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Clubs Históricos

 

Historial del Club Deportivo Laredo

 

 

DATOS GENERALES:

  • Nombre completo: Club Deportivo Laredo
  • Ciudad: Laredo
  • Provincia: Cantabria
  • Comunidad Autónoma: Cantabria
  • Fecha de constitución: mayo de 1927
  • Fecha de federación: septiembre de 1931

CAMBIOS DE NOMBRE:

  • Sociedad Deportiva Charlestón Foot-ball Club (1927-1931)
  • Sociedad Deportiva Laredo Foot-ball Club (1931-1941)
  • Club Deportivo Laredo (1941- )

 

TÍTULOS NACIONALES:

4 Ligas en Tercera División:

  • 1988/89
  • 2014/15
  • 2015/16
  • 2019/20

 

ESTADIO:

  • Nombre: Estadio Municipal de San Lorenzo
  • Año de inauguración: septiembre de 1927
  • Cambios de nombre: Estadio Municipal de San Lorenzo (1927- )
  • Capacidad: 3.000 espectadores

OTROS ESTADIOS:

  • Campo de Sport de San Lorenzo (1927-1931)
  • Estadio Municipal de San Lorenzo (1931- )

TRAYECTORIA EN LIGA:

ESCUDOS DEL CLUB DEPORTIVO LAREDO. EVOLUCIÓN HISTÓRICA:

UNIFORMES DEL CLUB DEPORTIVO LAREDO. EVOLUCIÓN HISTÓRICA:

ORÍGENES DEL FÚTBOL EN LAREDO:

Situado en la costa oriental de la provincia de Cantabria, con algo más de doce mil habitantes y junto al Mar Cantábrico, el municipio de Laredo fue tradicionalmente un importante e histórico núcleo pesquero con dedicación a la industria de conservas y salazones que, en las últimas décadas, debido a la benevolencia de su clima y atractivo de su magníficas playas y parajes, se ha convertido en un importante centro de servicios con gran dedicación al sector turístico.

Atraídos por la belleza de sus playas, a mitad de los años diez numerosos veraneantes de origen vasco que se acercaban hasta la localidad pejina para pasar parte del periodo estival, empezaron a dar puntapiés al balón sobre las húmedas arenas causando la admiración de la juventud local quien, atraída por aquel divertido juego, empezaron a practicarlo produciéndose retos entre laredanos y forasteros.

Empezado el año 1918 algunos de ellos pensaron en dar un paso adelante y constituir un club con el cual enfrentarse a los de los municipios de alrededor y de la capital provincial, Santander, donde la fama precedía a varios de sus más ilustres clubs. Presidido por Jesús Urrutia y vistiendo camiseta verde inicial que luego sumó un escapulario blanco con pantalón negro, el titulado Olimpia Sport Club nació con el fragor de la juventud jugando primero en la playa para, casi de inmediato, arrendar un humilde terreno de juego en la barriada de San Lorenzo del que adquirió su nombre.

Pasados los años y asentado el fútbol entre sus habitantes, en 1923 los socios del Olimpia Sport Club decidieron inscribirse en la recientemente constituida Federación Regional Cántabra de Clubs de Foot-ball, siendo catalogados como entidad de Serie B y urgidos por la organización territorial a adecentar su feudo para hacer taquillaje. Vallado el perímetro y realizadas algunas obras, el Campo de San Lorenzo fue inaugurado oficialmente el 12 de agosto sirviendo, bajo la presidencia entonces de Bautista Blanco, para debutar en el campeonato de la temporada siguiente 24/25 donde no realizó un buen papel como tampoco lo hizo en la campaña 25/26. Siguiendo en la misma categoría y teniendo como rivales a conjuntos de su comarca y de la capital, la gran falta de apoyo social y los temidos males económicos obligaron a que, faltando dos jornadas para concluir el torneo 26/27, el conjunto pejino se retirara de la competición a mediados de febrero de 1927 para poco después disolverse creando un quebradero de cabeza a la Federación Cántabra y resto de rivales, molestos con la actitud de los verdes.

HISTORIA DEL CLUB:

1927 – 1930

La retirada del Olimpia Sport Club causó una gran crisis entre sus socios, muchos de ellos jugadores, quienes emprendieron la búsqueda de nuevas amistades balompédicas con las que constituir un nuevo club, naciendo éste en mayo de ese mismo año 1927 con el justo propósito de dar rienda a la diversión, no adquirir compromisos de índole política y controlar, en la medida de lo posible, los vaivenes monetarios que habían quebrado la vida deportiva del fenecido.

Bajo la presidencia de Florencio López Lopez y siguiendo la iniciativa del joven José Luis Ulacia, la nueva entidad fue bautizada con el nombre de Sociedad Deportiva Charlestón Foot-ball Club en honor al típico baile que causaba furor entre la juventud de la época, decidiéndose entre todos sus miembros adquirir unos uniformes con más colorido como fue el rojo para la camiseta y el blanco para el pantalón. Hecho su debut el domingo 12 de junio frente a la S.D. Unión Santoñesa, los primeros años de vida del club pejino transcurrieron al margen de la Federación Cántabra dedicándose a disputar encuentros amistosos y otros en los que, bien por la intervención del ayuntamiento o de algún comerciante, se ponía una copa en juego.

A finales de 1928, dentro de una localidad que rozaba los seis mil habitantes, dada la gran cantidad de jugadores se organizó un segundo club que recibió el nombre de Sociedad Deportiva Chut Raso, humilde entidad que apenas tuvo trascendencia y terminó desapareciendo avanzado 1929 ensombrecido por la S.D. Charlestón F.C. que, por entonces, era su club más representativo a nivel regional. Comoquiera que el fútbol de aquellos tiempos, amateur y caprichoso, obedecía a los designios de sus socios y jugadores, algunos del desaparecido S.D. Chut Raso junto a otros constituyeron de cara a la nueva temporada en el otoño de 1929 el Deportivo Laredo F.C., sociedad que pese a su esfuerzo inicial no pudo competir tampoco con una animosa S.D. Charlestón F.C. que atraía mayor número de aficionados.

1930 – 1940

Empezado el año 1931, la S.D. Charlestón F.C. sin embargo acusando un cansancio y letargo cada vez más patente fruto de los años que iban acumulando sus ya veteranos jugadores, pareció entrar en crisis desapareciendo del mapa y dejando sus miembros la actividad deportiva durante unos meses, paso que dejó al Deportivo Laredo F.C. como único representante. No duró mucho tiempo esta dejación de funciones y en junio, ya reactivado, la S.D. Charlestón F.C. reemprendió la actividad enfrentándose precisamente frente al Deportivo Laredo F.C. con repartición de fuerzas al empatar ambos a cuatro tantos.

Pasado el verano y coincidiendo con el mes de septiembre de 1931, dos hombres fundamentales aparecieron en el horizonte futbolístico laredano. Se trataba del médico Ángel Senderos, apasionado del fútbol y del exitoso comerciante con reciente pasado en Argentina donde había acumulado una gran fortuna, Pedro Salcines, que había regresado a la villa. De la entente de ambos con los dirigentes de S.D. Charlestón F.C. y Deportivo Laredo F.C. salió el firme compromiso de solicitar del consistorio la cesión de unos nuevos terrenos en el ensanche de la localidad y construir un nuevo campo de fútbol cerrado y vallado donde dar rienda suelta a la práctica de deportes como el boxeo, fútbol, ciclismo, gimnasia, pedestrismo y cuantas actividades estuvieran ligadas al ejercicio físico y, sobre todo, constituir una nueva sociedad ligada al proyecto.

En octubre de 1931 S.D. Charlestón F.C. y Deportivo Laredo F.C. quedaron fusionados en una sola entidad que fue nombrada Sociedad Deportiva Laredo F.C. bajo la presidencia del sempiterno Florencio López López, conservando la mayor parte de la base de jugadores procedentes del «Charles» y los colores que durante años habían identificado a este colectivo, camiseta roja y pantalón blanco. Convencidos de que su futuro pasaba por competir dentro de las Ligas organizadas por la Federación Cántabra, a finales de 1931 la sociedad quedó inscrita en la Serie C, la última de las categorías de la territorial debutando en el campeonato 31/32 de forma exitosa al conquistar el primer puesto en su grupo. El hito, muy a pesar suyo, le contrajo problemas puesto que, no construido el nuevo campo y estando sin cerrar el de San Lorenzo, la Federación Cántabra aplicando el Reglamento le impidió competir en la Serie B debiendo continuar en la Serie C.

El C.D. Laredo conquistó el campeonato 32/33 nuevamente cerrando en 1933 su campo motivo por el cual ascendió a Segunda Categoría, segundo nivel regional donde consiguió el subcampeonato de la campaña 33/34 en la Liga para los pueblos al margen de la Liga para los clubs de la capital. La buena marcha del club pejino, en continua ascendencia, le permitió proclamarse campeón en la sesión 34/35 por lo que ascendió a una Primera Categoría donde estaba lo más granado del fútbol regional a excepción de aquellos grandes clubs que competían en las grandes Ligas nacionales, teniendo un mal debut al quedar sexto y último en el campeonato 35/36.

Descendido a Segunda Categoría, realizando la pretemporada 36/37 en julio de 1936 estalló la Guerra Civil quedando Cantabria bajo el mando de las tropas republicanas. El cese de la actividad deportiva y la apertura de un frente bélico en la región se mantuvo durante un año tomando las topas nacionales el relevo a finales de agosto de 1937, permaneciendo la localidad de Laredo y el resto de la región en tensa calma hasta finalizar el conflicto. Pasado el verano de 1939 la S.D. Laredo F.C. volvió a la actividad conservando Florencio López la presidencia, emprendiendo el club pejino la competición en Segunda Categoría la campaña 39/40.

1940 – 1950

En una época muy difícil, con hambre y en plena posguerra, los primeros años cuarenta resultaron complicados para el club cántabro sumido en Segunda Categoría cambiando, además, de denominación a principios de 1941 para cumplir con la Ley que prohibía el uso de extranjerismos. Convertido en Club Deportivo Laredo, con vistas a la temporada 41/42 y el desarrollo de un campeonato más competitivo, desde la Federación Española se fraguó la fusión de la federaciones asturiana y cántabra quedando constituida en noviembre de 1941 la Federación Astur-Montañesa de Fútbol, órgano donde quedaron ambas provincias integradas con la suma de Burgos y las anteriormente adscritas Zamora, León y Palencia.

Ascendidos los laredanos a Primera Categoría, ésta y el resto quedaron subdivididas en campeonatos que se organizaban en torno al ámbito geográfico de los clubs, permaneciendo los rojillos encuadrados en el grupo cántabro. Sexto en la temporada 46/47 bajo la presidencia de Tomás de la Dehesa Blanco, cuarto en la campaña 47/48 y tercero en la sesión 48/49, la década se cerró con un decepcionante decimoprimero puesto en la edición 49/50 y el firme deseo de, en lo sucesivo, llegaran tiempos mejores.

1950 – 1960

Iniciados los años cincuenta Tomás de la Dehesa continuó al frente del club finalizando octavo en la temporada 50/51, aprobándose en noviembre de 1952 la reinstauración de la Federación Cántabra dedicada en exclusiva al fútbol de la por entonces provincia de Santander. Quinto en la campaña 52/53, finalizada la sesión 53/54 el C.D. Laredo obtuvo el subcampeonato de Liga tras el Deportivo Santoña C.F., consiguiendo el ascenso a una Tercera División que era el tercer nivel nacional de la época y donde ya se practica un fútbol bastante exigente en táctica, físico y cualitativo.

Debutante en la categoría dentro del Grupo II donde competían los clubs asturianos y cántabros con un total de diez participantes, los rojillos realizaron un gran torneo 54/55 concluyendo en tercera posición tras Club Langreano y Real Sociedad Gimnástica de Torrelavega, quedando a un paso de entrar en la Promoción para tratar de ascender a Segunda División. Sin embargo la realidad fue bien distinta y, agotados sus recursos económicos, el club solicitó a la Federación Cántabra competir en una categoría inferior para evitar males mayores, disputando la sesión 55/56 en Primera Regional donde encadenó un nuevo ascenso a Tercera División. Ubicado en el Grupo III junto a clubs vascos y cántabros, la edición 56/57 fue atractiva por el nivel de los rivales pero exigente en lo deportivo, concluyendo el torneo en decimoquinta posición y perdiendo la categoría.

Equilibrado el desfase presupuestario de antaño y con un buen plantel, durante la temporada 57/58 no se pudo retornar a Tercera División, objetivo que sí se alcanzó al término de la campaña 58/59 ingresando durante la sesión 59/60 nuevamente en el Grupo III con los mismos protagonistas de apenas un par de años antes. En esta ocasión, reforzado el plantel y con muchas ganas y sacrificio, se logró la continuidad pese a quedar decimocuarto en Liga, un puesto que satisfizo a directivos, jugadores y aficionados pues, muy humilde, al popular «Charles» la categoría le resultaba muy costosa.

1960 – 1970

Al empezar los años sesenta Tomás de La Dehesa continuaba al frente de la sociedad inserto en un Grupo III donde, en la temporada 60/61, se obtuvo un interesante cuarto puesto luchando incluso por estar más arriba. La venta de sus mejores figuras y unos refuerzos poco convincentes condujeron al club cántabro hasta la décima plaza en la campaña 62/63, no pudiendo evitar en la sesión 63/64 empatado a puntos con el C.D. Naval, de Reinosa, la pérdida de la categoría al terminar decimotercero. Recuperado federativamente para seguir en la categoría, bajo la presidencia de Antonio Fernández Enríquez el club concluyó sexto en la edición 64/65 y en la 65/66, ocupando la decimosexta y última plaza en la temporada 66/67 con cinco victorias por lo que descendió a Primera Regional.

Tras un breve paso por la primera de las categorías regionales reducido a dos temporadas, al final de la campaña 68/69 ascendió a Tercera División, una categoría en continuo movimiento que, justamente a la finalización de aquel curso 69/70, iba a ser reducida pasando de ocho grupos a tan solo cuatro con veinte participantes cada uno. Ubicado en el Grupo II donde competían clubs cántabros, vascos y castellano-leoneses con la participación de algunas sociedades ilustres con pasado en Primera o Segunda División entre los que dieron cita, entre otros, Real Racing Club, Deportivo Alavés, Cultural y Deportiva Leonesa o Baracaldo C.F., el torneo fue un quiero y no puedo para los laredanos quienes, además de ver a grandes jugadores, sumaron nueve victorias para terminar decimosextos descendiendo a Regional.

1970 – 1980

Los años setenta se empezaron con Pedro Aboitia Romero al frente del club en una Primera Regional que por entonces era el cuarto nivel nacional y donde el C.D. Laredo era uno de los clubs punteros. Pese a ello el ascenso a Tercera División no fue sencillo y, esfumadas sus posibilidades de retorno en la temporada 70/71, hubo que esperar a la campaña 71/72 para regresar por la puerta grande al proclamarse campeón de su categoría en Cantabria. La Tercera División de los primeros años setenta se había convertido en un selecto ramillete de ochenta clubs distribuidos geográficamente en cuatro grupos de veinte participantes cada uno en los cuales, además de cierto nivel, presentaba un sistema competitivo muy traicionero donde cualquier despiste podía acarrear un descenso.

Presidido por Julián Nates San Julián, la edición 72/73 centró la atención de muchos aficionados que, dentro del Grupo I donde competían clubs gallegos, asturianos, cántabros, vascos y castellano-leoneses, acudían en masa al Campo de San Lorenzo para ver la evolución de su equipo y rivales ilustres. Evitado el descenso directo al resultar decimosexto, los rojillos debieron defender su plaza frente al aspirante U.D. Gijón Industrial que había sido segundo en la Primera Regional asturiana, perdiendo en la ida 2-1 por lo que el empate 1-1 en casa significó su regreso a Regional. Como ya sucediera recientemente, el C.D. Laredo no pudo ocupar una de las dos primeras plazas en el torneo 73/74 por lo que hubo de esperar a la conclusión de la temporada 74/75 para, nuevamente campeón, ascender directamente a Tercera División sin mediar Promoción alguna.

Presididos por Valentín Pablo Expósito, los rojillos fueron ubicados una vez más en el Grupo I junto a gallegos, asturianos, cántabros y vascos luchando intensamente para escapar de los últimos cuatro puestos que conducían al descenso directo y, a poder ser, también de las cuatro plazas que obligaban a disputar una Promoción de Permanencia para tener continuidad en la categoría. Decimocuartos finalmente en la campaña 75/76, hubo que resignarse a disputar una Promoción frente al aspirante C.F. Sporting Mahonés, subcampeón balear, al que se derrotó 2-0 en casa y con el que se perdió 4-2 en la localidad menorquina, precisando de un encuentro de desempate que se resolvió favorablemente para los cántabros tras un contundente 3-0. Obtenida la continuidad, la sesión 76/77 se presentó como un verdadero reto pues, tras el anuncio por parte de la Federación Española de crear una nueva categoría titulada Segunda División B intermedia entre la Segunda División y Tercera División, la lucha por seguir en el tercer nivel nacional pintaba dramática. Siguiendo en el Grupo I con rivales de la misma procedencia geográfica, el campeonato fue un caos para el conjunto pejino quien al sumar tan solo tres victorias y once empates, perdió la categoría terminando colista y con un pie en Regional Preferente, una categoría por encima de la clásica Primera Regional convertida en quinta categoría.

Siguiendo Valentín Pablo Expósito en la presidencia, por cuestiones económicas tras el duro paso por la categoría de bronce el club pejino no pudo en lo sucesivo regresar a Tercera División tal cual se habían propuesto directivos y aficionados terminando los años setenta en una Regional Preferente no tan atractiva pero, al fin y al cabo, acorde con sus posibilidades del momento.

1980 – 1990

Comenzados los años ochenta la dinámica de los rojillos no varió demasiado en lo deportivo y tampoco en lo económico pues, aunque con la vitola de aspirante al ascenso, lo cierto es que siempre su destino se cruzaba con rivales más poderosos. Sexto en la temporada 80/81 y tercero en la campaña 81/82 escapándose la Promoción de Ascenso en favor del C.D. Barquereño, el ansiado ascenso a Tercera División hubo de esperar a la conclusión de la sesión 82/83 en la que, segundo tras la S.D. Buelna, mediante Promoción se enfrentó al asturiano Navia C.F. al que derrotó en la ida 0-2 consumando el ascenso en casa con un rotundo 5-0.

Compartido el Grupo II de Tercera División por conjuntos pertenecientes a las federaciones asturiana y cántabra durante esos tiempos, la edición 83/84 se resolvió con un notable octavo puesto en Liga al que sumó una preocupante temporada 84/85 en la que los rojillos, decimoquintos, a punto estuvieron de perder su plaza. Presidente Luis Diego Fuentecilla, durante la pretemporada 85/86 se hizo una quita importante y hasta el C.D. Laredo llegaron nuevos jugadores que permitieron la consecución del quinto puesto, un paso que se pretendió mejorar en la campaña 86/87 tras adjudicarse por parte de la Federación Española a la Federación Cántabra la administración del Grupo III de Tercera División.

En medio de un fútbol cambiante, coincidiendo con el anuncio federativo de la ampliación de la Segunda División B a cuatro grupos de veinte participantes cada uno, a la Federación Cántabra se le adjudicaron en esta nueva propuesta tres plazas correspondiente a los tres primeros clasificados, tentadora oportunidad que no fue desaprovechada por los pejinos para ser terceros en Liga tras S.D. Rayo Cantabria y Real Sociedad Gimnástica Torrelavega por lo que ascendió directamente a Segunda División B ante la desbordante alegría de sus seguidores.

La Segunda División B de la época era el tercer nivel nacional y, aunque el C.D. Laredo ya tenía experiencia anterior en estas lides, lo cierto es que había cierta ilusión por participar en esta categoría donde, al menos en nombre, se estrenaba. El debut de la temporada 87/88 se materializó en el Grupo I junto a sociedades gallegas, asturianos, cántabras, vascas y castellano-leonesas con mala fortuna puesto que, pese a saberse de antemano que la continuidad estaba bastante complicada, debía de lucharse por ello. Decimoséptimos finalmente, tres puntos les separaron del objetivo descendiendo a Tercera División.

De vuelta al Grupo III cántabro, con el remanente del curso anterior y algunos fichajes la campaña 88/89 se disputó de principio a fin con la idea en mente de obtener el primer puesto que daba el ascenso de categoría directamente, meta que se consiguió no sin apuros pues la presión del Castro F.C., igualado a puntos y S.D. Rayo Cantabria, a tan solo dos, fue asfixiante. Acomodado nuevamente en Segunda División B y ubicado en el Grupo II donde participaban clubs catalanes, aragoneses, castellano-leoneses, cántabros, riojanos, vascos y el F.C. Andorra, el C.D. Laredo no pudo encadenar una segunda temporada en este nuevo ciclo al concluir decimoséptimo empatado a puntos con C.D. Basconia y C.D. Teruel después de conseguir un empate insuficiente en su último encuentro liguero ante el C.D. Binéfar en tierras oscenses que le condenó a un amargo descenso.

1990 – 2000

Lo que en aquellos instantes pareció una pérdida de categoría puntual fruto de un accidente teniendo la esperanza de regresar lo antes posible, la realidad de los hechos futuros adquirió otros derroteros pues el C.D. Laredo, pese a sus enconados esfuerzos, tardaría bastantes años en regresar al tercer nivel nacional. El revés que supuso para muchos clubs el nuevo sistema competitivo en el cual, para ascender, no bastaba con ser campeón sino además ser el primer clasificado de una liguilla interregional, pasó amplia factura y los rojillos, muy afectados, quedarían marcados.

Nada más empezar la década, concluida la temporada 90/91 en segundo puesto tras el C.D. Pontejos, llegó el primer fracaso al ser cuarto y colista en la Promoción precedido por U.D. Fraga, S.D. Amorebieta y Peña Sport F.C., de Tafalla, ocupando el tercer puesto en Liga durante la campaña 91/92 precedido por U.M. Escobedo y Marina de Cudeyo C.F., de Pedreña con el triste desenlace de quedar, ya en la Promoción, tercero a un punto de C.D. Izarra, de Estella y Real Unión Club, de Irún mientras colista fue el C.F. Hernán Cortés, de Zaragoza. En la edición 92/93, tercero en Liga tras U.M. Escobedo y S.D. Rayo Cantabria, dispuso de una nueva oportunidad que desperdició al ser colista en un complicado grupo donde sus rivales, C.D. Touring, de Rentería, C.D. Calahorra y S.D. Huesca fueron inalcanzables. Tercero en la sesión 93/94 tras S.D. Noja y Real Racing Club de Santander «B», la Promoción fue un nuevo palo ocupando la posición de colista tras los pasos de Amurrio Club, C.D. Ribaforada y U.D. Barbastro causando la frustración de su afición.

Cansados de no ascender tras cuatro intentos consecutivos, a partir de 1994 los presupuestos del club pejino disminuyeron y la calidad deportiva de las plantillas perdió competitividad viéndose arrastrados a un aceptable sexto puesto en la temporada 94/95 para, a continuación, ser más acusada su falta de aspiraciones en los siguientes torneos donde, no sólo se alejaron de los puestos de cabeza, sino que se pasó a la zona media-baja de la clasificación siendo decimotercero en la campaña 95/96, decimosegundo en la sesión 96/97, nuevamente decimotercero en la edición 97/98 para cerrar la década con sendas decimoprimera plaza en los torneos correspondientes a las temporadas 98/99 y 99/00.

