓN A TRAVÉS DE CÁMARAS

En cumplimiento con la normativa establecida por la F.I.F.A., para la implementación del sistema V.A.R. se requiere un total de treinta y tres cámaras ubicadas a lo ancho, largo y alto del estadio para que la tecnología pueda trabajar y ofrecer unas imágenes lo más explícitas posible. En tan técnico sistema deberán emplearse 17 cámaras de velocidad normal, 8 cámaras de velocidad súper lenta, 6 cámaras de velocidad ultra lenta, 2 cámaras de ultra lata definición y 2 cámaras adicionales para el control del fuera de juego.

 

©LaFutbolteca.com. Octubre 2019.