2000 – 2010

Nada más empezar el nuevo siglo el C.D. Laredo pudo recomponer la situación alcanzada en los últimos años y, casi de la noche a la mañana, se organizó una plantilla que terminó segunda en Liga aunque muy distanciada de una inalcanzable S.D. Noja, primero de principio a fin. Clasificado para disputar la Promoción de Ascenso después de más de un lustro sin poder hacerlo, dicha fase fue acogida con expectación entre la afición aunque el resultado final fue muy negativo al ser cuarto y colista con una sola victoria siendo precedido por C.D. Alfaro, C.D. Aurrerá Ondárroa y C.D. Teruel. La clasificación para la Promoción, contrariamente a lo que se pensaba, fue un espejismo y durante el resto de la década ya no se volvió a repetir aunque ocasiones para hacerlo pasaron muy de cerca.

Quinto en la campaña 01/02 a tres puntos de poder promocionar, en la sesión 02/03 se retrocedió hasta la séptima plaza teniendo, ya en la edición 03/04, una nueva oportunidad que debido a la falta de calidad necesaria le llevó nuevamente al quinto puesto. Desilusionados por tanta adversidad, en la temporada 04/05 se dio un gran paso atrás con un equipo desconocido que terminó decimotercero causando malas sensaciones que en la campaña 05/06 fueron mitigadas en parte gracias a la séptima plaza alcanzada en Liga.

En la sesión 06/07 se volvió a luchar por conseguir concluir entre los primeros cuatro puestos, tarea que no se consiguió por poco al separarle un solo punto del cuarto puesto ocupado por el Ct.D. Bezana. Lo que parecía un camino bien trazado para conseguir promocionar sin embargo se torció en las dos siguientes temporadas pues los rojillos, novenos respectivamente en los cursos 07/08 y 08/09, decepcionaron ampliamente en un campeonato cántabro de la categoría donde siempre se esperaba más de los pejinos a tenor de su historial. Cerrando la década se dispuso de una cuarta oportunidad para lograr el objetivo en un torneo donde predominó la igualdad entre los candidatos a los primeros puestos debiéndose conformar los laredanos nuevamente con la quinta plaza.

2010 – 2020

Al iniciarse la segunda década del nuevo siglo el C.D. Laredo no empieza con buen pie terminando la temporada 10/11 en muy discreto decimoprimero puesto que le aleja mucho de las plazas de cabeza. Lo que parece ser un paso más hacia una década sin opciones de estar arriba, a partir de 2011 adquiere un cambio significativo empezándose un ciclo muy productivo donde el conjunto pejino siempre estará entre los cuatro primeros y, por lo tanto, tendrá opciones reales de ascender aunque conseguirlo sea harina de otro costal.

De este modo en la campaña 11/12, tras ser subcampeón de Liga a dos puntos de la S.D. Noja con el que mantiene un intenso duelo por el liderato, en la Promoción cae en cuartos ante el C.F. Pobla de Mafumet al perder 2-1 en la localidad tarraconense y empatar 1-1 en casa ante la frustración de su afición, mal trago que no será el único pues en lo sucesivo volverá a repetirse año tras año. En la sesión 12/13 termina cuarto muy alejado del primer puesto accediendo a una Promoción donde es eliminado nuevamente en Cuartos, en esta ocasión por el Badajoz U.D., conjunto pacense con el que empata 0-0 en casa perdiendo una semana más tarde en la capital extremeña por 2-0.

Segundo en la edición 13/14 a doce puntos de la Real Sociedad Gimnástica de Torrelavega, en la Promoción por fin consigue sobrepasar los Cuartos al eliminar a la Ag.D. Ceuta F.C. a quien derrota en la ciudad norteafricana 1-2 y en casa por 1-0. Clasificado para Semifinales, en esta ronda supera al C.D. Teruel después de vencer 2-0 en casa y empatar 1-1 en la capital aragonesa, consiguiendo acceder a una Final donde todo el club y aficionados esperan que le dé por fin el merecido ascenso de categoría. Decidido mediante sorteo enfrentarse al Atlético Astorga F.C., después de un esperanzador 2-1 en casa sin embargo todo acabará diluyéndose como humo en el aire pues, derrotado 1-0 en la localidad maragata, el valor doble de los goles obtenidos a domicilio cierra de forma tajante su progresión.

Con la plantilla reforzada para intentar ser primero y eludir las temibles eliminatorias a las que se ha visto sujeto en los últimos tiempos, el C.D. Laredo consigue en la temporada 14/15 el campeonato cántabro con relativa comodidad siendo su adversario en la Eliminatoria de Campeones la Ag.D. Mérida con la que empata 0-0 en tierras extremeñas. Repleto el Campo de San Lorenzo para la vuelta, en casa y ante su afición una dolorosa derrota por 1-2 le aparta del descenso directo y obliga a pasar a Semifinales, ronda donde es eliminado por la Gimnástica Segoviana C.F. al perder 1-0 en la capital castellana y nuevamente en casa por 1-2 siendo apeado. Castigado por la competición en la campaña 15/16 obtiene su segundo título consecutivo en el Grupo III un punto por delante de la Real Sociedad Gimnástica de Torrelavega, buscando una nueva oportunidad en la Eliminatoria de Campeones donde se enfrenta a la S.D. Zamudio, campeón vasco de la categoría. Después de una amarga derrota por 3-1 en la localidad vizcaína, en casa el 1-0 conseguido es insuficiente para ascender, pasando a una Semifinal en la que supera a la S.D. Almansa después vencer 0-1 en la localidad albaceteña y empatar 1-1 en casa. El conjunto pejino vuelve a estar donde desea y la Final parece accesible teniendo como rival al C.D. Ejido 2012 con el que pierde 1-0 en la localidad almeriense siendo incapaz de vencer en casa tras un inoportuno empate 0-0. Su sueño se esfuma.

En la sesión 16/17 los rojillos vuelven a la carga terceros en Liga tras los dos conjuntos de Torrelavega, Real Sociedad Gimnástica y C.D. Tropezón, de Tanos, accediendo a unos Cuartos donde supera con gran igualdad al Utebo F.C. después de empatar 0-0 en casa y 1-1 en la localidad zaragozana haciendo valer el valor doble de los goles obtenidos a domicilio. La Semifinal, sin embargo, será su fin pues empatado 2-2 en casa ante el C.D. Calahorra, el conjunto riojano le eliminará al imponerse en la vuelta por 2-1. Tercero en el campeonato 17/18, los Cuartos de la Promoción serán de nuevo un obstáculo insuperable pues tras una luchada victoria 3-2 ante el Deportivo Alavés «B», en el encuentro de vuelta cae ampliamente derrotado por 4-1 siendo eliminado. Con una buena plantilla y el segundo puesto en la temporada 18/19 a seis puntos de la U.M. Escobedo, los rojillos disputan unos flojos Cuartos donde son apeados por el C.D. Numancia de Soria «B» al ceder en ambos encuentros de la eliminatoria, 1-0 en la capital castellana y 0-2 en casa.

Son ocho intentos consecutivos por intentar ascender y ocho correspondientes frustraciones, pero los cántabros no cesan en su empeño y en la campaña 19/20 dan el resto por conseguirlo. Primeros en Liga en el momento de ser suspendida la competición a causa de la gran crisis sanitaria que afecta al país, la Federación Española establece que los cuatro primeros clasificados del Grupo III se eliminen entre si a encuentro único y ascienda el vencedor, ocasión que no desaprovechan los rojillos quienes en Semifinales se imponen 3-1 al C.D. Tropezón y, ya en la Final, a la Real Sociedad Gimnástica de Torrelavega por 2-0 obteniendo, ahora sí, un merecido ascenso.

Copyright Texto historiales LaFutbolteca.com

BIBLIOGRAFÍA Y HEMEROGRAFÍA:

  • Enciclopedia Fútbol 1950/51. Ángel Rodríguez y Francisco Narbona (1951).
  • Anuarios de la RFEF.
  • Historia básica de los principales clubs de fútbol españoles (Tomo II). Vicent Masià Pous (2011).
  • El Cantábrico. Diario general.
  • La Atalaya. Diario general.
  • www.eldiariomontanes.es Diario general.
  • www.elmundodeportivo.com/hemeroteca Diario deportivo.
  • www.marca.com Diario deportivo.
  • www.as.com Diario deportivo.

ENLACES RELACIONADOS CON EL CLUB:

 

Historial de la Unión Deportiva Poblense

 

 

DATOS GENERALES:

  • Nombre completo: Unión Deportiva Poblense
  • Ciudad: La Puebla / Sa Pobla
  • Provincia: Islas Baleares / Illes Balears
  • Comunidad Autónoma: Islas Baleares / Illes Balears
  • Fecha de constitución: 1 de octubre de 1935
  • Fecha de federación: 1935

CAMBIOS DE NOMBRE:

  • Unión Sportiva Poblense (1935-1941)
  • Unión Deportiva Poblense (1941- )

 

TÍTULOS NACIONALES: 3 Ligas en Tercera División:

  • 1980/81
  • 1981/82
  • 2019/20

 

ESTADIO:

  • Nombre: Estadi Municipal Nou Camp
  • Año de inauguración: 29 de enero de 1977
  • Cambios de nombre: Estadi Municipal Nou Camp (1977- )
  • Capacidad: 8.000 espectadores

OTROS ESTADIOS:

  • Camp del Molí d’en Curt (1923-1923)
  • Camp de Sa Fortalesa (1923-1977)
  • Estadi Municipal Nou Camp (1977- )

TRAYECTORIA EN LIGA:

ESCUDOS DE LA UNIÓN DEPORTIVA POBLENSE. EVOLUCIÓN HISTÓRICA:

UNIFORMES DE LA UNIÓN DEPORTIVA POBLENSE. EVOLUCIÓN HISTÓRICA:

ORÍGENES DEL FÚTBOL EN SA POBLA:

El municipio balear de Sa Pobla, emplazado al norte de la isla de Mallorca en la comarca de El Raiguer a pies de la Sierra de Tramuntana y al lado de la Albufera de l’Alcudia, muy próximo al mar, con sus algo más de trece mil habitantes es una tranquila localidad dedicada fundamentalmente a la agricultura siendo el cultivo de la patata, gracias a la generosa fertilidad de sus tierras, el más destacado bien.

La práctica del fútbol, al menos de forma organizada, llegó a la localidad de Sa Pobla en los primeros compases de los años veinte cuando desde el local de la Peña El Ràpid, parte de sus más atrevidos socios, todos ellos jóvenes, bajo el liderazgo de Joan Soler Rayó y Nicolau Pizá Reynés decidieron constituir el 20 de junio de 1923 un club con el cual enfrentarse al resto de sociedades de similares inquietudes de su más cercano entorno. Con el nombre de Rápid Sport Club, ataviados de una camiseta blanca con franja horizontal verde y pantalón negro y presididos por Nicolau Comes, aquel modesto club se abrió rápidamente camino dentro de su humildad realizando sus primeras prácticas deportivas en los aledaños del denominado Molí d’En Curt, reconvertido posteriormente en carpintería Cataló, donde disputaron su encuentro de debut el 25 de julio ante el entonces filial de la Real Sociedad Alfonso XIII, de Palma, titulado Blancos y Rojos.

Conscientes de que el club precisaba de un recinto acorde a sus necesidades y no de un erial, en el mes de octubre se buscaron unos terrenos para la práctica futbolística hallándose estos junto a la carretera de Pollença, a las afueras de la localidad, bautizándose como Camp de Sa Fortalesa y siendo inaugurado ese mismo mes en un encuentro ante el C.D. Juventud Sallista, de Inca.

Con el paso de los meses, a consecuencia de la escasez de efectivos se hizo necesaria la presencia de más futbolistas para enriquecer el nivel de su equipo. Integrados por numerosos jóvenes que sentían, cada uno a su manera, inquietudes por la cultura y el deporte dentro de una época en la cual los casinos eran los principales focos para encauzar el entretenimiento, los socios miembros del Rápid Sport Club no tuvieron reparo en buscar aquello de lo que precisaban en otras entidades establecidas en la población siendo, entre otras, los socios de la recién constituida en 1923 Peña Artística y Deportiva los que más interés mostraron en unirse. Fraguada la amistad entre socios de ambas peñas y convenido llevar el fútbol poblense hasta lo más alto que se pudiera, en el mes de diciembre de ese mismo 1923 se produjo la fusión de ambos colectivos adquiriendo el Rápid Sport Club la nueva denominación de Peña Artística Deportiva Rápid Poblense F.C. manteniendo los mismos colores y eligiéndose una Junta Directiva en la que Jaume Bonnín, de profesión boticario, fue elegido presidente en concordancia a la ayuda financiera prestada rodeándose de otros cargos como Carles Dupuy, Gabriel Cañellas, Joan Capó, Llorenç Serra y Joan Pons.

Iniciado el año 1924 el Camp de Sa Fortalesa fue cerrado para poder llevar a cabo taquillajes y el perímetro rodeado con dos hileras de hormigón que a su vez hacían de grada, siendo el escenario oficialmente inaugurado con presencia de autoridades civiles y religiosas el día de Pascua de Resurrección en encuentro ante el F.C. Manacor. La P.A.D. Ràpid Poblense F.C. tuvo un progreso lento y a mitad de los años veinte, tras la constitución de la Federación Balear, alcanzó la Segunda Categoría, nivel regional donde convivió junto a numerosos clubs baleares, principalmente de la capital, Palma, organizando otras prácticas de forma paralela entre las que destacaron el ciclismo y el pedestrismo, ambos con secciones dentro d la sociedad, hasta que en 1933 desavenencias entre socios de la Peña Artística y de la Peña El Rápid, propiciaron la disolución del club al no hallarse solución a posturas tan enfrentadas.

HISTORIA DEL CLUB:

1935 – 1940

Transcurridos un par de años sin un club de fútbol que representara oficialmente a la localidad, la actividad balompédica se redujo a enfrentamientos entre equipos de amigos vinculados a distintos gremios y grupos sociales entre los que destacaron el Marjalers, formado por trabajadores agrícolas y el Manestrals, constituido por empleados de la industria quienes, haciendo uso de unos solares adjuntos a la Escuela Graduada, de vez en cuando daban rienda suelta a su deporte favorito.

Fruto de la unión de diversos jugadores procedentes de los dos equipos y algunos antiguos jugadores del P.A.D. Ràpid Poblense F.C., durante el verano de 1935 se promovió la constitución de un nuevo club que reemprendiera la actividad futbolística quedando constituido el 1 de octubre la flamante Sociedad Recreativa Cultural y Deportiva Unión Sportiva Poblense bajo la presidencia de Jaume Piña Bonnín. Decidido adoptar como colores los azulgranas del influyente F.C. Barcelona, la primera tarea que se encomendó la nueva directiva fue reconvertir el Camp de Sa Fortalesa en un recinto futbolístico pues, durante los años de inactividad, había sido sembrado como terreno para el cultivo de habas.

Asociado a la Federación Balear en 1935, el club fue considerado como de Tercera Categoría siendo éste el destino donde compitió durante la temporada de estreno 35/36, quedando reinaugurado el Camp de Sa Fortalesa el 29 de junio de 1936 tras la construcción de duchas, vestuarios, bar y taquillas en encuentro amistoso frente al C.D. Infantería, una selección de soldados de paso establecido en el cuartel militar local. Sa Pobla, con gran afición al fútbol, no se detuvo en este gran paso siendo testigo ese mismo año de 1936 de la constitución del Juventud de Fútbol Poblense, una nueva sociedad de escasa trayectoria que pretendía ser una alternativa a los azulgranas. Preparándose para competir en la campaña 36/37, el estallido de la Guerra Civil sorprendió a las diversas sociedades existentes en julio de 1936 pese a lo cual su actividad no cesó por completo pues, dada la situación militar en la isla, bajo control nacional, todavía se pudieron disputar algunos encuentros amistosos y de conjuntos militares para recabar fondos.

En 1937 y en pleno conflicto armado, en Sa Pobla se concentraron muchos jugadores en ejercicio militar de las islas y peninsulares que, en cuando la ocasión lo permitía, acudían al Campo de Sa Fortalesa a disputar algún que otro encuentro. Trazada la amistad entre directivos de la U.S. Poblense y del estamento militar, los más distinguidos pasaron a formar parte del club azulgrana reuniendo éste un potencial envidiable que le llevó a cosechar importantes resultados en los campeonatos 37/38 y 38/39 hasta el punto de ser subcampeón balear en este último tras el Constancia F.C., de Inca. Finalizada la guerra aquellos excelentes jugadores volvieron a sus lugares de procedencia quedando la U.S. Poblense con futbolistas preferentemente locales, siendo tercero en el grupo único de Segunda Categoría.

1940 – 1950

La década de los años cuarenta, recién finalizada la guerra y con mucho por hacer, contempló a un club como el azulgrana que había perdido cierto potencial y, mayormente con jugadores locales, intentaba subsistir en la Segunda Regional de Mallorca. Presidida en sus primeros años por Antonio Serra Cladera la sociedad del Raiguer se planteó ascender a Primera Regional, categoría donde competían los grandes clubs baleares, reto difícil y complicado que no se pudo alcanzar hasta la conclusión de la temporada 41/42, época que coincidió con el cambio de denominación de la sociedad que, forzada a cumplir con la nueva Ley de símbolos y denominaciones donde se prohibía el uso de extranjerismos, quedó reducido a Unión Deportiva Poblense.

Estrenarse en Primera Regional significó un hito para los azulgranas que invirtieron en mejorar el Campo de Sa Fortalesa, estrenándose durante la campaña 42/43 con un interesante tercer puesto en un grupo reducido a seis participantes. La rehabilitación del campeonato de Tercera División y la marcha de los más destacados clubs baleares a esta categoría dejó la Primera Regional sin sus mejores galas, momento que aprovecharon los azulgranas para ser subcampeones de Liga en la sesión 43/44 precedidos por el C.D. España, de Lluchmajor. Tercero en la edición 44/45, en la temporada 45/46 fue tercero pero en un campeonato mallorquín dividido entre clubs de la capital y clubs del resto de la isla que sería una constante en lo sucesivo hasta bien adentrada la década. Presidido el club poblense por Francisco Alomar Poquet, poder alcanzar una plaza en Tercera División resultó una misión imposible pese a disponerse de buenos jugadores.

1950 – 1960

Con los años cincuenta el club azulgrana siguió creciendo deportivamente y en número de socios y, con la mirada fijada en el campeonato de Tercera División, éste fue el objetivo a seguir pues grande era la atracción que esta categoría sembraba entre directivos y aficionados. Fijada la meta, ésta sin embargo no fue fácil de alcanzar pues en los primeros años, siempre por una causa u otra, el sueño se diluía ante la frustración de todos.

Con Francisco Alomar Poquet al frente, a pesar de los buenos resultados obtenidos en el Campeonato de Mallorca, cuando se llegaba a la Fase Final donde se disputaba una plaza frente a clubs menorquines o pitiusos, la suerte le era esquiva hasta que, concluida la temporada 53/54, por fin se pudo conseguir por primera vez en su historia el ascenso a Tercera División. El tercer nivel nacional de la época para los clubs baleares estaba fraccionado en un grupo mallorquín y otro menorquín quedando los azulgranas ubicados en el torneo de su isla en el cual, durante su estreno de la campaña 54/55 fueron cuartos en Liga. En la edición 55/56 se consiguió un buen equipo que terminó tercero precedido por C.D. Atlético Baleares y R.C.D. Mallorca, dos grandes que se clasificaron para disputar la Promoción de Ascenso con mejor plantilla y recursos que los azulgranas.

En la sesión 56/57 los subgrupos mallorquín y menorquín fueron unificados en uno solo con dieciocho participantes, novedad que resultó atractiva terminando la U.D. Poblense en noveno puesto. Los gastos ocasionados por los viajes a la isla vecina y cierta debilidad presupuestaria ocasionaron el descenso del club en la temporada 57/58 al finalizar decimosexto, siendo su presencia en la Primera Regional de la campaña 58/59 efímera por cuando los azulgranas pudieron regresar de inmediato a Tercera División donde cerraron la década con un séptimo puesto en la sesión 59/60.

1960 – 1970

Al comenzar los años sesenta la U.D. Poblense continuó jugando en el Grupo VIII de ámbito exclusivamente balear concluyendo octavo en la temporada 60/61 mientras que en la campaña 61/62, dentro de un campeonato dividido en dos grupos, uno para los clubs de Mallorca y otro más reducido para los de Menorca, con la nueva legislación al quedar noveno perdió su plaza descendiendo a Primera Regional. En esta categoría, de la cual se pensaba salir pronto, los azulgranas fueron superados en la edición 62/63 por el C.D. Binisalem debiendo aguantar a la sesión 63/64 para recuperar su presencia en Tercera División tras ser subcampeón superado por el C.D. Juventud Sallista, de Inca.

De nuevo en el tercer nivel nacional y dentro del Grupo VIII balear, su participación en la temporada 64/65 fue discreta terminando penúltimo y octavo, no siendo mejor la campaña 65/66 en la que resultó décimo y colista al igual que sucedió en la edición 66/67 donde, nuevamente colista, en esta ocasión terminó decimosegundo. Presidido el club por Miguel Pascual Serra, en el campeonato 67/68 por fin se pudo entrever cierta recuperación en los azulgranas al concluir sexto, pasando un corte establecido por la Federación Española para competir en una Tercera División reducida en número de grupos y participantes que ocasionó la redistribución de todos los clubs de la categoría en unos nuevos con la particularidad de ser interregionales.

El club del Raiguer fue ubicado en el Grupo V junto a clubs baleares, catalanes y valencianos con rivales de renombre y mayor poder tanto deportivo como económico, luchando los azulgranas hasta el final por conseguir la continuidad aunque lamentablemente para sus intereses no pudo ser al resultar decimonoveno a un solo punto de la salvación. Descendido a Primera Regional y siendo presidente Cristóbal Alorda Ríos, durante la temporada 69/70 se hizo un esfuerzo por regresar a Tercera División, objetivo que se alcanzó al finalizar en primer puesto comandando el Campeonato de Mallorca y luego, en la Promoción, superar a C.D. Alayor, campeón de Menorca y C.D. Portmany, campeón de Ibiza.

1970 – 1980

La década de los años setenta se estrenó con una Tercera División ampliamente remodelada que se redujo a cuatro grupos de veinte participantes respectivamente cada uno, una atractiva competición con clubs históricos venidos a menos y otros en franco crecimiento donde los azulgranas pensaban ocupar un sitio. Con uno de los mejores planteles de las islas, la U.D. Poblense quedó en la temporada 70/71 ubicada en el Grupo III junto a clubs catalanes, valencianos y baleares terminando en un aceptable décimo puesto alejado de la zona conflictiva. Por aquellos tiempos el Camp de Sa Fortalesa era un hervidero repleto hasta la bandera donde la afición local animaba incondicionalmente a su equipo. Fruto de ello y siendo presidente Miguel Pascual Socías, su papel en la campaña 71/72 fue sobresaliente consiguiendo terminar tercero a dos puntos del C.F. Terrasa, quien promocionó para ascender a Segunda División y a tres puntos del Club Gimnástico de Tarragona, quien ascendió directamente a la categoría de plata.

Convertido en la revelación del grupo, en la edición 72/73 sus más destacados jugadores fueron presa de otros clubs y los azulgranas no aprovecharon la ocasión para reforzarse correctamente, concluyendo en Liga decimosextos por lo que debieron defender su plaza en la categoría ante el aspirante C.F. Gandía, subcampeón de la Regional Preferente valenciana, quien les arrebató el puesto al empatar 1-1 en Sa Pobla y vencer en la localidad valenciana por 2-1. Bajo la presidencia de José Alorda Ríos el club azulgrana se proclamó campeón de Regional Preferente en la sesión 73/74 regresando por la puerta grande a la Tercera División, quedando en la edición 74/75 encuadrado nuevamente en el Grupo III donde competían clubs aragoneses, catalanes, valencianos, baleares y murcianos. En una competición muy abierta y sujeta a cambios continuos en la clasificación debido a la extrema igualdad, la U.D. Poblense no superó los cortes y terminó penúltima a tres puntos de poder disputar la Promoción de Permanencia, encadenando un segundo descenso a Regional Preferente en poco tiempo.

Subcampeón de la Regional Preferente mallorquina tras el C.D. Margaritense y campeón balear de la temporada 75/76, los azulgranas consiguieron un nuevo ascenso a Tercera División militando durante la campaña 76/77 en el Grupo III con aragoneses, catalanes, valencianos, baleares y murcianos en el que era el último año con ese formato, sufriendo a partir de 1977 dicha categoría una ampliación que desvirtuó un tanto su nivel. El club azulgrana, decimotercero, en realidad perdió una categoría pues la implementación de la Segunda División B, una categoría puente entre la Segunda y Tercera División a la que no pudo acceder por apenas dos puntos, fue un duro golpe para una entidad que confiaba seguir en el tercer nivel nacional. Precisamente en el transcurso de la competición el club inauguró el 29 de enero de 1977 el denominado Nou Camp, un recinto moderno con capacidad para ocho mil espectadores estrenado en Liga ante el Onteniente C.F. que vino a sustituir al histórico Camp de Sa Fortalesa.

Situado en Tercera División pero en el cuarto nivel nacional, la edición 77/78 la disputó en el Grupo V junto a sociedades valencianas, baleares, murcianas y castellano-manchegas terminando decimotercero, siguiendo en el mismo grupo durante el torneo 78/79 pero con la buena noticia de ser séptimo. En la temporada 79/80 que cerraba la década la RFEF determinó que los clubs baleares formasen un grupo exclusivo para su ámbito territorial en la categoría, quedando el Grupo VIII compuesto por veinte equipos donde la U.D. Poblense, con una formidable plantilla, terminó en segundo puesto a dos puntos de un R.C.D. Mallorca que, en horas bajas, apuradamente pudo ascender directamente como campeón a Segunda División B.

1980 – 1990

Despejado el camino para aspirar a lo máximo una vez ausente el R.C.D. Mallorca en una categoría superior, la U.D. Poblense formó un plantel excepcional para empezar la década de los años ochenta con Llorenç Serra Ferrer en el banquillo. Primero de principio a fin durante la temporada 80/81, los azulgranas solo perdieron un par de encuentros manteniendo una gran distancia respecto a su más inmediato rival, el C.D. Constancia. Llegados a la disputa de la Promoción de Ascenso en Semifinales se enfrentaron al Arenas Club, de Getxo, empatando 1-1 en la localidad vizcaína para luego imponerse en casa por 2-0. Para acceder a Segunda División B faltaba eliminar en la Final al C.D. Endesa Andorra, rival con el cual no se pudo ante la decepción de sus aficionados después de empatar 1-1 en casa y caer derrotados en la localidad turolense por 2-0. El sueño se había esfumado.

En la campaña 81/82, de nuevo con Serra Ferrer en el banquillo, los azulgranas ejecutaron un torneo muy similar al del curso anterior siendo los protagonistas a nivel doméstico los mismos aunque, metidos en la Promoción, los resultados esta vez sí fueron los esperados. En Semifinales el rival fue la U.P. Langreo, conjunto asturiano al que se venció en casa por 3-1 siendo la vuelta exitosa al empatar 1-1. Restaba lo más complicado, la Final, enfrentándose al Catarroja C.F., campeón valenciano, al que se venció en la ida por 1-2 y una semana más tarde en casa por 2-0 ante un abarrotado Nou Camp que celebró un merecido ascenso a Segunda División B por primera vez en su historia. Dividida la categoría de bronce en dos grupos de veinte participantes cada uno, a los poblenses les tocó estrenarse durante la edición 82/83 en el Grupo II que acogía al centro, sur y este peninsular, manteniendo un ritmo aceptable por el cual no pasaron demasiados apuros concluyendo decimoquintos.

El fútbol triunfaba en la localidad mallorquina y más clubs nacían arrastrados por su ímpetu. Vistiendo camiseta verdiblanca con pantalón verde, en 1982 fue constituido en la localidad el Club Esportiu Casa Miss-Jotul, un modesto club arraigado en el bar del mismo nombre y patrocinado por la empresa Jotul que inició su actividad en el fútbol de empresas y, desde 1992, inscrito en la Federación Balear comenzó a subir peldaños hasta proclamarse campeón de la Regional Preferente mallorquina en la temporada 95/96 renunciando, por motivos económicos, a promocionar para tratar de ascender a Tercera División.

En la campaña 83/84 los azulgranas siguieron en el mismo grupo pero con rivales diferentes resultando el torneo animadísimo por la gran igualdad reinante. Salvados del descenso antes de la última jornada, el decimosegundo puesto supo a gloria. Para la sesión 84/85 se trajeron nuevos futbolistas con los que se pensaba esquivar los puestos de cola pero no fue así. En una apretada clasificación, al final fueron decimocuartos aunque con el premio de la continuidad, su gran objetivo. Al empezar la temporada 85/86 la Federación Española comunicó que, para obtener un rendimiento deportivo más óptimo y un campeonato más profesionalizado, la Segunda División B debía ser reducida a un grupo único de veintidós participantes. Esto suponía que muchos clubs perderían su plaza por lo que los de la comarca del Raiguer formaron una plantilla de jugadores experimentados para no correr riesgos. La jugada, a tenor del resultado, les salió perfecta puesto que sextos en Liga además de obtener la continuidad dieron espectáculo andando muy próximos a las primeras plazas.

La anunciada y temida campaña 86/87, con desplazamientos a lo largo y ancho de toda la geografía nacional, fue una carga muy dura para el club balear que, asfixiado por los gastos, concluyó vigésimo segundo y colista salvándose de un seguro descenso gracias a la decisión de la Federación Española, presionada y agobiada por las constantes protestas de los clubs, de decidir no descender a nadie y ampliar para la siguiente sesión la categoría de un grupo a cuatro con veinte participantes cada uno. Para los azulgranas la medida federativa fue un regalo y, ubicados en el Grupo II con catalanes, baleares, aragoneses, castellano-leoneses, navarros, riojanos y vascos, la temporada 87/88 pese a los problemas existentes fue un reto superado al finalizar en decimoquinto puesto. Siguiendo en el Grupo II la campaña 88/89, con una plantilla que sumó pocos goles, fue muy negativa y el club mallorquín, después de un ciclo de siete campeonatos en la categoría, puso broche final al ser decimoctavo descendiendo a Tercera División. De nuevo en el grupo balear, su participación en la Liga 89/90 fue mediocre con una plantilla muy distinta a la del curso anterior terminando la mejor década de su historia en decimocuarta plaza.

1990 – 2000

Después de un ciclo histórico en Segunda División B y un duro retorno al Grupo XI balear de Tercera División, la década de los años noventa se presentó con un talante que invitaba, al menos, a ser optimistas. Catalogados los azulgranas como un club con aspiraciones, lo cierto es estos años estuvieron repletos de altibajos encontrándose los poblenses con que, dentro de su área geográfica, surgieron más clubs con sus mismas pretensiones. Este incremento de rivales provocó que se terminase séptimo en la temporada 90/91 y decimoséptimo en la campaña 91/92 tocándose fondo tras un pésimo torneo que a punto estuvo de ser dramático con el descenso llamando a las puertas del club mallorquín.

En la sesión 92/93 se corrigieron muchas cosas y el primer equipo concluyó quinto estando cerca de promocionar, clasificación que fue un espejismo puesto que en la edición siguiente 93/94 se terminó noveno. Un nuevo repaso a los errores cometidos posibilitó que se concluyese cuarto en la temporada 94/95 pudiendo luchar por el ascenso de categoría, reto que se quedó en nada al ser colista de un grupo comandado por el Novelda C.F. donde le acompañaron Lorca C.F. y U.E. Tárrega. En la campaña 95/96 se encadenó un segundo cuarto puesto y el conjunto azulgrana disfrutó de una nueva oportunidad para ascender, reto excesivo en esos momentos para un equipo que terminó tercero, aunque con mejores resultados que el año anterior, precedido por C.F. Llíria y Cartagonova C.F. siendo colista el F.C. Santboiá.

En la sesión 96/97, pese a sus esfuerzos, los baleares fueron quintos en Liga perdiendo la oportunidad de promocionar, retrocediendo en la edición 97/98 a un séptimo puesto que no sentó bien. Puestos a emerger y poder promocionar, para la temporada 98/99 se preparó una notable plantilla con la que se aspiraba conseguir el título, objetivo que se frustró por el excelente torneo del C.D. Constancia. En la Promoción no hubo suerte y los azulgranas concluyeron colistas con tres puntos conseguidos en tres empates precedidos por U.D. Alzira, Orihuela C.F. y C.E. Europa, de Barcelona cerrando la década con una inesperada novena plaza en el campeonato 99/00.

2000 – 2010

Coincidiendo con el arranque del nuevo siglo las directivas de U.D. Poblense y C.D. Casa Miss-Jotul decidieron fusionar ambas sociedades mediante absorción de la histórica hacia la más joven quedando integrados como socios en el club azulgrana todos los que habían sido del club blanquiverde. Con la unión se pensaba hacer un club más poderoso que aspirase a estar lo más arriba posible pero lo cierto es que, al menos en las dos primeras temporadas 00/01 y 01/02, no hubo resultados puesto que en Liga se concluyó en decimoprimero y octavo puesto respectivamente. En la campaña 02/03 tras un discreto torneo se ocupó la cuarta plaza pudiendo acceder a la Promoción de Ascenso tal cual se había planteado apenas unos años antes, fase que resultó un fuerte revés puesto que se terminó colista con un solo punto siendo superado por Villajoyosa C.F., C.F. Badalona y C.D. Mar Menor. En la siguiente edición, 03/04, se concluyó también en cuarto puesto con la novedad de que el sistema de promoción, tradicionalmente con eliminatorias entre cuatro clubs ubicados en un mismo grupo, ahora pasaba a ser con eliminatorias directas a doble encuentro. En Semifinales el rival para los azulgranas fue el C.D. Alcoyano, conjunto valenciano ante el que se perdió en casa por 0-2 y luego, una semana más tarde, 3-1 en el encuentro de vuelta.

A partir de este momento los azulgranas perdieron mordiente y encadenaron una serie de temporadas negativas que preocuparon bastante a la afición comenzando con una irregular campaña 04/05 en la que fueron octavos seguida de una desastrosa edición 05/06 en la cual la decimosexta plaza habla por sí sola andando muy cerca de los puestos de descenso a Regional Preferente. Con el susto en el cuerpo la sesión 06/07 resultó balsámica con una plantilla renovada que terminó en tercer puesto tras Sa Deportiva Eivissa y R.C.D. Mallorca «B». En la Promoción de Ascenso las Semifinales fueron un calvario ante el Villarreal C.F. «B» perdiendo en casa por un doloroso 0-4 y en la localidad castellonense por 3-0 en la vuelta.

Después de tan notable competición en el torneo de la categoría balear, las temporadas siguientes no cumplieron ni de lejos las expectativas creadas protagonizando los azulgranas unos muy discretos torneos en los que, bien pronto, se quedaron sin objetivos. De este modo la campaña 07/08 se resolvió con un decepcionante decimosegundo puesto que, ya en la sesión 08/09, fue mejorado para quedar séptimo mientras que, en la edición 09/10, se volvió a las andadas con un inesperado decimoquinto puesto que preocupó y mucho a la afición azulgrana por la imagen ofrecida.

2010 – 2020

Al iniciarse los años diez después de una etapa convulsa y poco acertada en la que el club azulgrana anda alejado de los primeros puestos accede una nueva directiva que se plantea como objetivo el poder acceder a la Promoción de Ascenso. Renovada la plantilla en la temporada 10/11 los resultados no tardan en llegar consiguiéndose el subcampeonato en un torneo muy igualado precedido en un solo punto por el C.D. Manacor. Clasificado para disputar la Promoción, en esta fase se enfrenta en Cuartos a la U.D. Mutilvera, conjunto navarro de la localidad del Valle de Aranguren que le derrota en la ida 3-1 y con el cual empata en casa con un insuficiente 1-1. En la campaña siguiente, 11/12, la pérdida de algunos jugadores importantes y un fracaso en los fichajes le lleva a terminar noveno en Liga, una situación irrepetible que la directiva se encarga de enmendar en la edición 12/13 al concluir nuevamente subcampeón pero en esta ocasión a buena distancia de la S.C.R. Peña Deportiva. En la Promoción de Ascenso supera en Cuartos a la S.D. Leioa al vencer en la localidad vizcaína por 1-2 y en casa 2-1, accediendo a unas Semifinales donde se enfrenta al Coria C.F. con quien pierde en la localidad sevillana por 2-1 y al que derrota en casa 1-0 para pasar a la gran Final haciendo valer el valor doble de los goles obtenidos a domicilio. Ilusionada la afición con la posibilidad abierta de poder regresar a Segunda División B tras muchos años de ausencia, la U.B. Conquense pone freno a su sueño tras vencer 3-1 en la capital castellano-manchega y ganar en la localidad balear por 0-1.

Frustrado por no conseguir el ascenso, en las temporadas siguientes el cuadro mallorquín no es capaz de entrar siquiera entre los cuatro primeros clasificados concluyendo los cursos 13/14 y 14/15 en sexta posición mientras que en la sesión 15/16 es quinto quedándose a las puertas de promocionar. Con una buena plantilla que apunta maneras y algunos refuerzos, en la temporada 16/17 se termina segundo a siete puntos de una inalcanzable S.D. Formentera, pasando a la disputa de los Cuartos de la Promoción de Ascenso donde, tras un notable empate 0-0 ante el C.D. Castellón en la capital valenciana, en el encuentro de vuelta es eliminado al empatar 2-2. En la campaña 17/18 repite el segundo puesto en Liga quedando a cuatro puntos del R.C.D. Mallorca «B», clasificándose en una nueva oportunidad para la Promoción de Ascenso donde su recorrido es corto al ser eliminado en Cuartos por el C.F. Salmantino después de empatar en la capital charra 2-2 y caer derrotado en casa por un inesperado 2-3 que le apea de la competición.

Empeñada la directiva azulgrana en ascender a Segunda División B, en la edición 18/19 se apuesta por un combinado que es tercero en Liga superado por S.C.R. Peña Deportiva y R.C.D. Mallorca «B», disputando una Promoción en la que se depositan muchas esperanzas después de eliminar en Cuartos al C.D. Tropezón al vencer en casa 4-2 y en la localidad cántabra de Torrelavega por 1-4 en la vuelta. En Semifinales, sin embargo, sus esperanzas quedan diluidas después de empatar en casa 1-1 ante el Sestao River Club y una semana más tarde ser derrotaos 3-1. La sesión 19/20 es especial para los azulgranas pues, con una excelente plantilla, encabezan la Liga en el campeonato balear de la categoría hasta que en marzo, a causa del Covid-19, con un encuentro menos que sus rivales y a falta de once jornadas, la RFEF suspende la competición proclamándose campeón. Dadas las circunstancias se establece una Promoción entre los cuatro primeros clasificados del Grupo XI balear eliminándose entre sí, consiguiendo los azulgranas superar mediante encuentro único al C.D. Felanitx en Semifinales tras empatar 1-1 y haciendo valer su mejor clasificación en Liga para, ya en la Final, derrotar al R.C.D. Mallorca «B» por 2-1 y conseguir un histórico ascenso a la categoría de bronce tras muchos años de intentos frustrados.

Copyright Texto historiales LaFutbolteca.com

BIBLIOGRAFÍA Y HEMEROGRAFÍA:

  • Enciclopedia Fútbol 1950/51. Ángel Rodríguez y Francisco Narbona (1951).
  • Anuarios de la RFEF.
  • Historia básica de los principales clubs de fútbol españoles (Tomo II). Vicent Masià Pous (2011).
  • Gol. Diario deportivo.
  • Sa Pobla. Revista de información general.
  • www.diariodemallorca.es Diario general.
  • www.elmundodeportivo.com/hemeroteca Diario deportivo.
  • www.marca.com Diario deportivo.
  • www.as.com Diario deportivo.

ENLACES RELACIONADOS CON EL CLUB:

 

Historial del Club Deportivo Logroño

 

 

 

DATOS GENERALES:

  • Nombre completo: Club Deportivo Logroño
  • Ciudad: Logroño
  • Provincia: La Rioja
  • Comunidad Autónoma: La Rioja
  • Fecha de constitución: 17 de diciembre de 1922
  • Fecha de federación: 1925

 

CAMBIOS DE NOMBRE:

  • Club Deportivo Logroño (1922-1935)

 

TITULOS NACIONALES:

 Ligas de Categoría Nacional:

 

ESTADIO:

 

 

 

 

 

 

 

  • Nombre: Campo de Las Gaunas
  • Año de inauguración: 2002
  • Cambios de nombre: 15 de junio de 1924
  • Campo de Las Gaunas (1924-1935)
  • Capacidad: 8.000 espectadores

 

OTROS ESTADIOS:

  • Campo de la carretera de Zaragoza (1922-1922)
  • Campo de Las Gaunas (1924-1935)

 

TRAYECTORIA EN LIGA:

 

ESCUDOS DEL CLUB DEPORTIVO LOGROÑO. EVOLUCIÓN HISTÓRICA:

UNIFORMES DEL CLUB DEPORTIVO LOGROÑO. EVOLUCIÓN HISTÓRICA:

ORÍGENES DEL FÚTBOL EN LOGROÑO:

Situada a los pies del monte Cantabria y bañada por el Río Ebro, el municipio y ciudad de Logroño con una población de ciento cincuenta mil habitantes es la localidad más importante de La Rioja siendo su capital y principal centro económico, cultural y de servicios. Destacado cruce de caminos, en su término municipal se encuentran algunas de las principales bodegas de vino del país por la elevada calidad de sus caldos habiendo adquirido una merecida fama internacional hasta el punto de ser uno de los más significativos motores económicos junto a un interesante tejido industrial.

La sociedad logroñesa de principios del s. XX no fue ajena a los movimientos asociacionistas de carácter recreativo que circulaban entre los grupos más elitistas de todas las ciudades españolas, creándose el 11 de mayo de 1905 el Gran Casino de Logroño, una entidad que tuvo en la organización de bailes, excursiones y promoción de juegos y espectáculos su modus vivendi aunque no fue la única al coexistir con el Círculo Logroñés y el Círculo La Amistad. Antes de alcanzarse 1910, los respectivos socios de los tres casinos ya habían hechos sus pinitos con la práctica futbolística quedando constituido en fecha 17 de agosto de 1910 la Sociedad Deportiva Logroñesa, presidida por Isaac Romanos. Carente de un terreno de juego adecuado donde poder entrenar, la S.D. Logroñesa fue dando tumbos en sus primeros meses de vida hasta fusionarse en 1911 con el Gran Casino cuyos socios, con más posibilidades, sí tenían capacidad económica para adquirir un recinto, unión cuyo resultante fue la Agrupación Deportiva Gran Casino o, como se le conoció popularmente, «La Deportiva».

Influenciados sus socios por los recientes éxitos del Athletic Club bilbaíno, como colores fueron elegidos los rojiblancos para la camiseta quedando en blanco el pantalón aunque años después sería permutado por el negro, siendo la campa militar y el descampado de la Vuelta del Peine sus primeros lugares de práctica. Estrenada su vida deportiva el 19 de mayo de 1912 en un encuentro disputado en Tafalla ante el pamplonés Iruña F.C., al fin el 8 de junio de ese mismo año pudo inaugurar su campo situado en la carretera de Villamediana teniendo como contrincante al Pamplona F.C., un gran éxito que atrajo a una importante cantidad de público no resultando desapercibido su trabajo al resultar fuente de inspiración para otros aficionados.

Un grupo de ellos, alejados del Gran Casino y quienes solían frecuentar el Café Los Leones, en fecha 28 de junio de 1912 decidieron por mutuo acuerdo constituir el Logroño Recreation Club, siendo su primera Junta Directiva la formada por Juan Díaz Quincoces en la presidencia, Saturnino Aragón como vicepresidente, Eduardo Andrés Adán como contador, Joaquín Herrero en el puesto de tesorero y Pedro Pablo Heredia en el de secretario. Registrado posteriormente el 4 de julio, inicialmente se trató de un club polideportivo con secciones de ciclismo, automovilismo, tenis, motociclismo y atletismo siendo el fútbol su principal actividad, disfrutando como zona de recreo un terreno de juego ubicado entre las actuales calles Duquesa de la Victoria y Avenida de Colón junto a la por entonces carretera de Zaragoza.

Mucho más serio y ambicioso que la Ag.D. Gran Casino, el Logroño Recreation Club creció a pasos agigantados contando con más socios y poderes que su rival saltando chispas durante los encuentros protagonizados por ambos hasta el punto de producirse una auténtica guerra dialéctica en 1913. A partir de 1914, sin embargo, las relaciones entre ambos se suavizaron fruto de la interrelación de ambos grupos, adquiriendo los recreativistas gran ventaja al ser inscritos en la Federación Regional del Norte en 1913 como club de Serie B, categoría en la que compitió hasta 1918 coincidiendo con un aletargamiento del fútbol en Logroño que derivó en la desaparición de La Deportiva en 1916.

Con sus colores rojiblancos -originariamente blancos-, tras la creación en 1918 de la Federación Guipuzcoana el grueso de los clubs navarros y riojanos ingresaron en este organismo siendo catalogados los logroñeses como pertenecientes a la Serie B, disfrutando la afición que se citaba en la carretera de Zaragoza durante estos años de grandes encuentros frente a rivales vascos, burgaleses y navarros, cuando no riojanos. Cierto abandono de la afición y problemas de diversa índole en la directiva presidida por José Gallástegui, dieron por finalizada la existencia del club cuando, en fecha 30 de septiembre de 1922, se aprobó su disolución.

Extinguido el principal representante local, su hueco conmovió a parte de su histórica afición quien se vio de repente desnuda a la hora de seguir a cualquiera de los clubs supervivientes. Uno de ellos fue el España F.C., una modesta sociedad formada por obreros que, constituida a finales de 1920 fue tiempo después registrada el 28 de octubre de 1922. Con camiseta roja y pantalón blanco, presididos por Bernardo Ardanaz los españistas disponían de terreno propio y, al recalar en su plantilla parte de los jugadores recreativistas, crecieron rápidamente. El otro club en ciernes fue el Logroño F.C., sociedad constituida a principios de octubre de 1922 con la mayor parte de los jugadores recreativistas que, sin mucho afán, trató de buscarse un sitio que, debido a su poca consistencia, no fraguó.

HISTORIA DEL CLUB:

1922 – 1930

Con el avance del otoño de 1922, ni uno ni otro convencían por sus limitaciones a los grandes aficionados y, mucho menos, a prensa y a los burgueses con alto poder económico por lo que, a medida que pasaban los días, se iba fraguando en el Gran Casino una nueva sociedad que fuera la máxima representante de la ciudad. Fruto de las largas conversaciones mantenidas, el domingo 17 de diciembre quedó al fin constituido el Club Deportivo Logroño siendo elegido como presidente Saturnino Iñíguez mediante Junta General. En el propósito de la nueva sociedad estaba el disponer de un terreno de juego propio lo antes posible por lo cual, ya en mayo de 1923, el socio Rafael León vendió al club unos terrenos en la partida municipal conocida como Las Gaunas dándose acceso a través de una finca propiedad de Enrique Herreros de Tejada junto a la carretera de Lardero.

Al C.D. Logroño, que vistió camiseta rojiblanca con pantalón negro como sus antecesores, se incorporaron exjugadores recreativistas con pasado reciente en el Logroño F.C. y jugadores de otros clubs convirtiéndose avanzado 1923 en la principal sociedad local siendo habituales, durante su periodo de desarrollo inicial, sus intensos duelos frente al España F.C. donde se centraban dos realidades sociales distintas y otros clubs de la provincia o Navarra preferentemente. El 3 de febrero de 1923 el España F.C. inauguró su Campo de la Trilladora ante el San Antonio certificando su madurez aunque, el estreno oficial, fue celebrado el 2 de septiembre en encuentro ante el Arenas Club, de Getxo.

Por su parte el C.D. Logroño, después de un año de transición, consiguió inaugurar el 15 de junio de 1924 después de varios meses de intensa obra el Campo de Las Gaunas, siendo el principal baluarte desde el que se pretendíó entrar en competición organizada. Dicho y hecho, en 1925 el club quedó inscrito en la Federación Guipuzcoana formando parte, dado su nivel deportivo, de la Serie A de Segunda Categoría que equivalía al tercer nivel regional, consiguiendo un meritorio primer puesto con grandes goleadas a su favor que le reportaron a la Serie B de Primera Categoría al término de la temporada 25/26 de debut. Con una plantilla reforzada, el estreno en la Serie B de la campaña 26/27 resultó esperanzador resultando un nuevo éxito la sesión 27/28 cuando, al proclamarse campeón con bastante holgura, encadenó su segundo ascenso en esta ocasión a la Serie A, Primera Categoría regional donde competían los grandes clubs guipuzcoanos y navarros.

Con capacidad para ocho mil localidades, el Campo de Las Gaunas era muy atractivo para sus aficionados y visitantes, recibiéndose en la edición 28/29 a grandes clubs como Real Sociedad de Fútbol, de San Sebastián y Real Unión Club, de Irún que dejaron grandes taquillas amén de ser un éxito deportivo al resultar subcampeón tras los donostiarras. Esta clasificación le permitió disputar por primera vez en su historia el Campeonato de España eliminando al Real Betis Balompié pero, a su vez, siendo superado contundentemente por el Real Madrid C.F. con abultadas goleadas. En la campaña 29/30 fue cuarto en el Campeonato Guipuzcoano accediendo a Tercera División, fase eliminatoria donde se dilucidaban qué clubs ascendían a Segunda División. Encuadrado en el Grupo II y con posibilidades, su participación quedó frustrada en un torneo muy intenso e igualado donde fue tercero tras Baracaldo F.C. y Real Valladolid Deportivo, quedando detrás Real Sociedad Gimnástica de Torrelavega y Sestao Sport Club.

1930 – 1935

Con el inicio de la nueva década la directiva logroñesa se propuso llegar lo más lejos posible en el Campeonato Regional y, dentro de las Categorías Nacionales, alcanzar la Segunda División si era posible. Con una economía no de primer nivel pero sí importante dentro de su área geográfica, el C.D. Logroño consiguió después de un meritorio torneo ser segundo en el Campeonato Regional 30/31 tras el Real Unión Club, de Irún, no pudiendo llegar a Segunda División después de ser segundo en el Grupo II a un punto del Baracaldo F.C. Clasificado para disputar el Campeonato de España, los rojiblancos se plantaron asombrosamente en Semifinales después de superar a Cultural y Deportiva Leonesa, Real Valladolid Deportivo y C.D. Castellón sucesivamente, siendo finalmente eliminado por el Athletic Club, de Bilbao, posterior campeón.

Con un gran plantel, el C.D. Logroño tocó techo en el Campeonato Regional durante la campaña 31/32 al proclamarse por primera vez campeón precediendo al Donostia F.C., un gran éxito que condujo a su afición a creer firmemente en las posibilidades del club. Nada más lejos de la realidad pues los jugadores, todos profesionales, cobraban una cantidad que ponía en aprietos a la sociedad logroñesa y los viajes, cada vez más continuos y exigentes, costaban un dineral. Clasificado para competir en el Campeonato de España, prontamente fue eliminado siendo muy discreta su participación en Tercera División donde fue cuarto y, por lo tanto, eliminado. En la sesión 32/33 invirtió su papel con el Donostia F.C. y fueron los guipuzcoanos los campeones, siendo eliminado por el Real Unión Club, de Irún en el Campeonato de España y tomando refugio en el torneo de Tercera División con buen resultado al ser primero en el Grupo III. Clasificado para Octavos logró eliminar al Huesca F.C. del que no tuvo piedad venciendo 9-1 en casa y 1-3 en la capital aragonesa, cayendo en Cuartos ante el Zaragoza F.C. después de empatar 0-0 en casa y perder 2-0 en la capital maña.

La crisis financiera del conjunto logroñés poco a poco, pero sin freno, iba creciendo aunque no así su carrera deportiva. Aprovechando el bajón competitivo de Donostia F.C. y Real Unión Club, los rojiblancos conquistaron en la sesión 33/34 su segundo título regional sin tener demasiada fortuna en el Campeonato de España al ser eliminado por el Murcia F.C. En cuanto a la Tercera División, presente un nuevo formato el C.D. Logroño participó en el Grupo A Norte-Oeste concluyendo tercero tras Valladolid Deportivo y Baracaldo F.C., clasificándose para la Fase Intermedia donde eliminó al Unión Sporting Club, de Vigo al imponerse 1-2 en la ida y 3-2 en casa. Clasificado por méritos propios para acceder a la Final donde había un solo pasaporte para acceder a Segunda División, el premio fue para el Valladolid Deportivo, muy superior a Zaragoza F.C., Elche F.C., Gimnástico F.C., de Valencia, siendo el quinto puesto para los rojiblancos mientras el Baracaldo F.C., muy afectado en su economía por tanto gasto, se retiró.

En 1934 la Federación Española determinó eliminar los Campeonatos Regionales y darles un nuevo cariz agrupando las regiones por proximidad geográfica implementando los Campeonatos Superregionales. Este paso supuso un nuevo apretón de rosca para la frágil y castigada economía de los riojanos, no declinando su participación en el Grupo II junto a madrileños, aragoneses, cántabros y castellanos al quedar el Grupo III integrado exclusivamente por vascos y navarros. Séptimo con dos victorias y diez derrotas, los rojiblancos perdieron su fuerza deportiva sufriendo severas derrotas pero todavía restaba por llegar la puntilla.

Eliminada la Tercera División, la Federación Española estableció una Segunda División integrada por tres grupos con ocho partícipes cada uno, quedando los riojanos ubicados en el Grupo II en el que, como era lógico y se suponía, lo iba a pasar muy mal. Iniciado el campeonato en diciembre de 1934, la desbandada de jugadores profesionales que no cobraban fue general y la plantilla se quedó a cuadros teniendo que ser completada con jugadores amateurs. Sin opciones de cumplir lo más mínimo y sin dinero, en medio de una gran crisis se perdió 5-0 en Zaragoza, 1-7 en casa ante el Real Unión Club y 8-1 en Sabadell, no compareciendo en la jornada cuarta ante el E.C. Badalona tras lo cual se retiró.

Anulados todos sus resultados por la Federación Española en aplicación del Reglamento competitivo, finalizado el torneo el C.D. Logroño fue descendido pero ya sin consecuencias pues, al cabo de unos meses, con una gran deuda y sin nadie que se compremetiera a zanjarla, el club desapareció. Convertido en un solar futbolístico, durante lo que restó de 1935 y 1936 no hubo movimientos serios para constituir una alternativa, siendo imposible a partir de julio de 1936 con el estallido de la Guerra Civil que abortó cualquier iniciativa.

Tras la guerra, el gran aficionado José Guillén lucha para rescatar el fútbol en la capital riojana y el 30 de mayo de 1940 nace el Club Deportivo Logroñés mediante una selección de los mejores jugadores locales. La nueva entidad se convierte en el máximo representante provincial y durante casi siete décadas aglutinará a la mayor parte de los seguidores logroñeses consiguiendo militar durante dieciocho campañas en Segunda División y nueve más en Primera División, resultando el final de los años ochenta y la década de los noventa su gran momento de gloria. Los excesos provocados por la carestía de los fichajes y los esfuerzos vanos por recuperar la categoría perdida militando en la categoría de plata repercuten negativamente en la economía de la entidad, descendiendo a Tercera División al término de la sesión 99/00 por la vía administrativa al no satisfacer las deudas contraídas con sus jugadores.

Copyright Texto historiales LaFutbolteca.com

BIBLIOGRAFÍA Y HEMEROGRAFÍA:

  • Álbum Nacional de Fútbol. Ediciones Álvarez y López (1947).
  • Enciclopedia Fútbol 1950/51. Ángel Rodríguez y Francisco Narbona (1951).
  • Equipos con historia: C.D. Logróñés. Universo Editorial S.A. (1990).
  • Historia básica de los principales clubs de fútbol españoles. Vicent Masià Pous (2009).
  • La Rioja. Diario.
  • www.elmundodeportivo.es/hemeroteca Diario deportivo.
  • www.larioja.com Diario.
  • www.uniondeportivalogroñes.es (Web oficial).
  • www.bermemar.com Página cultural.
ENLACES RELACIONADOS CON EL CLUB:

 

 

Historial del Club Deportivo Colonia Moscardó

 

 

DATOS GENERALES:

  • Nombre completo: Club Deportivo Colonia Moscardó
  • Ciudad: Madrid
  • Provincia: Madrid
  • Comunidad Autónoma: Comunidad de Madrid
  • Fecha de constitución: 16 de julio de 1944
  • Fecha de federación: 23 de julio de 1945

CAMBIOS DE NOMBRE:

  • Club Deportivo Colonia Moscardó (1944- )

 

TÍTULOS NACIONALES: 2 Ligas en Tercera División:

  • 1969/70
  • 1988/89

 

ESTADIO:

  • Nombre: Estadio Román Valero
  • Año de inauguración: 18 de junio de 1982
  • Cambios de nombre: Estadio Gabino Jiménez (1944-1978)
  • Estadio Román Valero (1978- )
  • Capacidad: 7.000 espectadores

OTROS ESTADIOS:

  • Estadio Gabino Jiménez / Román Valero (1944-2016)
  • Estadio Ernesto Cotorruelo (2016-2017)
  • Estadio Román Valero (2017- )

TRAYECTORIA EN LIGA:

ESCUDOS DEL CLUB DEPORTIVO COLONIA MOSCARDÓ. EVOLUCIÓN HISTÓRICA:

UNIFORMES DEL CLUB DEPORTIVO COLONIA MOSCARDÓ. EVOLUCIÓN HISTÓRICA:

ORÍGENES DEL FÚTBOL EN USERA. (MADRID):

Ubicado al sur del Río Manzanares y ocupando un amplio margen de terreno libre que había entre los términos municipales de Madrid, norte de Villaverde, municipio independiente hasta su anexión a la capital en 1954 y este de los de Carabanchel Alto y Bajo, ambos anexionados en 1948, a caballo entre los años treinta y principios de los cuarenta, ante la masiva afluencia de inmigrantes fueron diseñándose distintos planes urbanísticos para ocupar dicha área con nuevas calles y viviendas surgiendo barriadas enteras y nuevos núcleos que, con el paso del tiempo, en 1987 fueron considerados como distrito agrupando hoy en día a los barrios de Orcasitas, Orcasur, Pradolongo, Zofío, Almendrales, Moscardó y San Fermín.

Prácticamente inexistente en 1940, hoy concentra una población de unos ciento treinta y cinco mil habitantes. Cumpliendo con un plan de desarrollo local aprobado en 1929 por el consistorio madrileño para la construcción de una colonia de viviendas baratas sobre los terrenos municipales de Valdenúñez y Cerro Bermejo, en el distrito de Usera, en el año 1933 fue emprendida la construcción de una serie de bloques que tenía prevista su entrega a finales de 1936 pero, a consecuencia de la Guerra Civil, por problemas obvios tuvo que ser rematada en 1940 haciéndose cargo de la finalización Falange quien empleó, como mano de obra, a prisioneros republicanos. Denominada en principio Colonia de Salud y Ahorro, tras la guerra fue titulada Colonia Moscardó en honor al general nacional, creándose con la llegada de gran cantidad de inmigrantes durante los años de posguerra una serie de necesidades entre sus habitantes de todo tipo siendo una de ellas la construcción de un recinto deportivo para las sociedades nacientes del barrio.

La primera en surgir fue el Club Deportivo Usera, sociedad constituida en 1939 para dar salida a la juventud tanto de la todavía no finalizada urbanización Colonia Moscardó como del incipiente barrio de Usera situado más hacia el sur, siendo inscrita ese mismo año en la Federación Castellana partiendo desde Tercera Categoría donde compitió las temporadas 39/40 y 40/41 hasta que, tras el verano de 1941, cesó su actividad ante los problemas económicos que presentaron sus cuentas.

HISTORIA DEL CLUB:

1944 – 1950

Fruto de la interrelación de los nuevos vecinos de la cada vez más poblada Colonia Moscardó, en 1944 un grupo de conocidos lanzó la idea de constituir un club de fútbol donde la juventud tuviese una fuente de expansión y los más maduros un lugar de encuentro, naciendo así en fecha 16 de julio el titulado como Club Deportivo Colonia Moscardó. Formada la primera Junta Directiva esta quedó presidida por Francisco Muñoz Cruz y Eulogio García como secretario, siendo el resto los vocales Manuel Salgado, Melchor Ochoa, Pedro Lucas, Francisco Campillo, Alejandro Peinado y José López Tornero. Como colores fueron elegidos los azulgranas para la camiseta y blanco para el pantalón, habilitándose un terreno de juego abierto entre las calles Andrés Arteaga y Mirasierra que recibió el nombre de Gabino Jiménez.

Tras casi un año jugando encuentros amistosos la directiva azulgrana pensó que había llegado el momento de darse de alta en la Federación Castellana, paso que se dio el 23 de julio de 1945 quedando ubicado en Tercera Categoría, la última de las categorías regionales por detrás de Primera Regional, Segunda Preferente y Segunda Ordinaria en un momento en el que esta poderosa federación territorial que se extendía a las antiguas regiones de Castilla La Vieja y Castilla La Nueva contaba alrededor de ciento cincuenta clubs asociados. Con la humildad que le caracterizaba, los de Usera poco a poco fueron progresando siendo sextos en su temporada de debut 45/46 y subcampeones en la campaña 46/47. El C.D. Colonia Moscardó buscaba el ascenso a Segunda Ordinaria y al término de la sesión 47/48 lo consiguió tras finalizar primero del Grupo II, estrenándose en esta categoría en la edición 48/49 siendo sexto en el Grupo II mientras en el curso 49/50 fue quinto ya en el Grupo I en un año en el que su máximo rival del distrito, el C.D. Usera que había regresado a la actividad en 1948, resultó campeón.

1950 – 1960

Dimitido Francisco Muñoz al iniciarse 1950, Manuel Salgado Llorente ocupó su puesto y se le ofreció la presidencia honoraria al general José Moscardó, siendo vallado el perímetro del campo pero no cerrado mientras el equipo siguió compitiendo en Segunda Ordinaria quedando séptimo la temporada 50/51, décimo en la campaña 51/52 y noveno en la sesión 52/53. Terminada la edición 53/54, después de ser sexto, al carecer de terreno cerrado el club fue destinado a competir en Cuarta Categoría, significando un gran paso atrás que puso el futuro de los azulgranas en vilo.

Quinto en la temporada 54/55 y décimo en la campaña 55/56, tras concluir tercero en la sesión 56/57 ascendió a Tercera Categoría consiguiendo al fin cerrar el campo y quedar cuarto en la Liga 57/58. En 1958 Salgado no renovó y accedió a la presidencia el que iba a ser su presidente talismán, Pedro Román Valero con quien el club iba a cambiar, a mejor, en lo sucesivo. El primer acto de Román, confeso colchonero, fue cambiar los colores del club adoptándose los colores rojiblancos para la camiseta y el azul para el pantalón, cerrando la década en Segunda Categoría siendo tercero en la temporada 58/59 y primero y campeón en la campaña 59/60 por lo que ascendió a Primera Regional.

1960 – 1970

La década de los años sesenta traería muchas alegrías al club de Usera aunque, como es lógico, hubo que luchar mucho sobre el terreno de juego para conseguirlas. Al empezar nada hizo presagiar lo que vendría luego después de ser noveno en la temporada de debut 60/61 y decimotercero en la campaña 61/62 en la que acabó descendiendo a Segunda Regional pero, afortunadamente para sus intereses, un quinto puesto en la sesión 62/63 y una reestructuración de categorías le llevó al final del torneo hasta la Primera Regional de nuevo.

En pleno crecimiento de la Colonia Moscardó y del distrito de Usera en general por causa de la llegada de continuas oleadas de inmigrantes en busca de fortuna en la capital, la masa social del club fue creciendo y con ello las posibilidades aspirar a más cosas en el aspecto deportivo. Dicho y ello en la edición 63/64 se hizo una gran plantilla para no fracasar resultando campeón de la categoría, motivo por el cual ascendió a Tercera División, una categoría que por aquella entonces era el tercer nivel real del fútbol nacional con destacados jugadores y buenos equipos.

El estreno en la categoría de bronce se ejecutó en el Grupo XIV participado íntegramente por clubs pertenecientes a la Federación Castellana finalizando decimosegundo, una clasificación que no invitaba al optimismo pero, con la llegada de nuevos jugadores y, sobre todo, capital, los rojiblancos protagonizaron una gran temporada 65/66 siendo segundos a tan solo cuatro puntos de la Ag.D. Plus Ultra. Este puesto le permitió por primera vez en si corta historia promocionar para intentar ascender a Segunda División, un reto impensable apenas unos años antes, enfrentándose en Cuartos a la U.D. Díter Zafra perdiendo en la localidad pacense 2-1 y venciendo en casa 3-2 por lo que, acorde al Reglamento de la época, hubo que jugar un tercer encuentro donde los pacenses los eliminaron al derrotarlos 1-0.

En la campaña 66/67, con la base del curso anterior y el objetivo del ascenso en mente, se luchó por ser primero escapándose por poco al ser precedidos por el C.D. Carabanchel debiéndose conformar con el subcampeonato. Clasificados nuevamente para disputar la Promoción de Ascenso, en esta fase se encontró en Cuartos con la S.D. Ibiza perdiendo 4-1 en la isla pitiusa, un complicado resultado que no se pudo remontar en casa después de ganar 2-0 y quedarse con la miel en los labios. Con la ilusión de estar arriba en la sesión 67/68 se luchó por una de las dos primeras plazas del Grupo XV pero sin fortuna pues C.D. Cacereño, a tres puntos y Valdepeñas C.F., a uno, estuvieron por delante. Como antesala de una importante reestructuración del fútbol español a nivel nacional, en la temporada 68/69 los grupos de Tercera División fueron modificados ampliándose su cobertura geográfica y, con ello, los gastos pero también la posibilidad de ver pasar por el Estadio Gabino Jiménez clubs de cierto nivel procedentes de otras tierras. Integrado el Grupo VIII por participantes de las federaciones Castellana, Oeste, Extremeña más el Tenerife Atlético, los de Usera rayaron a un gran nivel finalizando segundos empatados a puntos con la U.D. Salamanca tras un intenso duelo dando muestras de su poder que no tuvo recompensa pues, en ese curso, tan solo el primer clasificado tuvo opción a promocionar.

En la campaña 69/70 se anunció que, de cara a la siguiente temporada, la Tercera División sería reducida de ocho grupos a cuatro debiendo los primeros respectivos clasificados enfrentarse en una eliminatoria única donde el vencedor ascendía a Segunda División. Trabajando la secretaría técnica a tope durante el verano de 1969 llegaron importantes jugadores con los que afrontar el campeonato mostrando el C.D. Colonia Moscardó una gran solidez que le condujo hasta el primer puesto, tres puntos por delante del Tenerife Atlético. En la Promoción los madrileños tuvieron como rival al C.D. Tarrasa ganando 1-0 en casa pero perdiendo en la localidad barcelonesa también por 1-0. Era preciso jugar un tercer encuentro de desempate y los rojiblancos no defraudaron derrotando contundentemente al club catalán por 4-1. El ascenso era un hecho y así se celebró en el barrio siendo un hito histórico para un club humilde que había crecido a pasos agigantados fruto de su trabajo y contando con una importante base formativa para jóvenes.

1970 – 1980

A pesar de contar con un terreno de tierra, la remodelación del Gabino Jiménez se redujo a mejoras en duchas, algunas dependencias y, sobre todo, a la ampliación del graderío que pasó de siete mil a doce mil localidades contando con una masa social de tres mil abonados. Para el estreno en Segunda División Pedro Román reforzó el equipo sin echar la casa por la ventana contando con José Medina en el banquillo en quien se confió la labor de conseguir la permanencia. No fue así. El campeonato desde el principio expuso a las claras que al equipo le faltaba de todo y los resultados negativos no tardaron en llegar siendo a las once jornadas Medina sustituido por Jiménez Piñero quien tampoco pudo reconducir la situación. En las últimas catorce jornadas Luis Elices se hizo cargo del equipo terminando la Liga con seis victorias, once empates y veintiuna derrotas descendiendo a Tercera División ante la desolación de sus aficionados.

En esta memorable temporada pasaron por el club madrileño jugadores como Valbuena, Flores, Laborda, Michel, Pascual, Villaverde, Sánchez Barrios, Carmelo, Ramírez, Domínguez, Gómez, Salmerón, Ramón, Morón, Pintado, Ramoncito y Asenjo entre otros que dejaron un grato recuerdo. De regreso a una renovada Tercera División con tan solo cuatro grupos y bastante nivel, la campaña 71/72 se jugó en el Grupo con castellanos, navarros, vascos, aragoneses y clubs de la Federación Oeste terminando quinto al conservar parte de los jugadores del torneo anterior. Siguiendo en el mismo grupo, el C.D. Colonia Moscardó repitió puesto y juego en la sesión 72/73 lo mismo que sucedió en la edición 73/74 teniendo una plantilla sobrada para estar arriba pero no lo suficientemente buena como para ascender.

La temporada 74/75 fue distinta y el equipo rojiblanco, aun a pesar de ser decimoprimero, tuvo que apretar lo dientes hasta el final para evitar entrar en la Promoción de Descenso que imperaba en aquellos años, eludida por un solo punto de margen cosa que no ocurrió en el campeonato siguiente 75/76 donde resultó decimotercero coincidiendo con la siembra de césped natural en el Estadio Gabino Jiménez. La Promoción de Descenso era una eliminatoria que enfrentaba a un club de Tercera División clasificado entre los puestos decimotercero y decimosexto, ambos inclusive, frente a un aspirante de la categoría inferior, siendo el rival en esta ocasión el C.D. O’Donnell, de Ceuta. El club de Usera no tuvo piedad de los ceutíes venciendo con un bochornoso 11-0 en casa por lo cual la vuelta en la localidad norteafricana fue un simple trámite acabado con nueva victoria, ahora por 2-3.

Ante el inicio de la campaña 76/77, la Federación Española anunció que era el último campeonato con aquel formato y que se creaba la Segunda División B, una categoría intermedia entre la Segunda y Tercera División donde, para conseguir plaza, solo se aceptarían a los clasificados entre los puestos segundo y décimo, ambos inclusive, de cada uno de los cuatro grupos existentes. Pese a los esfuerzos de la directiva encabezada por Pedro Román, el equipo no anduvo fino y concluyó decimocuarto perdiendo la oportunidad de seguir en el tercer nivel nacional. La Tercera División de la temporada 77/78 fue un paso atrás deportiva y económicamente al militar ya en el cuarto nivel nacional destacando el cambio de nombre del Estadio Gabino Jiménez que, por aclamación popular, adoptó el de Román Valero en honor a su histórico presidente. Ubicado en el Grupo IV con rivales canarios, extremeños y de las federaciones Oeste y Castellana, los rojiblancos fueron decimosegundos y décimos en la campaña 78/79, cerrando la década con una brillante sesión 79/80 en la que, dentro del Grupo V, lucharon hasta el fin por ascender directamente a Segunda División B con una Real S.D. Alcalá que se llevó el premio por un solo punto.

1980 – 1990

Al comenzar la década de los años ochenta la Federación Española amplió los grupos de Tercera División tratando, dentro de un largo plan, agrupar los participantes por proximidad geográfica y, a ser posible, por pertenencia a una región. Los madrileños fueron ubicados en el Grupo VII donde participaron los clubs pertenecientes a la por entonces región de Castilla La Nueva siendo segundos tras el Aranjuez C.F., un puesto que le permitió disputar la Promoción de Ascenso a Segunda División B, fase en la que pese a las expectativas e ilusión creadas se naufragó en Semifinales al ser eliminados por el C.D. Antequerano tras perder 0-1 en casa y empatar 0-0 en la localidad jiennense una semana después.

Siendo todavía presidente Pedro Román, en la campaña 81/82 el club de Usera anduvo francamente mal y concluyó decimoquinto siendo todavía peor la sesión 82/83 por cuando se terminó decimoctavo a dos puntos del descenso a Regional Preferente. Finalizada la Liga, después de no ascender ninguno de los dos aspirantes del grupo y descender de Segunda División B la Ag.D. Torrejón, el C.D. Colonia Moscardó se vio arrastrado a Preferente presentando Román la dimisión para ser sustituido por Antonio López Ramos, con otras ideas. Sin el apoyo económico de otros años y una masa social menguada, la edición 83/84 fue un calvario quedando cuarto logrando el retorno a Tercera División al término de la temporada 84/85 tras ser segundo precedido por el C.At. Valdemoro.

De vuelta al cuarto nivel nacional, la campaña 85/86 dentro de un Grupo VII muy igualado fue un nuevo fracaso al terminar decimonoveno volviendo a descender lo cual desanimó por completo a la afición. Cuarto en la sesión 86/87, gracias a la intervención de la Federación Española que adjudicó íntegramente el Grupo VII a la recién constituida Federación Madrileña separándola de los clubs castellano-manchegos, el C.D. Colonia Moscardó pudo regresar a Tercera División con un plantel que fue reforzado y a punto estuvo de ascender directamente a Segunda División B al ser subcampeón en la edición 87/88, cuatro puntos por detrás del C.D. Pegaso. Antonio López puso todo su empeño para que en la temporada siguiente, 88/89, los rojiblancos ascendieran y lo consiguió, aunque con muchos apuros y algo de fortuna al ser primero pero igualado a puntos con el C.D. Móstoles.

El ascenso a Segunda División B fue un balón de oxígeno para un club con buena cantera pero con medios económicos insuficientes encarándose la campaña 89/90 pese a todo, con ilusión. Emplazado en el Grupo I junto a clubs madrileños, asturianos, gallegos, castellano-manchegos y castellano-leoneses, los rojiblancos hicieron todo lo posible por mantenerse pero el destino quiso que un solo punto les separase de la permanencia concluyendo decimoctavos y perdiendo la categoría.

1990 – 2000

Los años noventa significaron una vuelta a la cruda realidad con una juventud alejada de los campos de fútbol y una afición veterana que, recordando el pasado, soñaba con estar lo más arriba posible. El C.D. Colonia Moscardó, repleto de juventud en sus filas, fue séptimo en las temporadas 90/91 y 91/92 pudiendo, ya en la campaña 92/93, alcanzar un sobresaliente tercer puesto tras C.D. Fuenlabrada y Real Madrid C.F. «C» que le permitió disputar la Promoción de Ascenso a Segunda División B. Había ganas de regresar al tercer nivel nacional pero en su grupo el Arosa S.C. le paró los pies aventajándole en dos puntos quedando tercero el salmantino Real C.D. Ribert y cuarto el asturiano C.D. Lealtad, de Villaviciosa.

Siendo presidente José Luis García Guerra y contando todavía con una buena plantilla en la sesión 93/94 se repitió en tercer puesto en Liga, en esta ocasión precedido por Aranjuez C.F. y C.D. Fuenlabrada, accediendo a una Promoción en la cual no se pensaba errar. El grupo, formado por rivales teóricamente asequibles, resultó al final complicado pero exitoso pues, aunque fue por un solo punto de margen ante el asturiano Club Siero, los madrileños amarraron el ascenso a la categoría de bronce siendo tercero el vallisoletano C.D. Laguna y cuarto el lucense Viveiro C.F. Celebrado el ascenso como se merecía, la temporada 94/95 se disputó en el Grupo I junto a clubs madrileños, gallegos, asturianos, canarios y castellano-leoneses con un plantel que fue séptimo consiguiendo la permanencia con holgura no siendo tan fructífera la campaña siguiente, 95/96, en la que se luchó hasta el fin para no verse atrapado en el descenso quedando decimocuarto. Continuando en el Grupo I con rivales de la misma zona, el C.D. Colonia Moscardó de la sesión 96/97 fue presa de los nervios y, decimoctavo, perdió la categoría por un solo punto.

El descenso a Tercera División trajo multitud de cambios y se renovó media plantilla finalizando decimosegundo la edición 97/98 mientras en la temporada 98/99 fue noveno y en el curso 99/00 decimoquinto cerrando una década que había tenido varias caras donde igual se había estado arriba saboreando la categoría de bronce como se había permanecido como uno más en Tercera División.

2000 – 2010

Con el cambio de siglo el declive económico y social del histórico club de Usera se magnificó perdiendo definitivamente su estatus de club con aspiraciones para convertirse en un modesto club que luchaba por sobrevivir volcándose en labores formativas. De este modo, tras ser decimoséptimo en la temporada 00/01 perdió su plaza en el Grupo VII madrileño de Tercera División descendiendo a Regional Preferente logrando, al término de la campaña 01/02, regresar al ser segundo en su grupo tras el C.D. Fortuna, de Leganés. Debilitado y con un exiguo presupuesto, la sesión 02/03 terminó en descenso al concluir decimonoveno, emprendiendo un corto camino por Regional Preferente donde fue cuarto en la edición 03/04 y segundo en la temporada 04/05 tras el Real C.D. Carabanchel consiguiendo el ascenso a Tercera División.

Convertido en un equipo ascensor, la campaña 05/06 resultó un nuevo fiasco concluyendo decimoctavo por lo que regresó a Regional Preferente, una categoría convertida en el quinto nivel nacional que no atraía aficionados al Estadio Román Valero, terreno de juego que fue sembrado con hierba artificial más tarde, en 2008. La sesión 06/07 se resolvió con una quinta plaza mientras en la edición 07/08 fue cuarto cerrando la década con un séptimo puesto en el curso 08/09 y un cuarto en la temporada 09/10 que certificaron la mala marcha de un club acostumbrado a competir en categorías superiores.

2010 – 2020

Recién comenzada la segunda década del nuevo siglo, el C.D. Colonia Moscardó pudo recobrar un sitio en Tercera División tras proclamarse campeón d su grupo de Regional Preferente en la temporada 10/11, regresando a un Grupo VII madrileño donde, al contrario que había sucedido en muy recientes ocasiones, pudo aguantar finalizando como décimo clasificado. Sin embargo la alegría no duró demasiado pues, terminada la campaña 12/13, los rojiblancos se vieron de nuevo implicados en un descenso a Regional Preferente tras ser decimoctavos.

Afortunadamente para sus intereses la estancia en Regional Preferente fue breve y, después de ser quinto en la temporada 13/14, en la campaña 14/15 protagonizaron un buen torneo haciéndose con el primer puesto y un merecido ascenso. Puestos a no repetir los errores del pasado reciente, la plantilla fue reforzada en la sesión 15/16 con jugadores que, a priori, se pensaba iban a ser capaces de lograr la permanencia pero esto no ocurrió y, decimoséptimos, se encadenó un nuevo descenso a Regional Preferente. El regreso a esta categoría no fue todo lo bueno que se deseaba y el equipo terminó en una frustrante novena plaza en la temporada 16/17 jugando en el Estadio Ernesto Cotorruelo, en Carabanchel mientras que en la edición 17/18, de regreso al Román Valero, finalizó decimoquinto obteniendo en la temporada 18/19 el decimotercero puesto.

Con la llegada al inicio de la campaña 19/20 de una nueva Junta Directiva encabezada por Javier Artero López haciéndose acompañar en su gestión por cuatro exfutbolistas con dorado pasado en el equipo rojiblanco y la implicación decisiva de un grupo de inversores que deciden no dejar agonizar al mítico club de Usera, se pretende cambiar por completo el rumbo de la entidad revitalizando las categorías inferiores que conforman la Escuela, resultando el campeonato de Liga en Regional Preferente positivo y con aspiraciones de ascender hasta que tras la disputa de la jornada 23, a causa de la trascendental crisis sanitaria provocada por el coronavirus, la Real Federación Madrileña de Fútbol decide dar por concluida la competición terminando el C.D. Colonia Moscardó tercero a un punto del Aranjuez C.F. Frustrado el intento de ascenso por fuerza mayor, al menos sus seguidores recobran la ilusión y confianza en los nuevos dirigentes deseando en un futuro próximo recobrar la pujanza deportiva de este histórico club.

Copyright Escudos y uniformes LaFutbolteca.com

BIBLIOGRAFÍA Y HEMEROGRAFÍA:

  • Enciclopedia Fútbol 1950/51. Ángel Rodríguez y Francisco Narbona (1951).
  • Anuarios de la RFEF.
  • FFM 95 años de historia 1913 – 2008. Federación de Fútbol de Madrid (2008).
  • Historia básica de los principales clubs de fútbol españoles (Tomo II). Vicent Masià Pous (2011).
  • www.elmundodeportivo.com/hemeroteca Diario deportivo.
  • www.marca.com Diario deportivo.
  • www.as.com Diario deportivo.

ENLACES RELACIONADOS CON EL CLUB:

 

Historial del Granada 74 Club de Fútbol, S.A.D

(ver Club de Fútbol Ciudad de Murcia S.A.D.)

 

 

DATOS GENERALES:

  • Nombre completo: Granada 74 Club de Fútbol, S.A.D.
  • Ciudad: Granada
  • Provincia: Granada
  • Comunidad Autónoma: Andalucía
  • Fecha de constitución: 1 de agosto de 1999
  • Fecha de federación: 1999

 

CAMBIOS DE NOMBRE:

  • Club de Fútbol Ciudad de Murcia (1999-2004)
  • Club de Fútbol Ciudad de Murcia, S.A.D. (2004-2007)
  • Granada 74 Club de Fútbol, S.A.D. (2007-2009)

 

TÍTULOS NACIONALES:

1 Liga de Tercera División:

  • 2000/01

 

ESTADIO:

  • Nombre: Estadio Municipal Escribano García
  • Año de inauguración: 1980
  • Cambios de nombre: Estadio Municipal Escribano García
  • Capacidad: 4.500 espectadores

OTROS ESTADIOS:

  • Polideportivo José Barnés, Murcia (1999-2001)
  • Estadio de La Condomina, Murcia (2001-2007)
  • Estadio Municipal Escribano Castilla, Motril (2007-2009

 

TRAYECTORIA EN LIGA:

 

ESCUDOS DEL GRANADA 74 CLUB DE FÚTBOL S.A.D. EVOLUCIÓN HISTÓRICA:

UNIFORMES DEL GRANADA 74 CLUB DE FÚTBOL S.A.D. EVOLUCIÓN HISTÓRICA:

 

ORÍGENES:

La historia del presente club es la síntesis de dos trayectorias personales, una la del exjugador nacido en la localidad murciana de Archena, Enrique Pina Campuzano, conocido como «Quique Pina» reconvertido en representante e intermediario de futbolistas y, por otro lado, la de un empresario madrileño afincado en Granada llamado Carlos Marsá Valdovinos que, por diversas circunstancias, cruzaron sus caminos en el año 2007.

Quique Pina, futbolista forjado en la cantera del Real Murcia C.F. entre mediados y finales de los años ochenta, pasó parte de su juventud jugando primero en el Juvenil del club pimentonero para luego ascender al Imperial C.F., nombre que por aquellos tiempos recibía en primer filial murcianista. Fichado por el Zamora C.F. en 1990, una serie de lesiones le llevaron la temporada siguiente al Barinas C.F. siendo traspasado al Mérida C.P., encadenando una nueva racha de lesiones que le llevaron al Caravaca C.F. y finalmente a convertirse, mediados los años noventa, en representante e intermediario de jugadores forjándose una importante de jugadores con los que amasó una importante cantidad de dinero. Vinculado al Atlético de Murcia, un club que nació en 1990 para ser el segundo en importancia de la capital y su llamada no cuajó entre la afición desapareciendo en 1995, Pina fue incrementando su negocio llevando jugadores de Primera y Segunda División, algunos de ellos internacionales, que le reportaron buenos dividendos.

Carlos Marsá, con veintipocos años constituyó en 1974 el Club Polideportivo Granada 74, una modesta iniciativa para adolescentes que, teniendo su sede en la barriada de La Chana, luego pasó al barrio del Almanjáyar. Pagando de su propio bolsillo unos terrenos, construyó un par de campos donde crecieron un buen número de equipos de todas las edades y se formaron muchos jóvenes, constituyendo un equipo amateur que, con el paso del tiempo vistiendo camiseta roja con pantalón blanco, alcanzó la Tercera División al término de la temporada 93/94 teniendo sus altibajos entre esta categoría y la Regional Preferente.

HISTORIA DEL CLUB:

1999 – 2000

Cuando rozando la treintena de años Quique Pina y su amigo, el también futbolista Juan Carlos Cordero se quedaron sin equipo, entre ambos surgió la idea de constituir en Murcia una nueva sociedad en la que pudieran terminar sus últimos años como jugadores y, de paso, hacer crecer un proyecto que en el futuro pudiera llegar lejos. Fruto de la amistad de los dos y contando con la colaboración de más personas vinculadas a este deporte, el 1 de agosto de 1999 quedó constituido el Club de Fútbol Ciudad de Murcia, teniendo como colores camiseta roja con pantalón negro mientras recinto para jugar era comprometido el Polideportivo José Barnés.

Inscrito en la Federación Murciana como club de Regional Preferente, la temporada de debut 99/00 resultó exitosa alcanzando el primer puesto con bastantes goleadas en su haber, ascendiendo al Grupo XIII de Tercera División en un año en el que Pina, al inicio jugador, terminó como presidente.

2000 – 2009

Ambicioso en su propósito, con un presupuesto importante para la categoría y una plantilla escogida a dedo, el C.F. Ciudad de Murcia debutó en el cuarto nivel nacional encadenando un segundo curso, si cabe, mejor que el anterior con rivales más cualificados quedando primero al sumar treinta victorias, nueve empates y tres derrotas, un solo punto por encima del Orihuela C.F. Clasificado para disputar la Promoción de Ascenso, en esta fase los murcianos fueron el gran dominador de su grupo al imponerse en cuatro de sus encuentros, empatando otro por una sola victoria, números con lo que sumó su segundo ascenso consecutivo, en esta ocasión a Segunda División B dejando atrás a C.D. Manacor, C.F. Balaguer y Pego C.F.

Contando con Alfonso José Guzmán en el banquillo, el club inició su andadura en la categoría de bronce durante la campaña 01/02 inmerso en el Grupo IV donde competían andaluces, norteafricanos, extremeños, murcianos y el Real C.D. Mallorca «B» teniendo opciones de clasificarse para disputar la Promoción de Ascenso a Segunda División. Una mala racha de resultados produjo el cese de Guzmán y Diego Rodríguez, a falta de diez jornadas para el final, lo relevó debiéndose conformar con el quinto puesto. Entre la directiva rojinegra había especial interés en acceder a la categoría de plata y, en función de ello, llegaron al club nuevos jugadores de reconocida calidad que en la campaña 02/03, ahora sí, dieron el salto cualitativo que requerían los murcianos aunque el camino no fue fácil. Hasta cuatro entrenadores pasaron aquel curso empezando Francisco Javier López, continuando Rafael Alcaide «Crispi», siguiendo Rafa Muñoz para terminar Carlos Orúe. Terceros en Liga tras Algeciras C.F. y Málaga C.F. “B”, en la Promoción de Ascenso había que entregarse a fondo y así sucedió. Inserto en un grupo entre clubs históricos, el C.F. Ciudad de Murcia se llevó el ascenso al imponerse en casa la última jornada ante el C.D. Castellón, segundo, mientras cerraban el grupo Barakaldo C.F. y Pontevedra C.F.

El ascenso a Segunda División, logrado en el Estadio Municipal de La Condomina, tradicional feudo del Real Murcia C.F. que los rojinegros venían disfrutando desde su ascenso a Segunda División B y había enturbiado profundamente la relación entre ambos clubs, fue celebrado a lo grande renovándose, para el estreno y disputa de la temporada 03/04, a pocos jugadores por lo que se tuvo que hacer un fuerte desembolso en nuevos. El banquillo lo ocupó Juan Manuel Lillo pero lo malos resultados propiciaron su destitución nada más empezar la segunda vuelta contratándose a Juan José Enríquez «Juanjo» que duró trece jornadas. Al final fue Fernando Zambrano quien mantuvo el tipo y la permanencia con victorias trascendentes para ser decimoséptimo. En la campaña 04/05 la plantilla sufrió un nuevo correctivo con el traspaso de numerosos jugadores y el debut de Miguel Álvarez en el banquillo, técnico quien pese a su esfuerzo fue sustituido en la segunda vuelta por el veterano Julián Rubio. Una victoria en la penúltima jornada en el Estadio Helmántico ante la U.D. Salamanca certificó su continuidad concluyendo decimoctavo.

Cumpliendo con la Ley del Deporte y dado que era su segundo curso en la categoría, el club se vio obligado a iniciar los trámites para convertirse en Sociedad Anónima Deportiva, requisito indispensable que se solventó el 13 de mayo de 2004 pasando el club a titularse C.F. Ciudad de Murcia S.A.D. Continuando Quique Pina al frente de la sociedad, ahora como presidente del Consejo de Administración y máximo accionista, para la sesión 05/06 se renovó, una vez más, el fondo de armario con jugadores afamados y, en mente, la idea de llegar tan lejos como se pudiera y, a poder ser, ascender a Primera División. El proyecto se encargó a Abel Resino, técnico de prestigio que catapultó a los murcianos hasta los primeros puestos. Ilusionada la afición con la posibilidad de ascender, cada domingo se vieron los graderíos de La Condomina bastante concurridos pero al final, la firme competencia de Real Club Recreativo de Huelva, Gimnàtic de Tarragona y Levante U.D., le privaron por escasos puntos de lo que hubiese sido un ascenso histórico.

La edición 06/07 se presentó en un principio complicada para los rojinegros, de un lado la moratoria para el usufructo de La Condomina finalizaba en este campeonato y, de otro, las cuentas presentaban una deuda considerable que requería atención. El C.F. Ciudad de Murcia apostó al doble o nada con la ida de ascender a Primera División haciéndose con los servicios del técnico José Luis Oltra y un nutrido grupo de jugadores de nivel. Sin embargo, aunque el equipo empezó bien y se mantuvieron esperanzas durante gran parte del torneo, la existencia de tres rivales a otro nivel le impidió su sueño manifestándose sobre el terreno de juego que Real Valladolid C.F., Almería C.F. y el archirival, Real Murcia C.F., eran superiores.

Cuartos y sin premio, finalizando la temporada Quique Pina puso la S.A.D. en venta. Con una deuda cercana a los siete millones de euros, sin un campo asegurado donde jugar el siguiente año y con diversos problemas como falta de arraigo en la ciudad al margen de algunas importantes trabas para construir un nuevo campo, la situación era agónica. Tras recibir varias ofertas desde diversos puntos de España interesados en la compra de la S.A.D., una llamada la noche del 5 de junio de Carlos Marsá, presidente del C.P. Granada 74 que acababa de ascender a Tercera División, abrió una negociación expresa en la que Marsá se quedó la totalidad de las acciones del club murciano y parte de la plantilla. Para satisfacer la compra, el empresario vendió la Ciudad Deportiva de Almanjáyar a una empresa almeriense y con lo obtenido, veinte millones de euros, abonó trece millones a Quique Pina por el total de las acciones y otros siete para cubrir la deuda. La S.A.D. pasaba de Murcia a Granada tras un apretón de manos.

Tras la compra-venta los problemas de Carlos Marsá, ilusionado por lo conseguido y materializar la ilusión de presidir un club profesional, no hicieron más que comenzar. A la contratación de un técnico de confianza y jugadores hubo que sumar no disponer de un campo reglamentario para la categoría. Negado el uso por parte de las autoridades locales del Estadio de Los Cármenes al ser usufructo del club histórico, Granada C.F. y de un club con protección del consistorio, el Granada Atlético C.F., una sociedad constituida el 1 de septiembre de 2004 que jugaba en Tercera División, el problemón fue considerable. Negociado poder jugar en Atarfe y Albolote, localidades del área metropolitana granadina, ninguna fructificó como tampoco Almuñécar o Guadix, localidades de la provincia pero más distantes. A medida que fueron avanzando los días se especuló incluso por jugar en la ciudad de Sevilla o incluso Toledo, ambas finalmente descartadas hasta que se alcanzó el acuerdo con el consistorio de Motril para emplear el Estadio Escribano Castilla, un recinto inaugurado en 1980 pero reformado ampliamente en 2000 para albergar una aforo próximo a las cinco mil localidades.

Resuelto el embrollo del campo con los elevados costes extra que les supondría a los granadinos sólo con los largos desplazamientos desde la capital donde tenían la sede hasta Motril, un nuevo problema, también de extrema gravedad, se sumó a una compra-venta que pareció maldita desde el inicio: la R.F.E.F., considerando que la venta de las acciones y cambio de residencia del C.F. Ciudad de Murcia S.A.D. a Granada era una maniobra ilegítima que camuflaba una compra de plaza en Segunda División sin mediar méritos deportivos por parte del propietario de un club como el C.P. Granada 74 que acababa de ascender a Tercera División, hizo saber que se oponía a la compra-venta y elevó una queja a la U.E.F.A. que se puso de su lado poniendo en vilo la participación del ahora denominado Granada 74 Club de Fútbol S.A.D. en la categoría de plata. Contando el club granadino y su máximo accionista, Carlos Marsá, con el apoyo de la L.F.P. y del C.S.D. que consideraban legal toda la maniobra al ajustarse a derecho y cumplir con unas normas aprobadas recientemente por la cual una S.A.D. podía cambiar de sede, toda la operación fue puesta en manos del T.A.S. para que intermediara y emitiera una solución. Transcurridas varias semanas y con el inicio del campeonato en marcha, llegó el fallo favorable del T.A.S. avalando la participación de los granadinos en Liga, un precedente que abrió una gran polémica en la sociedad deportiva española pues fue la primera vez que esto ocurría, al menos en el fútbol profesional y con una S.A.D. por el medio.

Adquirida la S.A.D., Carlos Marsá manifestó públicamente que su interés, como así sucedió, era convertir al C.P. Granada 74 en filial del Granada 74 C.F. S.A.D. y aprovechar sus categorías base despreocupándose de toda la infraestructura que dejaba en Murcia con una notable cantidad de equipos pertenecientes a las categorías inferiores y un equipo dependiente, el C.F. Ciudad de Murcia «B» jugando en el Grupo XIII de la Tercera División murciana. Puesta en contacto la Federación de Peñas del C.F. Ciudad de Murcia con Marsá para solicitarle la cesión de toda esta infraestructura que ya tenía su equivalente en Granada, el empresario granadino aceptó planteándole de inmediato, tras su respuesta afirmativa, a la Federación Murciana un nuevo problema pues ésta argumentó que, trasladada la sede desde Murcia a Granada, con el paquete iban también las categorías inferiores y el dependiente de Tercera División. Desamparados un buen número de niños, adolescentes y juveniles, además del primer equipo dependiente, el que fuera directivo del C.F. Ciudad de Murcia, Evedasto Lifante, consiguió llegar a un acuerdo con el ayuntamiento de la localidad de Lorquí, propietario del Escuelas Municipales de Deporte de Lorquí, un club constituido en 2003 con plaza en Tercera División, para que la escuela del C.F. Ciudad de Murcia se trasladara hasta la vecina población quedando ambas unidas. Fusionados los dos clubs tras una aportación económica de Lifante al consistorio, el resultante fue titulado Club Atlético Ciudad de Lorquí, adoptando los colores del conjunto ciudadano hasta entonces con sede en Murcia, camiseta roja con pantalón negro e iniciando una meteórica carrera que le llevó a Segunda División B, a adoptar en 2008 el nombre de Club de Fútbol Atlético Ciudad y a desaparecer en 2010 en medio de un mar de deudas con cerca de ochocientos mil euros en rojo.

Resuelto el campo y la licencia para competir en la categoría de plata, los granadinos que jugarían con camisa roja y pantalón blanco, ficharon al técnico Antonio Tapia empezando el campeonato con fuerza estando cerca de la cabeza. Sin embargo, a medida que fueron transcurriendo las jornadas, el equipo se desinfló y no respondió como se esperaba siendo la segunda vuelta nefasta. A falta de ocho jornadas Marcos Alonso sustituyó a Tapia, pero ni aun así hubo solución vigésimo primero a cinco puntos de la salvación. Concluido el ejercicio la debacle financiera fue considerable perdiendo Marsá una importante cantidad de dinero en un error de cálculos que no esperaba ni calculó como se merecía un club profesional pese a que todo se le complicó más de la cuenta, poniendo las acciones venta para no sufrir más. Aunque hubo ofertas, no se llegó a ningún trato asumiendo que la cosa podía ir a peor como así fue.

Descendido a Segunda División B, la campaña 08/09 se llevó a cabo en el Grupo IV con participantes del sur peninsular empezando con Miguel Rivera en el banquillo. Con un equipo deshecho respecto al de la edición anterior los resultados no acompañaron lo más mínimo y en las últimas dieciséis jornadas Carlos Rodríguez se hizo cargo no enmendando la plana por lo que se concluyó decimoctavo a cuatro puntos de la continuidad perdiéndose la categoría. Por si fuera poco se adeudaron varias nóminas a los jugadores y estos denunciaron al club ante la falta de cobro por lo que, cumpliendo con el Reglamento pasó de tener plaza en Tercera División a Primera Andaluza, la primera de las categorías regionales de aquella Territorial, una categoría insostenible para un club que necesitaba dinero urgentemente. No inscrito para la temporada 09/10, la S.A.D. entró en proceso de liquidación afectando al club hasta entonces filial, el C.P. Granada 74 que, siendo decimoprimero en la sesión 07/08 en el Grupo IX y decimoctavo en la edición 08/09 descendiendo a Primera Andaluza, su primer equipo no salió a competir en la temporada 09/10 sí haciéndolo las categorías inferiores.

Copyright Texto historiales LaFutbolteca.com

 

BIBLIOGRAFÍA Y HEMEROGRAFÍA:

 

 

 

 

Historial del Club de Fútbol Ciudad de Murcia, S.A.D

(ver Granada 74 Club de Fútbol S.A.D.)

 

 

DATOS GENERALES:

  • Nombre completo: Club de Fútbol Ciudad de Murcia, S.A.D.
  • Ciudad: Murcia
  • Provincia: Murcia
  • Comunidad Autónoma: Región de Murcia
  • Fecha de constitución: 1 de agosto de 1999
  • Fecha de federación: 1999

 

CAMBIOS DE NOMBRE:

  • Club de Fútbol Ciudad de Murcia (1999-2004)
  • Club de Fútbol Ciudad de Murcia, S.A.D. (2004-2007)
  • Granada 74 Club de Fútbol, S.A.D. (2007-2009)

 

TÍTULOS NACIONALES:

1 Liga de Tercera División:

  • 2000/01

 

ESTADIO:

  • Nombre: Estadio Municipal de La Condomina
  • Año de inauguración: 25 de diciembre de 1924
  • Cambios de nombre: Estadio Municipal de La Condomina (1924- )
  • Capacidad: 17.500 espectadores

OTROS ESTADIOS:

  • Polideportivo José Barnés, Murcia (1999-2001)
  • Estadio Municipal de La Condomina, Murcia (2001-2007)
  • Estadio Municipal Escribano Castilla, Motril (2007-2009)

 

TRAYECTORIA EN LIGA:

 

ESCUDOS DEL GRANADA 74 CLUB DE FÚTBOL S.A.D. EVOLUCIÓN HISTÓRICA:

 

UNIFORMES DEL GRANADA 74 CLUB DE FÚTBOL S.A.D. EVOLUCIÓN HISTÓRICA:

 

ORÍGENES:

La historia del presente club es la síntesis de dos trayectorias personales, una la del exjugador nacido en la localidad murciana de Archena, Enrique Pina Campuzano, conocido como «Quique Pina» reconvertido en representante e intermediario de futbolistas y, por otro lado, la de un empresario madrileño afincado en Granada llamado Carlos Marsá Valdovinos que, por diversas circunstancias, cruzaron sus caminos en el año 2007.

Quique Pina, futbolista forjado en la cantera del Real Murcia C.F. entre mediados y finales de los años ochenta, pasó parte de su juventud jugando primero en el Juvenil del club pimentonero para luego ascender al Imperial C.F., nombre que por aquellos tiempos recibía en primer filial murcianista. Fichado por el Zamora C.F. en 1990, una serie de lesiones le llevaron la temporada siguiente al Barinas C.F. siendo traspasado al Mérida C.P., encadenando una nueva racha de lesiones que le llevaron al Caravaca C.F. y finalmente a convertirse, mediados los años noventa, en representante e intermediario de jugadores forjándose una importante de jugadores con los que amasó una importante cantidad de dinero. Vinculado al Atlético de Murcia, un club que nació en 1990 para ser el segundo en importancia de la capital y su llamada no cuajó entre la afición desapareciendo en 1995, Pina fue incrementando su negocio llevando jugadores de Primera y Segunda División, algunos de ellos internacionales, que le reportaron buenos dividendos.

Carlos Marsá, con veintipocos años constituyó en 1974 el Club Polideportivo Granada 74, una modesta iniciativa para adolescentes que, teniendo su sede en la barriada de La Chana, luego pasó al barrio del Almanjáyar. Pagando de su propio bolsillo unos terrenos, construyó un par de campos donde crecieron un buen número de equipos de todas las edades y se formaron muchos jóvenes, constituyendo un equipo amateur que, con el paso del tiempo vistiendo camiseta roja con pantalón blanco, alcanzó la Tercera División al término de la temporada 93/94 teniendo sus altibajos entre esta categoría y la Regional Preferente.

HISTORIA DEL CLUB:

1999 – 2000

Cuando rozando la treintena de años Quique Pina y su amigo, el también futbolista Juan Carlos Cordero se quedaron sin equipo, entre ambos surgió la idea de constituir en Murcia una nueva sociedad en la que pudieran terminar sus últimos años como jugadores y, de paso, hacer crecer un proyecto que en el futuro pudiera llegar lejos. Fruto de la amistad de los dos y contando con la colaboración de más personas vinculadas a este deporte, el 1 de agosto de 1999 quedó constituido el Club de Fútbol Ciudad de Murcia, teniendo como colores camiseta roja con pantalón negro mientras recinto para jugar era comprometido el Polideportivo José Barnés.

Inscrito en la Federación Murciana como club de Regional Preferente, la temporada de debut 99/00 resultó exitosa alcanzando el primer puesto con bastantes goleadas en su haber, ascendiendo al Grupo XIII de Tercera División en un año en el que Pina, al inicio jugador, terminó como presidente.

2000 – 2009

Ambicioso en su propósito, con un presupuesto importante para la categoría y una plantilla escogida a dedo, el C.F. Ciudad de Murcia debutó en el cuarto nivel nacional encadenando un segundo curso, si cabe, mejor que el anterior con rivales más cualificados quedando primero al sumar treinta victorias, nueve empates y tres derrotas, un solo punto por encima del Orihuela C.F. Clasificado para disputar la Promoción de Ascenso, en esta fase los murcianos fueron el gran dominador de su grupo al imponerse en cuatro de sus encuentros, empatando otro por una sola victoria, números con lo que sumó su segundo ascenso consecutivo, en esta ocasión a Segunda División B dejando atrás a C.D. Manacor, C.F. Balaguer y Pego C.F.

Contando con Alfonso José Guzmán en el banquillo, el club inició su andadura en la categoría de bronce durante la campaña 01/02 inmerso en el Grupo IV donde competían andaluces, norteafricanos, extremeños, murcianos y el Real C.D. Mallorca «B» teniendo opciones de clasificarse para disputar la Promoción de Ascenso a Segunda División. Una mala racha de resultados produjo el cese de Guzmán y Diego Rodríguez, a falta de diez jornadas para el final, lo relevó debiéndose conformar con el quinto puesto. Entre la directiva rojinegra había especial interés en acceder a la categoría de plata y, en función de ello, llegaron al club nuevos jugadores de reconocida calidad que en la campaña 02/03, ahora sí, dieron el salto cualitativo que requerían los murcianos aunque el camino no fue fácil. Hasta cuatro entrenadores pasaron aquel curso empezando Francisco Javier López, continuando Rafael Alcaide «Crispi», siguiendo Rafa Muñoz para terminar Carlos Orúe. Terceros en Liga tras Algeciras C.F. y Málaga C.F. «B», en la Promoción de Ascenso había que entregarse a fondo y así sucedió. Inserto en un grupo entre clubs históricos, el C.F. Ciudad de Murcia se llevó el ascenso al imponerse en casa la última jornada ante el C.D. Castellón, segundo, mientras cerraban el grupo Barakaldo C.F. y Pontevedra C.F.

El ascenso a Segunda División, logrado en el Estadio Municipal de La Condomina, tradicional feudo del Real Murcia C.F. que los rojinegros venían disfrutando desde su ascenso a Segunda División B y había enturbiado profundamente la relación entre ambos clubs, fue celebrado a lo grande renovándose, para el estreno y disputa de la temporada 03/04, a pocos jugadores por lo que se tuvo que hacer un fuerte desembolso en nuevos. El banquillo lo ocupó Juan Manuel Lillo pero lo malos resultados propiciaron su destitución nada más empezar la segunda vuelta contratándose a Juan José Enríquez «Juanjo» que duró trece jornadas. Al final fue Fernando Zambrano quien mantuvo el tipo y la permanencia con victorias trascendentes para ser decimoséptimo. En la campaña 04/05 la plantilla sufrió un nuevo correctivo con el traspaso de numerosos jugadores y el debut de Miguel Álvarez en el banquillo, técnico quien pese a su esfuerzo fue sustituido en la segunda vuelta por el veterano Julián Rubio. Una victoria en la penúltima jornada en el Estadio Helmántico ante la U.D. Salamanca certificó su continuidad concluyendo decimoctavo.

Cumpliendo con la Ley del Deporte y dado que era su segundo curso en la categoría, el club se vio obligado a iniciar los trámites para convertirse en Sociedad Anónima Deportiva, requisito indispensable que se solventó el 13 de mayo de 2004 pasando el club a titularse C.F. Ciudad de Murcia S.A.D. Continuando Quique Pina al frente de la sociedad, ahora como presidente del Consejo de Administración y máximo accionista, para la sesión 05/06 se renovó, una vez más, el fondo de armario con jugadores afamados y, en mente, la idea de llegar tan lejos como se pudiera y, a poder ser, ascender a Primera División. El proyecto se encargó a Abel Resino, técnico de prestigio que catapultó a los murcianos hasta los primeros puestos. Ilusionada la afición con la posibilidad de ascender, cada domingo se vieron los graderíos de La Condomina bastante concurridos pero al final, la firme competencia de Real Club Recreativo de Huelva, Gimnàtic de Tarragona y Levante U.D., le privaron por escasos puntos de lo que hubiese sido un ascenso histórico.

La edición 06/07 se presentó en un principio complicada para los rojinegros, de un lado la moratoria para el usufructo de La Condomina finalizaba en este campeonato y, de otro, las cuentas presentaban una deuda considerable que requería atención. El C.F. Ciudad de Murcia apostó al doble o nada con la ida de ascender a Primera División haciéndose con los servicios del técnico José Luis Oltra y un nutrido grupo de jugadores de nivel. Sin embargo, aunque el equipo empezó bien y se mantuvieron esperanzas durante gran parte del torneo, la existencia de tres rivales a otro nivel le impidió su sueño manifestándose sobre el terreno de juego que Real Valladolid C.F., Almería C.F. y el archirival, Real Murcia C.F., eran superiores.

Cuartos y sin premio, finalizando la temporada Quique Pina puso la S.A.D. en venta. Con una deuda cercana a los siete millones de euros, sin un campo asegurado donde jugar el siguiente año y con diversos problemas como falta de arraigo en la ciudad al margen de algunas importantes trabas para construir un nuevo campo, la situación era agónica. Tras recibir varias ofertas desde diversos puntos de España interesados en la compra de la S.A.D., una llamada la noche del 5 de junio de Carlos Marsá, presidente del C.P. Granada 74 que acababa de ascender a Tercera División, abrió una negociación expresa en la que Marsá se quedó la totalidad de las acciones del club murciano y parte de la plantilla. Para satisfacer la compra, el empresario vendió la Ciudad Deportiva de Almanjáyar a una empresa almeriense y con lo obtenido, veinte millones de euros, abonó trece millones a Quique Pina por el total de las acciones y otros siete para cubrir la deuda. La S.A.D. pasaba de Murcia a Granada tras un apretón de manos.

Tras la compra-venta los problemas de Carlos Marsá, ilusionado por lo conseguido y materializar la ilusión de presidir un club profesional, no hicieron más que comenzar. A la contratación de un técnico de confianza y jugadores hubo que sumar no disponer de un campo reglamentario para la categoría. Negado el uso por parte de las autoridades locales del Estadio de Los Cármenes al ser usufructo del club histórico, Granada C.F. y de un club con protección del consitorio, el Granada Atlético C.F., una sociedad constituida el 1 de septiembre de 2004 que jugaba en Tercera División, el problemón fue considerable. Negociado poder jugar en Atarfe y Albolote, localidades del área metropolitana granadina, ninguna fructificó como tampoco Almuñécar o Guadix, localidades de la provincia pero más distantes. A medida que fueron avanzando los días se especuló incluso por jugar en la ciudad de Sevilla o incluso Toledo, ambas finalmente descartadas hasta que se alcanzó el acuerdo con el consistorio de Motril para emplear el Estadio Escribano Castilla, un recinto inaugurado en 1980 pero reformado ampliamente en 2000 para albergar una aforo próximo a las cinco mil localidades.

Resuelto el embrollo del campo con los elevados costes extra que les supondría a los granadinos sólo con los largos desplazamientos desde la capital donde tenían la sede hasta Motril, un nuevo problema, también de extrema gravedad, se sumó a una compra-venta que pareció maldita desde el inicio: la R.F.E.F., considerando que la venta de las acciones y cambio de residencia del C.F. Ciudad de Murcia S.A.D. a Granada era una maniobra ilegítima que camuflaba una compra de plaza en Segunda División sin mediar méritos deportivos por parte del propietario de un club como el C.P. Granada 74 que acababa de ascender a Tercera División, hizo saber que se oponía a la compra-venta y elevó una queja a la U.E.F.A. que se puso de su lado poniendo en vilo la participación del ahora denominado Granada 74 Club de Fútbol S.A.D. en la categoría de plata. Contando el club granadino y su máximo accionista, Carlos Marsá, con el apoyo de la L.F.P. y del C.S.D. que consideraban legal toda la maniobra al ajustarse a derecho y cumplir con unas normas aprobadas recientemente por la cual una S.A.D. podía cambiar de sede, toda la operación fue puesta en manos del T.A.S. para que intermediara y emitiera una solución. Transcurridas varias semanas y con el inicio del campeonato en marcha, llegó el fallo favorable del T.A.S. avalando la participación de los granadinos en Liga, un precedente que abrió una gran polémica en la sociedad deportiva española pues fue la primera vez que esto ocurría, al menos en el fútbol profesional y con una S.A.D. por el medio.

Adquirida la S.A.D., Carlos Marsá manifestó públicamente que su interés, como así sucedió, era convertir al C.P. Granada 74 en filial del Granada 74 C.F. S.A.D. y aprovechar sus categorías base despreocupándose de toda la infraestructura que dejaba en Murcia con una notable cantidad de equipos pertenecientes a las categorías inferiores y un equipo dependiente, el C.F. Ciudad de Murcia «B» jugando en el Grupo XIII de la Tercera División murciana. Puesta en contacto la Federación de Peñas del C.F. Ciudad de Murcia con Marsá para solicitarle la cesión de toda esta infraestructura que ya tenía su equivalente en Granada, el empresario granadino aceptó planteándole de inmediato, tras su respuesta afirmativa, a la Federación Murciana un nuevo problema pues ésta argumentó que, trasladada la sede desde Murcia a Granada, con el paquete iban también las categorías inferiores y el dependiente de Tercera División. Desamparados un buen número de niños, adolescentes y juveniles, además del primer equipo dependiente, el que fuera directivo del C.F. Ciudad de Murcia, Evedasto Lifante, consiguió llegar a un acuerdo con el ayuntamiento de la localidad de Lorquí, propietario del Escuelas Municipales de Deporte de Lorquí, un club constituido en 2003 con plaza en Tercera División, para que la escuela del C.F. Ciudad de Murcia se trasladara hasta la vecina población quedando ambas unidas. Fusionados los dos clubs tras una aportación económica de Lifante al consistorio, el resultante fue titulado Club Atlético Ciudad de Lorquí, adoptando los colores del conjunto ciudadano hasta entonces con sede en Murcia, camiseta roja con pantalón negro e iniciando una meteórica carrera que le llevó a Segunda División B, a adoptar en 2008 el nombre de Club de Fútbol Atlético Ciudad y a desaparecer en 2010 en medio de un mar de deudas con cerca de ochocientos mil euros en rojo.

Resuelto el campo y la licencia para competir en la categoría de plata, los granadinos que jugarían con camisa roja y pantalón blanco, ficharon al técnico Antonio Tapia empezando el campeonato con fuerza estando cerca de la cabeza. Sin embargo, a medida que fueron transcurriendo las jornadas, el equipo se desinfló y no respondió como se esperaba siendo la segunda vuelta nefasta. A falta de ocho jornadas Marcos Alonso sustituyó a Tapia, pero ni aun así hubo solución vigésimo primero a cinco puntos de la salvación. Concluido el ejercicio la debacle financiera fue considerable perdiendo Marsá una importante cantidad de dinero en un error de cálculos que no esperaba ni calculó como se merecía un club profesional pese a que todo se le complicó más de la cuenta, poniendo las acciones venta para no sufrir más. Aunque hubo ofertas, no se llegó a ningún trato asumiendo que la cosa podía ir a peor como así fue.

Descendido a Segunda División B, la campaña 08/09 se llevó a cabo en el Grupo IV con participantes del sur peninsular empezando con Miguel Rivera en el banquillo. Con un equipo deshecho respecto al de la edición anterior los resultados no acompañaron lo más mínimo y en las últimas dieciséis jornadas Carlos Rodríguez se hizo cargo no enmendando la plana por lo que se concluyó decimoctavo a cuatro puntos de la continuidad perdiéndose la categoría. Por si fuera poco se adeudaron varias nóminas a los jugadores y estos denunciaron al club ante la falta de cobro por lo que, cumpliendo con el Reglamento pasó de tener plaza en Tercera División a Primera Andaluza, la primera de las categorías regionales de aquella Territorial, una categoría insostenible para un club que necesitaba dinero urgentemente. No inscrito para la temporada 09/10, la S.A.D. entró en proceso de liquidación afectando al club hasta entonces filial, el C.P. Granada 74 que, siendo decimoprimero en la sesión 07/08 en el Grupo IX y decimoctavo en la edición 08/09 descendiendo a Primera Andaluza, su primer equipo no salió a competir en la temporada 09/10 sí haciéndolo las categorías inferiores.

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BIBLIOGRAFÍA Y HEMEROGRAFÍA:

 

 

 

 

Historial del Sport Club de La Plana

 

 

DATOS GENERALES:

  • Nombre completo: Sport Club de La Plana
  • Ciudad: Castellón de La Plana / Castelló de La Plana
  • Provincia: Castellón / Castelló
  • Comunidad Autónoma: Comunidad Valenciana / Comunitat Valenciana
  • Fecha de constitución: 26 de agosto de 1933
  • Fecha de federación: 4 de septiembre de 1933

 

CAMBIOS DE NOMBRE:

  • Sport Club de La Plana (1933-1936)

 

TÍTULOS NACIONALES:

0 Ligas de Categoría Nacional:

ESTADIO:

 

 

 

 

 

 

 

  • Nombre: Campo de El Sequiol
  • Año de inauguración: 3 de noviembre de 1923
  • Cambios de nombre:
  • Campo de El Sequiol (1933-1936)
  • Capacidad: 8.000 espectadores

 

OTROS ESTADIOS:

  • Campo de El Sequiol (1933-1936)

 

TRAYECTORIA EN LIGA:

ESCUDOS DEL SPORT CLUB DE LA PLANA. EVOLUCIÓN HISTÓRICA:

UNIFORMES DEL SPORT CLUB DE LA PLANA. EVOLUCIÓN HISTÓRICA:

ORÍGENES DEL FÚTBOL EN CASTELLÓN DE LA PLANA:

El municipio y ciudad valenciana de Castelló de la Plana, capital de la provincia homónima y de la comarca de La Plana Alta, situado junto a una gran planicie rodeada de un vergel de naranjos, frondosas huertas y bañada de cerca por las orillas del Mar Mediterráneo, con algo más de ciento setenta mil habitantes de los cuales unos quince mil residen en la localidad marítima de El Grau y hasta no hace muchas décadas un importante centro agrícola, en los últimos años ha sufrido una transformación espectacular habiéndose convertido gracias al asentamiento de varias instituciones en un considerable foco industrial, de servicios, ocio y cultural.

En cuanto a la implantación del fútbol, Castelló de la Plana es una de las localidades pioneras dentro del ámbito regional. Con poco más de treinta mil vecinos, cuenta la tradición que Enrique Beltrán, cultivado en Estados Unidos en el arte del rugby y del fútbol, a principios de 1906 intentando enseñar a sus convecinos de las maravillas del rugby se dio cuenta de que estos mostraban mayor simpatía por el fútbol, montando un equipo en la explanada del Campo de Tiro de Pichón -también denominado del Hospital-, que pronto tuvo renombre en la zona. En marzo de 1906 el denominado Club Deportivo Castellón que vistió camisa y pantalón blancos fue ya una realidad siendo que, con motivo de las fiestas patronales de la Magdalena, se concertó un encuentro frente al F.C. Valencia, el primitivo representante de la capital hermana, derby del cual se desconoce el resultado pero que, al parecer, dejó grato recuerdo en las huestes valencianas a tenor del recibimiento y trato ofrecido contando entre sus miembros a equipiers como Pere Viciano, Echevarría, Colón, Giles, Diberión y los hermanos Vedrí entre otros.

Del Club Deportivo se guardan noticias hasta mediados los años diez, surgiendo en 1912 el Sport Club Castalia, una entidad paralela con la que se mantuvo cierta rivalidad y que vistió camisa azulgrana con pantalón negro en sus inicios para luego cambiar a camisa verdiblanca con pantalón blanco. El Sport Club Castalia disputó sus encuentros en un recinto acomodado junto a la Carretera de Valencia y durante los años diez fue el club representativo de la ciudad, destacando sus enfrentamientos especialmente frente a clubs de la ciudad del Turia que solían arrastrar muchos aficionados a su campo de juego. Por sus filas, entre otros muchos, pasaron jugadores como Marino, Pere Viciano -que lo hizo también en las filas del Club Deportivo-, Benedito, Joaquín Ballester, Tirado, Juan Gallego, Pakintong, Sixto, Aguilar, Peña, Canós ó Pepe Dolz, todos de gran recuerdo.

Fruto del éxito de este deporte entre casi todos los vecinos castellonenses, haca el año 1916 en las calles y colegios de la ciudad muchos fueron los escolares y adolescentes que practicaron con asiduidad tan sana disciplina y así, pronto surgieron nuevos clubs para deleite de jóvenes y aficionados como el Obelisco F.C., la Cultural Deportiva, el Regional F.C., el Ribalta F.C., el Sevilla F.C., el Iberia F.C. o el Marino F.C., estos dos últimos recién iniciados los años veinte.

Junto a estos, en 1916 y al abrigo del Centro Republicano, nació el Cervantes Foot-ball Club, una entidad muy seria en su cometido que dispuso de varios equipos en función de la edad de sus componentes quienes, según crecían, iban pasando al primer equipo o bien recalando en otras sociedades. Formado por jóvenes adolescentes o muchachos en edad juvenil que recién empezaban a trabajar, el Cervantes F.C. se uniformó originariamente con una camisa tricolor a rayas verticales provista de los colores propios de la ideología que defendía el Centro Republicano, tomando con el paso del tiempo una gran consideración entre sus rivales al presentar plantillas capaces de conquistar el Campeonato Local de 1919 que organizaba la Federación Castellonense. El conjunto cervantino, con una estrella blanca de cinco puntas bordada como escudo, fue uno de los cinco asistentes junto a Ribalta F.C., Castalia F.C., Regional F.C., y Obelisco F.C. que acudieron a la reunión de Alicante del 28 de diciembre de 1919 en la cual se acordó dividir la recién creada Federación Regional Levantina de Clubs de Foot-ball en dos secciones: una Norte que acaparase las provincias de Teruel, Castellón y Valencia; y una Sur para Alicante, Murcia y Albacete, empezando desde ese preciso instante a ganar importancia a nivel regional.

En la temporada 20/21, dentro del primer Campeonato Regional organizado por la Federación Levantina, el Cervantes F.C. se impuso contra todo pronóstico en la Sección Norte al todopoderoso y gran favorito Gimnástico F.C., de Valencia, alcanzando la Final donde se las veía a doble encuentro con el campeón de la Sección Sur, el Levante F.C., de Murcia. El encuentro de ida, disputado el 20 de marzo de 1921 en el Campo Torre de la Marquesa, finalizó con un ajustado 1-0, disponiéndose que el encuentro de vuelta se llevase a cabo el día 27 en el Stadium Valenciano, sede del Gimnástico F.C., para así tener mayor taquilla. Finalmente se impusieron los verdiblancos por 0-2 llevándose a Murcia el Campeonato Regional y la participación en el Campeonato de España como premio adicional.

Registrado el 30 de agosto de 1921, los éxitos del Cervantes F.C. y la presencia cada vez más sensible del fútbol castellonense en el concierto regional, fomentaron en la ciudad la idea de que era necesario contar con un club fuerte que representase a todos los sectores. El club cervantino, el más notable de todos y provisto de los mejores jugadores, repentinamente se convirtió en el favorito de la prensa, formándose dos tendencias en la entidad totalmente contrapuestas: una a favor del cambio de nombre dispuesta a empezar desde cero al margen de ideologías políticas y otra, totalmente contraria, recelosa de perder su identidad y significativamente conservadora.

La suerte estaba echada y para el 20 de julio se convocó en el Centro Republicano de la calle Ruiz Zorrilla una asamblea extraordinaria donde ambas ideas debían pasar por las urnas. Tal y como se esperaba, expuestas las razones sobre la mesa por cada bando no hubo unanimidad, sino un tenso enfrentamiento donde los defensores del cambio liderados por Tadeo Mallach se impusieron por 46 votos a favor sumando los tradicionalistas de Rafael Farnós, 34. La ruptura se consumó y el Cervantes F.C. quedaba disuelto a la par que se constituía el Castellón Foot-ball Club según acordaban los socios fundadores presentes, eligiéndose a continuación una junta directiva donde Mallach resultaba presidente. Entre los acuerdos, al margen de la denominación, se preveía vestir una camisa tricolor con los tonos azul, naranja y verde en disposición horizontal que representaban respectivamente al mar, naranjos y huerta tan característicos de la ciudad. La rápida contratación del Cette F.C. francés para realizar el debut el viernes 28, futuro subcampeón de la Copa Charles-Simón y con el que perdió por 0-2, impidió confeccionar la nueva camiseta, adquiriéndose a toda prisa una blanca combinada con pantalón negro que resultaría definitiva. En cuanto al nombre, tampoco se siguió el acuerdo original y hechos los carteles se anunciaba la nueva sociedad como Club Deportivo Castellón en atención a las posibles nuevas disciplinas que pudieran practicarse.

El parto del C.D. Castellón como sociedad destinada a convertirse en más representativa de la ciudad no fue sencillo y, a finales de 1922, tuvo que superar la constitución de un nuevo Cervantes F.C. integrado por exsocios disconformes con la reciente disolución del añorado club del mismo nombre que vestían camiseta verde con pantalón negro y del Castellonense F.C., una sociedad que jugaba en el Campo de la carretera de Valencia con cierto nivel y vestía camiseta roja con pantalón azul. Fruto de su empuje, con el paso del tiempo dejó por el camino al propio Cervantes F.C. que languideció hacia 1925 y al S.C. Castalia, el hasta entonces decano que se diluyó hacia 1926 quedando expedito el camino para que los albinegros no tuvieran rival a nivel local.

Propietario del Campo de El Sequiol inaugurado el 3 de noviembre de 1923 ante el Real C.D. Español, de Barcelona con victoria forastera por 2-3, el C.D. Castellón fue creciendo en el panorama regional militando en la Serie A o Primera Categoría valenciana hasta el punto de proclamarse campeón absoluto de la temporada 28/29 y a partir de 1930 a nivel nacional disfrutando de una plaza en Segunda División. La categoría de plata en aquellos tiempos estaba compuesta por un grupo único de diez participantes representantes de toda la geografía española, muy exigente y con larguísimos desplazamientos que requerían de un amplio fondo de armario económico para sobrevivir, aguantando la entidad blanquinegra las campañas 30/31 y 31/32 con estoicismo hasta que llegó el verano de 1932.

Con una deuda de cuarenta y tres mil pesetas, entre junio y julio tuvo una Junta Gestora que responsabilizarse de mantener en activo al club, saliendo a principios de agosto Juan Traver elegido como presidente con quien, al menos, se recobró cierto orden consiguiendo concluir el club de La Plana el Campeonato Regional en segundo puesto tras el Valencia F.C. Sin embargo el Campeonato de Liga de Segunda División era otra cosa. Con una plantilla a la que le faltaba de todo, los albinegros salieron a competir el torneo 32/33 en inferioridad de condiciones respecto al total de sus rivales encajando, además de continuas derrotas, numerosas y dolorosas goleadas que dolieron y mucho a una afición que, poco a poco, fue incrementando su malestar.

El 29 de enero de 1933, coincidiendo con la disputa de la décima jornada en un encuentro en casa frente al Oviedo F.C. con 0-2 en el marcador, la afición muy molesta con la actuación del colegiado, Sr. Ostalé, empezó a increparle hasta saltar un grupo de energúmenos al terreno de juego para agredirle y requerir el trencilla de varios puntos de sutura. El Campo de El Sequiol, en aplicación de la normativa federativa, fue cerrado por tres meses obligando al club de La Plana a jugar en otro recinto que no fuese el titular barajándose la posibilidad de jugar en Burriana o Sagunto, algo que no era del agrado de la Federación Valenciana. Reunida ésta para analizar la situación, se determinó que fuese el valencianista Campo de Mestalla el indicado para soportar el castigo, una solución que no gustó nada en Castellón negándose los albinegros en redondo a desplazarse hasta la capital regional y no presentándose en el encuentro de Liga como local ante el Club Celta de Vigo.

Cerrada a cal y canto la voluntad de los gestores albinegros de no jugar en Valencia, el C.D. Castellón no se presentó como local en los restantes encuentros ante C.D. La Coruña, Sporting Club de Gijón y Club Atlético Osasuna concluyendo la Liga décimo y colista con cuatro puntos siendo adjudicados los dos puntos en disputa en cada encuentro a aquellos rivales con los que no jugó. Relevado Juan Traver por Francisco Doménech Casanova en la presidencia, la ruptura entre castellonenses y Federación Valenciana fue total interviniendo la Federación Española quien, Reglamento en mano, en abril impuso distintas multas a los castellonenses por incomparecer ante varios de sus rivales, enrareciéndose si cabe más el entorno albinegro cuando el 18 de mayo de 1933, muy enojada, dimitió en bloque la directiva de Doménech dejando al club sin dirección. Perdida la Segunda División, eliminados del Campeonato de España y sin relevo, una Junta Gestora se hizo cargo de una nave abocada al desastre no pudiéndose culminar la actuación deportiva emprendida en la Copa del Mediterráneo, un torneo en el que participó junto a clubs valencianos, catalanes y baleares, quedando prácticamente sin actividad.

Finalizada la temporada, en la Asamblea anual de la Federación Española de Fútbol que se celebró en Madrid el 21 de julio de 1922 y en la que se trató como punto importante en el acta del día la retirada del C.D. Castellón y sus consecuencias, los delegados de los clubs contra los que no se presentó el equipo castellonense en el Campeonato de Liga -Club Celta de Vigo, Sporting Club Club de Gijón y Club Deportivo de La Coruña-, a excepción del representante del Club Atlético Osasuna, exigieron una indemnización por los perjuicios ocasionados, sumándose a continuación el delegado del Athletic Club, de Madrid quien, entendiendo que no se podía actuar de este modo representando la actitud de los albinegros un desprecio a las normas y al resto de los clubs con quienes compartió destino, sugirió que el C.D. Castellón fuese expulsado y que, a partir de entonces en adelante, se procediese de igual modo con aquellos clubs que no acudiesen a competir una vez iniciado cualquier torneo por causas disciplinarias.

Gracias a la intervención de D. Antonio Cotanda, presidente de la Federación Valenciana de Fútbol, no se decretó la expulsión inmediata del club y se le concedió un plazo de una semana que terminaron siendo más para que abonasen la deudas contraídas que ascendían a treinta y cinco mil pesetas, una fortuna por entonces, repartidas entre los impagos de sueldos de los jugadores, al exentrenador Ruete, al exmasajista Balsa, a la propia Federación Valenciana y a los clubs de Segunda División anteriormente mencionados. Vencido el plazo semanal el 28 de julio, la directiva dimitida, como era de suponer, no se presentó ni en Valencia ni en Madrid para abonar la deuda pendiente y automáticamente se le tramitó, con la supervisión del secretario D. Ricardo Cabot, labaja como club federado, amenazando con la retirada de sus derechos y pudiendo quedar, como se le había indicado, expulsado. En la Federación Valenciana, como órgano subordinado, protegiéndose los intereses del club más representativo de la provincia de Castellón se miró hacia otro lado y la expulsión quedó limitada a no concurrir en la Serie A como mal menor al no haber satisfecho los blanquinegros la deuda contraída con el organismo valenciano, quedando todos sus jugadores libres para tramitar sus fichas con otros clubs locales, de la región, incluso fuera de ella quienes los aceptaron encantados.

A principios de agosto la Federación Española dio un nuevo plazo de cuarenta y ocho horas para recaudar parte del importe de la multa y facilidades para pagar el resto antes del 31 de octubre, decisión que fue desconsiderada por la directiva blanquinegra que se sintió no representada por la nacional pensando inocentemente en que su futuro estaba reservado solo para competir en la Federación Valenciana. De hecho, se contrataron algunos jugadores para competir en la Serie B de la sesión 33/34, eligiéndose el 8 de agosto a Alfredo Bernat como nuevo presidente. Nada terminó como se imaginaba. El 16 de agosto, presionada por la Española, la Federación Valenciana decidió expulsar definitivamente al C.D. Castellón y al Sporting Club Sagunto, un club en similares circunstancias, de su seno originándose en Castellón un silencio estremecedor.

HISTORIA DEL CLUB:

1933 – 1936

Advertida la directiva blanquinegra de que la Federación Valenciana les había retirado los derechos federativos para competir en cualquiera de las categorías de la que ésta era titular, el C.D. Castellón convocó una Asamblea para el día 22 en la que se explicó a los socios la situación dramática en la que se hallaba la sociedad dándose un término de unos días para decidir cómo actuar. Trasladados algunos directivos hasta Valencia para conocer de primera mano cuál era su futuro, allí se les confirmó que su baja federativa había sido ordenada desde Madrid y que, en el caso de desear inscribir un nuevo club y empezar de nuevo, siempre que no constasen algunos de los directivos de la última etapa allí tenían las puertas abiertas beneficiándose de comenzar en la Serie B.

Comunicado el resultado del viaje al club, éste entendió que no había nada que hacer y, después de consensuarlo bien y antes de quedarse sin fútbol federado, con diferentes socios a los de la última directiva el 26 de agosto quedó constituido el Sport Club de La Plana, nueva sociedad con sede en la misma Calle González Chermá, 51. Aprobado el usufructo del Campo de El Sequiol y vestir camiseta blanquinegra con pantalón blanco como su antecesor del que era heredero, el día 31 fue presentado y depositado en el Gobierno Civil el Reglamento de la sociedad quedando, el día siguiente, inscrito en la Federación Valenciana con la estrecha supervisión de la Federación Española que deseaba evitar posibles trucos.

Considerado como de Serie B tal cual se le prometió unos días antes, presidido inicialmente por Miguel González a la espera de elegir una Junta más asentada en posterior fecha, el club albinegro debutó en el campeonato 33/34 con bastante acierto al proclamarse campeó del Grupo Norte por delante de Nules F.C., C.D. Villarreal y C.D. Almazora, celebrándose el 20 de octubre una Junta General en la que se eligió una nueva Junta Directiva presidida por Adolfo Vedrí en la cual Eduardo Marco era vicepresidente, Jesús Mezquita secretario y vocales los señores Miguel González, Enrique Gallego, Vicente Salvador y José Lara.

La plantilla, demasiado potente para competir en la Serie B y del montón para hacerlo en la Serie A, quedó formada por algunos exjugadores con contrato vigente en el C.D. Castellón, algunos más procedentes del Athletic Club de Castellón, conjunto amateur segundo en importancia dentro de la ciudad y otros de los más destacados que rendían en el campeonato local como la U.D. Grao, el Racing Club, la Peña Deportiva Ribalta, el Martinenc, el Gimnástico, el Levante, el C.D. Español y el C.D. Victoria, presentando un once competitivo que resultó exitoso ascendiendo a la Serie A.

Llegados al mes de diciembre y con vistas a ver qué club se proclamaba vencedor general de la Serie B, C.D. Gandía, Athletic Club Torrente y Sport Club de La Plana se enfrentaron en un mini torneo entre sí saliendo vencedor el club castellonense por lo que, en un breve espacio de tiempo, la ciudad volvía a recuperar el pulso futbolísticamente tras el fiasco reciente. Sin embargo, según el sistema competitivo que regía por entonces, para ascender a la Serie A era necesario la disputa de una Promoción en la que se medían los dos últimos clasificados de la Serie A y los tres campeones de los respectivos grupos de la Serie B. C.D. Republicano Burjasot y S.D. Burriana de la categoría superior y Sport Club de La Plana, C.D. Gandía, Nules F.C. y Athletic Club Torrente se vieron inmersos en un torneo en el cual, una vez finalizado en junio de 1934, ascendieron Sport Club de La Plana y Nules F.C. conservando su plaza la S.D. Burriana.

En la temporada 34/35 la Federación Española estableció los Campeonatos Superregionales mediante los cuales los más destacados clubs de Primera Categoría pasaban de competir en los históricos torneos regionales a estar implicados en torneos con clubs procedentes de regiones colindantes geográficamente. Esta decisión causó mucho daño en algunos clubs que quedaron privados de enfrentarse a los más destacados del panorama regional pero benefició a otros que, de repente, se vieron ante clubs nunca antes vistos además de con muchos kilómetros encima. Ausentes Valencia F.C., Levante F.C. y Gimnástico F.C. al participar en el Superregional, los tres restantes clubs de Primera Categoría o Serie A, es decir, Nules F.C., S.D. Burriana y Sport Club de La Plana jugaron un torneo en el que se proclamó campeón el Nules F.C. En cuanto al club albinegro, desde el 13 de julio de 1934 había variado su Junta Directiva siendo proclamado presidente Vicente Casabó Mus, vicepresidente Juan Recasens, tesorero Pascual Alonso y secretario Jesús Mezquita. Aprobado en agosto que se creara un grupo para determinar qué dos clubs jugarían en el campeonato de Segunda División, pertenecientes a la Federación Valenciana se presentaron Sport Club de La Plana, S.D. Burriana y Gimnástico F.C., de Valencia mientras que, por la Federación Murciana lo fueron Alicante F.C., Cartagena F.C. y Elche F.C. en un interesante torneo donde el Gimnástico F.C., muy superior y el Sport Club de La Plana, por un solo punto, consiguieron el billete para la categoría de plata.

El regreso de un club castellonense a Segunda División, sabido de sobra que C.D. Castellón y Sport Club de La Plana venían a ser lo mismo, no hizo gracia en la Federación Española y, especialmente, a su secretario Ricardo Cabot todavía molesto por la deuda no cancelada por los albinegros pero, jurídicamente se trataba de dos clubs distintos. Encuadrado en el Grupo III junto a Hércules F.C., Murcia F.C., Levante F.C., Elche F.C., C.D. Malacitano, Gimnástico F.C., de Valencia y Club Recreativo de Granada, por este orden pero con los castellonenses como colistas terminó el campeonato demostrándose sobre el terreno de juego, pese a los refuerzos, que entre éstos y el resto había un gran trecho.

Fuertemente goleado en la mayor parte de los encuentros sólo se venció uno ante el Club Recreativo de Granada y empató otro frente al Levante F.C. siendo un desastre en lo deportivo y en lo económico pues a los elevados gastos en desplazamientos se unieron unas débiles taquillas en El Sequiol confirmando que la afición estaba lejos del esfuerzo de los directivos. Al iniciarse la campaña 35/36 la Federación Española amplió los grupos superregionales y estableció uno conjunto para las federaciones valenciana y murciana donde tendrían cabida Valencia F.C., Levante F.C., Gimnástico F.C., de Valencia, Hércules F.C., Murcia F.C. y el vencedor de una eliminatoria entre Cartagena F.C., Elche F.C. y Sport Club de La Plana donde los castellonenses quedaron apeados.

En septiembre de 1935 Miguel González fue elegido presidente compitiendo los albinegros en el campeonato de Primera Categoría donde no estuvieron demasiado finos siendo sextos y colistas precedidos por C.D. Villarreal, Ag.D. Alcira, C.D. Alcoyano, C.D. Gandía y C.D. Olímipic, de Játiva. La ausencia de público y aficionados en las gradas del Campo de El Sequiol eran demasiado repetitivas, no había esperanzas en la gestión y poco a poco el club entró en una dinámica muy negativa máxime cuando, otro club integrado exclusivamente por jóvenes jugadores locales aficionados, el Athletic Club Castellón, pareció ser el gran favorito adquiriendo galones. En mayo el Sport Club de La Plana ya era historia.

Copyright Texto historiales LaFutbolteca.com

BIBLIOGRAFÍA Y HEMEROGRAFÍA:

  • Álbum Nacional de Fútbol. Ediciones Álvarez y López (1947).
  • Enciclopedia Fútbol 1950/51. Ángel Rodríguez y Francisco Narbona (1951).
  • Y fuimos albinegros. José Luís Tirado Safont. Caja de Ahorros y M.P. Castellón (1984).
  • Del Sequiol a Castalia: Historia del C.D. Catellón (1939-1987). José Luís Tirado Safont. Editorial Alfredo Fenollosa Mateu (1987).
  • Libro de platino del C.D. Castellón. José María Arquimbau Montoliu. Coleccionable en fascículos: El Periódico Mediterráneo (1997).
  • Historia básica de los principales clubs de fútbol españoles. Vicent Masià Pous (2009).
  • Anuarios de la RFEF.
  • Heraldo de Castellón. Diario.
  • Las Provincias. Diario.
  • www.elmundodeportivo.es/hemeroteca Diario deportivo.
  • www.lavanguardia.es/hemeroteca Diario.
  • www.elperiodicomediterraneo.com Diario.
  • www.superdeporte.com Diario deportivo.

ENLACES RELACIONADOS CON EL CLUB:

 

 

Historial del Esport Club Granollers

 

 

 

DATOS GENERALES:

  • Nombre completo: Esport Club Granollers
  • Ciudad: Granollers 
  • Provincia: Barcelona
  • Comunidad Autónoma: Cataluña / Catalunya
  • Fecha de constitución: 15 de febrero de 1915
  • Fecha de federación: 1917

 

CAMBIOS DE NOMBRE:

  • Granollers Sport Club (1915-1939)
  • Club Deportivo Granollers (1939-1985)
  • Esport Club Granollers (1985- )

 

TÍTULOS NACIONALES:

1 Liga de Tercera División:

  • 1955/56

 

ESTADIO:

  • Nombre: Estadi Municipal del Carrer Girona
  • Año de inauguración: 2 de septiembre de 1922
  • Cambios de nombre:
  • Estadi Municipal del Carrer Girona (1922- )
  • Capacidad: 2.500 espectadores

OTROS ESTADIOS:

  • Campo del Gas (1913-1922)
  • Estadi Municipal del Carrer Girona (1922- )

 

TRAYECTORIA EN LIGA:

 

ESCUDOS DEL ESPORT CLUB GRANOLLERS. EVOLUCIÓN HISTÓRICA:

UNIFORMES DEL ESPORT CLUB GRANOLLERS. EVOLUCIÓN HISTÓRICA:

ORÍGENES DEL FÚTBOL EN GRANOLLERS:

Situado a unos treinta kilómetros al norte de Barcelona y capital de la comarca del Vallés Oriental, el municipio y ciudad de Granollers es una localidad que, con algo más de sesenta mil habitantes, reúne una importante cantidad de industrias que la convierten en un gran núcleo fabril destacando, en el aspecto social, la presencia de notables clubs deportivos y la gran atención que sus ciudadanos prestan a estas actividades en general.

En cuanto a los inicios del fútbol en Granollers, siendo practicado en los colegios pero careciendo de un club organizado, a principios de 1913 los amigos Alfredo Canals, Federico Maspons, Francisco Coma, José Parera y Jacinto Torrents decidieron constituir uno buscando entre la juventud local practicantes que se sumasen a la iniciativa para darle cuerpo. Hallados los entusiastas Salvador Mas y Agustín Torrelles, el 2 de marzo quedó constituido el Granollers Foot-ball Club siendo elegida una comisión formada por Antonio Canals como presidente y Federico Maspons como secretario la encargada de buscar un terreno de juego adecuado para desarrollar la actividad, encontrándose este en la denominada Era del Baster.

Solventados los problemas relacionados con la masa social y el campo, el 13 de abril quedó constituida su primera Junta Directiva oficial siendo Alfredo Canal elegido presidente, Francisco Coma vicepresidente, Fedrico Maspons secretario y Pedro Barangé tesorero, adquiriéndose unas camisetas de color blanco en el comercio local de Campmajó que, junto a unos pantalones blancos iban a ser su uniforme. Comoquiera que la Era del Baster tenía el suelo repleto de restos de ladrillo procedentes de la fábrica adjunta y las caídas entrañaban mucho peligro, mediante una suscripción popular se reunieron fondos para adecentar un terreno que había junto a la vía férrea y construir una pequeña tribuna dándose el nombre de Campo del Gas, inaugurándose dicho terreno el 4 de septiembre en encuentro entre el tercer equipo del F.C. Barcelona y el Gimnàstic, también barcelonés con victoria por 4-0 a favor de los primeros.

La marcha del club vallesano fue ascendente en los meses sucesivos protagonizando numerosos encuentros frente a clubs de su entorno y de la capital provincial, Barcelona, creándose una excelente fama entre sus vecinos, una situación del todo no idílica cuando a mitad de julio de 1914, tras ganarse un encuentro ante el Grup Sport Hostalrich por 1-2 en esta última localidad, diferencias insalvables de carácter social hicieron estallar por los aires todo lo conseguido. Constituido en los salones del Casino, el Granollers F.C. estaba basado sobre un remanente burgués y otro proletario que, a pesar de su comunión futbolística, resultaron irreconciliables pretendiendo los segundos ingresar en la Federación Catalana para competir oficialmente mientras que los primeros, no tan interesados, se opusieron radicalmente. Fruto de esta disputa el club entró en una profunda agonía cesando su actividad ante la falta de socios, quedando extinto poco después.

HISTORIA DEL CLUB:

1915 – 1920

Al iniciarse 1915, después de haber transcurrido algunos meses desde la implosión del Granollers F.C., algunos de sus socios como los hermanos Mas y Martí decidieron que había de pasarse página e iniciar un nuevo proyecto puesto que su ilusión por el fútbol era muy grande y lo pasado, pasado quedaba. Así pues, contando con la colaboración de varios exsocios del anterior club y nuevos aficionados que sentían gran atracción por la práctica atlética, el sábado 15 de febrero fue constituido el Granollers Sport Club quedando ese mismo día su Junta Directiva compuesta por Salvador Mas en la presidencia, Enrique Garrell como secretario, José Martí en el puesto de tesorero mientras Joaquín Martí era el único vocal.

Previamente acordado, para el estreno de la nueva sociedad se citó al día siguiente, domingo 16, en el Campo del Gas al tercer equipo del F.C. Badalona ganando los locales por 1-0 con tanto de Garrell. Decidido por todos los socios vestir camiseta y pantalón blancos como su antecesor y después de jugar varios encuentros observándose la buena marcha de la sociedad, el viernes 8 de agosto quedó definitivamente constituido el club eligiéndose una segunda directiva con Juan Carreras como presidente no siendo este el último paso en este sentido pues el 18 de diciembre llegó la tercera con Buenaventura Garrell en la presidencia, José Martí como vicepresidente, José Tió como tesorero, Enrique Garrell en el puesto de secretario y Salvador Mas como vicesecretario y contador, siendo vocales Ramón Xicota y Tomás Blanxart.

Usando como escudo el municipal laureado en su parte inferior y haciendo oficial su dedicación al sport atlético y al desarrollo físico de la juventud, el Granollers S.C. conquistó numerosos trofeos en 1916 consiguiendo a mediados de 1917, como era su pretensión inicial, quedar al fin inscrito en la Federación Catalana. Considerado como club de Tercera Categoría, gastos para afrontar los desplazamientos y un centenar apenas de socios, bajo la presidencia de José Mauri en 1918 hubo que incrementar la aportación de éstos coincidiendo en agosto de ese mismo año con la constitución del Centro de Deportes Granollers, una sociedad fomentada por el Círculo Católico local que, disponiendo de unos terrenos en la calle Sant Jaume, disponía de campo de fútbol, dos pistas de tenis, una de patinaje y una para ciclismo.

Invitado el Granollers S.C. para estrenar el recinto polideportivo del Centro de Deportes Granollers, el club blanco temeroso de perder su hegemonía declinó tal propuesta iniciándose una rivalidad que apenas duró pues, después de un para de años, la iniciativa polideportiva no prosperó y quedó disuelta.

1920 – 1930

Campeón de Tercera Categoría en 1919, 1920 y 1921 en unos tiempos donde los ascensos a un nivel superior se miraban con lupa, tras el acceso de Fernando Palau a la presidencia en 1920 se pensó construir un magnífico campo que dispusiera de tribuna cubierta y gradas alrededor de todo el recinto, consiguiéndose al cabo de los meses centrar su punto de mira en unos terrenos que había en la calle Girona. Negociada su compra y acabados de pagar bajo el mando del industrial y presidente Francisco de Palau Serra y Barber, para su inauguración se concertaron una serie de encuentros a disputar los días 2, 3 y 4 de septiembre de 1922 entre F.C. Barcelona, F.C. Martinenc, Tarrasa F.C. y el Granollers S.C., siendo el partido inaugural el que enfrentó a los locales con el F.C. Martinenc venciendo los de casa por 4-1 marcando el primer gol Joaquín Martí por parte de los vallesanos.

Con capacidad para diez mil localidades, duchas, kiosko de bebidas y zona de esparcimiento, el Campo de la calle Girona era uno de los mejores de Cataluña causando la admiración de todos los conjuntos y aficionados que allí acudían no siendo el único cambio a destacar pues, a nivel institucional, se retiró el escudo municipal adoptando uno nuevo, se permutó el pantalón blanco por uno negro y el 4 de enero de 1923, después de muchos años sin tenerlos, se aprobaron los primeros Estatutos de la sociedad siendo presentados un año después en el Gobierno Civil.

En el aspecto competitivo todavía se conquistó el Campeonato del Vallés en 1922 y 1923, pasándose en la temporada 23/24 al Campeonato de Promoción, torneo en el cual el club vallesano fue campeón provincial en las campañas 25/26 y 26/27. Sin embargo su carrera ascendente pronto se vio amenazada cuando, hacia 1926, surgió el profesionalismo y varias de sus figuras marcharon a otros clubs, tendencia que marcó su destino en lo sucesivo durante un buen tiempo hasta que, al término de la temporada 29/20, siendo presidente Silverio Botey, se logró el ascenso a Segunda Categoría Preferente.

1930 – 1940

Con algo más de doce mil habitantes al iniciarse la década de los años treinta, Granollers avanzaba en su proceso de industrialización y las fábricas asomaban en su horizonte. Con la ayuda del soporte económica y una masa social cada vez más numerosa, el club fue tercero en la campaña 31/32 consiguiendo en la sesión 32/33 proclamarse campeón de Segunda Categoría Preferente. Eran los tiempos de Juan Martí Batalla y con este paso de gigante se consiguió ascender a Primera Categoría donde se concentraban los más destacados clubs de Cataluña. Para el estreno de la temporada 33/34 hubo que plantar césped sobre el terreno de juego como era obligatorio, viéndose pasar por el Campo de la Calle Girona a los más destacados conjuntos de la élite regional concluyendo en sexto puesto.

En la campaña 34/35, con la creación por parte de la Federación Española de los Campeonatos Superregionales, F.C. Barcelona, C.D. Español, de Barcelona, Badalona E.C., C.D. Júpiter, de Barcelona, Gerona F.C. y Centro de Sports Sabadell F.C. pasaron a esta competición siendo reorganizada la Primera Categoría donde el Granollers S.C. tenía plaza. Sin rivales de enjundia que le hicieran sombra, el club vallesano conquistó las ediciones 34/35 precediendo a U.E. Sans y 35/35 por delante de la U.S. Sant Andreu, de Barcelona certificando su poder deportivo.

Catapultado para disputar el Campeonato Superregional donde, ahora sí, se iba a encontrar con la élite del fútbol catalán, el estallido de la Guerra Civil en julio de 1936 supuso un duro traspiés para este y resto de clubs catalanes y, por extensión, españoles, pudiéndose gracias a la situación más o menos controlada del territorio bajo mando de las tropas fieles a la II República, disputar el campeonato de la temporada 36/37 y la Liga Cataluña-Levante, conocida también como Copa del Mediterráneo con participación de cuatro clubs catalanes y otros cuatro valencianos. Con el temor de la guerra y sufrir sus desgarros, los vallesanos compitieron con honestidad siendo sorprendentemente cuartos por delante de Centro de Sports Sabadell F.C. y Badalona E.C., resultando más compleja su participación en la campaña 37/38 donde fue séptimo y penúltimo.

Confiscada la sociedad a principios de agosto de 1936 por los socios Ventura Garrell, Salvador Bosch y Tomás Rión, la administración del campo pasó al ayuntamiento quien se encargó de pagar a los jugadores mientras el club estuvo en activo, siendo el campo ocupado desde mitad de 1938 por tropas republicanas destacadas en la localidad.

Bombardeada la ciudad de Granollers en mayo de 1938 con varios centenares de víctimas, a partir de esta fecha la situación bélica en la región se fue complicando cada semana más hasta no poderse ejecutar el campeonato de la edición 38/39. Con la entrada de las tropas nacionales en la ciudad de Barcelona a finales de enero de 1939, la guerra prácticamente estaba terminada tomando el mando de Granollers poco después las nuevas autoridades. Purgada la directiva de personas no afines al nuevo Régimen como fue habitual en aquellos tiempos y siendo conscientes los nuevos gestores de que el fútbol era un vehículo idóneo para la reconciliación, el club vallesano quedó a principios de mayo perfectamente reorganizado con la salvedad de modificar su denominación que pasó a ser Club Deportivo Granollers anticipándose en más de un año a la Ley que prohibió usar extranjerismos.

Disputado un encuentro en casa a finales de mayo ante el F.C. Martinenc, el club se preparó a conciencia para participar en el campeonato de Primera Categoría de la temporada 39/40 donde, como rivales, estaban los grandes clubs regionales terminando en quinto puesto, plaza que, por designio de la Federación Española, le permitió entrar en uno de los cinco grupos en los que fue dividida la Segunda División de ese año. Ubicado en el Grupo III junto a clubs catalanes, valencianos y baleares su papel fue muy digno al quedar sexto igualado a puntos con clubs de mayor entidad, siendo la competición ganada por la U.D. Levante-Gimnástico, de Valencia, seguido de Centro de Sports Sabadell F.C., Gerona F.C., C.D. Castellón, C.D. Constancia, de Inca, C.D. Mallorca y Badalona E.C.

Jugaron aquel inolvidable campeonato en la división de plata los metas Zamora y Sala, los defensas Colomé, Vila, Saló, Martínez y Aranda, los centrocampistas Torres, Eugenio, Vaca y Bono y los delanteros Aylagas, Pueyo, Nicilá, Úbeda, Galvany y Albert entre otros.

1940 – 1950

Después de un irregular campeonato de Segunda División de posguerra en el que hubo hasta cinco grupos, la Federación Española optó por reducirlos dejándolos en tan solo dos con doce participantes cada uno. Con esta medida el C.D. Granollers perdió su plaza y regresó a Primera Regional donde, en la temporada 40/41, fue tercero tras Vich C.F. y C.D. San Andrés, de Barcelona clasificándose para disputar la fase de ascenso de Tercera División donde, mediante un sistema eliminatorio, se decidía qué club lograba un puesto para jugar en la categoría de plata. Los tres clubs catalanes más el balear C.D. Constancia, de Inca, quedaron ubicados en el mismo grupo siendo el ascenso para el club mallorquín, muy superior, que ganó todos los encuentros. En la campaña 41/42, todavía con un buen plantel, los vallesanos fueron cuartos consiguiendo, ya en la sesión 42/43, proclamarse campeón de la categoría.

Tras este brillante primer puesto el C.D. Granollers ascendió a Tercera División, una categoría que, precisamente para ese curso, fue ampliamente remodelada por la Federación Española suprimiendo su carácter eliminatorio y sustituyéndolo por un torneo con formato de Liga. Engalanado el Campo Municipal para la ocasión, el estreno se materializó en el Grupo IV formado íntegramente por clubs catalanes más el C.D. Mallorca, a la postre campeón, quedando los barceloneses séptimos clasificados. En la temporada 44/45 se pasó al Grupo V, también con catalanes más la presencia del valenciano Levante U.D., siendo en esta ocasión octavos mientras en la campaña 45/46, en el mismo grupo pero con todos catalanes, se concluyó en séptimo puesto.

Compuestos los grupos de Tercera División en esos tiempos por diez participantes, los campeonatos solían empezar a mediados de septiembre y finalizar en enero, por lo que el periodo entre este último mes y julio se solía cubrir con torneos regionales, campeonatos de aficionados y encuentros amistosos. En la edición 46/47 compitió en el Grupo VI siendo séptimo mientras que en la temporada 47/48 lo hizo en un Grupo V donde concurrieron hasta catorce sociedades. El C.D. Granollers, apurando una época exitosa, no pudo salvar la categoría en un mal año y decimocuarto y colista con pocos triunfos, descendió a Primera Regional. De nuevo en la máxima de las categorías regionales, sabiéndose de antemano que la Federación Española iba a modificar la Tercera División para el curso siguiente con más participantes, el conjunto barcelonés salió desde el principio a por una de las tres plazas adjudicadas al grupo catalán, logrando su objetivo y, con ello ascenso, al ser tercero tras C.D. Tortosa y C.D. Mataró.

De nuevo en la Tercera División nacional, el C.D. Granollers quedó emplazado en el Grupo III compuesto por clubs catalanes, valencianos y baleares siendo los desplazamientos muy costosos e incómodos por la gran cantidad de horas en autobús que requerían. Pese a ello, el equipo se esforzó y consiguió la permanencia quedando décimo.

1950 – 1960

Al inicio de los años cincuenta Granollers superaba los dieciséis mil habitantes y, habiendo dejado atrás casi por completo la agricultura, era ya un importante centro fabril. Esta riqueza se hacía notar en su club de fútbol más representativo compitiendo en una categoría tan exigente en todos los aspectos como era la Tercera División, pese a que todo no eran rosas. En la temporada 50/51 se pasó al Grupo III cohabitando catalanes y aragoneses quedando decimocuarto y eludiendo el descenso por los pelos recuperándose en la campaña 51/52 al ser séptimo mientras en la sesión 53/53 era noveno.

En la edición 53/54 el Grupo III fue destinado para los clubs catalanes y baleares resultando los vallesanos decimoséptimos en un mal torneo produciéndose en 1954 una gran remodelación en la Tercera División al promover la Federación Española la reagrupación por territoriales. El C.D. Granollers pasó al Grupo VI terminando sexto coincidiendo, además, con la permuta de su clásico pantalón negro lucido durante una treintena de años por uno azul, color que mantiene hasta la actualidad. Contando la Federación Catalana con dos grupos en la categoría, en la temporada 55/56 se participó en el Grupo VII proclamándose los vallesanos campeones un punto por delante del C.D. Tortosa, plaza que le permitió acceder a la Promoción de Ascenso a Segunda División. En esta fase, dentro de un grupo muy complicado, los de blanco quedaron octavos y colistas obteniendo tres victorias y un empate, siendo el ascenso directo a la división de plata para el Levante U.D.

En la campaña 56/57 el Grupo VI catalán contó con nada menos que veinticuatro participantes quienes protagonizaron un torneo interminable que se hizo eterno. Dentro de la igualdad predominante, el C.D. Granollers fue decimoquinto compitiendo en la sesión 57/58 en un grupo de veintidós participantes donde se alcanzó el decimotercero puesto. Reducidos los dos grupos catalanes de la categoría en 1958, el campeonato 58/59 pudo disputarse con una más sensata cantidad de dieciocho clubs, ocupando el club vallesano el decimoséptimo puesto. Agobiados por tan mala clasificación, en 1959 llegaron nuevos jugadores que dieron un excelente resultado concluyendo en tercer puesto y estando a un paso de poder promocionar.

1960 – 1970

Después de una década entera en Tercera División, el tercer nivel nacional de aquellos tiempos con un fútbol de calidad pero muy duro y físico a la vez, el C.D. Granollers afrontó la nueva década con la ilusión de continuar en la categoría y, si sonaba la campana, estar lo más alto posible. Tras ser decimocuarto y noveno en las temporadas 60/61 y 61/62 respectivamente, en 1962 José Camp relevó en la presidencia a José Boix Mogas, el gran presidente que durante algo más de diez años había sido el gran referente del club vallesano manteniéndolo en la categoría gracias a muchos sacrificios y horas de ocupación desvelándose tanto por jugadores como por la sociedad deportiva.

Con Camp en la presidencia, pese a la gran inversión que se hizo en la ficha de jugadores de cierto nivel por los que se apostó fuerte, los resultados no fueron todo lo positivos que se esperaba y séptimo en la campaña 62/63, en la edición 63/64 se ocupó el décimo puesto para ser noveno en la sesión 64/65. Al término de la temporada 65/66, después de ser decimosegundo en Liga, Camps dimitió de su cargo siendo sustituido por Juan Civit. Después de una discreta campaña 66/67 en la que repitió la decimosegunda plaza, en la sesión 67/68 el club barcelonés puso fin a su largo periplo por Tercera División al finalizar decimoquinto en un apretado torneo donde encajaron demasiados goles.

Sin sospecharlo si quiera, el C.D. Granollers estaba en las puertas de abrir un largo periodo de prolongada e inesperada ausencia del fútbol elitista que le separaría muchos años de la Categoría Nacional, emprendiendo en la temporada 68/69 una aventura que se esperaba corta pero se alargó demasiado. Desplazado a Regional Preferente, su estreno en esta categoría se resolvió finalizando decimotercero, mejorando ostensiblemente en la campaña 69/70 en la que se luchó con ahínco por regresar a Tercera División. Al final, segundo a cuatro puntos del C.D. Júpiter, de Barcelona que ascendió directamente, el sueño se desvaneció.

1970 – 1980

La década de los años setenta fue bien distinta de la anterior. Con una juventud más centrada en otras actividades, la afluencia de público al Campo Municipal empezó a disminuir, sobre todo a partir del segundo quinquenio en al cual el equipo fue de mal a peor. Aun así, sus inicios fueron prometedores pues en la temporada 70/71, tercero en Liga tras U.D. Lérida y U.D. Atlético Gramanet, a punto estuvo de promocionar. En las campañas 71/72 y 72/73, pese a sus esfuerzos, tuvo que contentarse con el séptimo puesto consiguiendo en la sesión 73/74 ser segundo a dos puntos del Centro de Deportes Manresa. Clasificado como aspirante para mediante la Promoción de Ascenso intentar alcanzar la Tercera División, en eliminatoria ante el Caudal Deportivo, de Mieres perdió todas sus opciones al ser derrotado 2-3 en casa y una semana más tarde, tras vencer con un gran esfuerzo 0-1 en la localidad asturiana, no superar los lanzamientos de penalti.

Tras este magnífico puesto la situación del club vallesano empezó a empeorar siendo décimo en la edición 74/75 y decimonoveno en la temporada 75/76 por lo que perdió la categoría descendiendo a Primera Regional, una categoría que no pisaba desde hacía muchos años. Recompuesta toda la plantilla en la campaña 76/77, con la llegada de nuevos jugadores el equipo pudo colocarse en el primer puesto obteniendo el ascenso a Regional Preferente al término de la temporada, disfrutando de una notable sesión 77/78 en la que fue tercero tras U.D. Olot y C.F. Vilafranca. Decimotercero en la temporada 78/79 y quinto en la campaña 79/80, la década se cerraba con un mal sabor de boca.

1980 – 1990

La crisis deportiva y social en la que se hallaba el C.D. Granollers se agudizó, más si cabe, a principios de los años ochenta. A la tradicional competencia que le ofrecía el balonmano con un club ganador de varias Ligas españolas e incluso algún que otro título internacional siendo uno de los más prestigiosos de España, se añadió el club de baloncesto, también en la Primera División nacional con un equipo repleto de estrellas. De moda tanto baloncesto como balonmano, el club de fútbol terminó decimoctavo la temporada 80/81 y descendió, por segunda vez en pocos años, a Primera Regional pero a consecuencia del ascenso del C.F. Reus Deportivo a Segunda División B, a última hora el club tarraconense le evitó tan amargo trago finalizando decimoprimero en la campaña 81/82 y segundo en la sesión 82/83, a un punto del Gerona C.F., por lo que ascendió a Tercera División bajo la presidencia ya de Miguel Donnay.

La Tercera División de los años ochenta era, desde 1977, el cuarto nivel nacional. Aterrizado en el Grupo V catalán, con ilusión se armó un equipo competitivo para la sesión 83/84 que terminó quinto a diez puntos de un inalcanzable Barcelona Aficionados siendo más discreta la edición 84/85 al ser noveno. El C.D. Granollers, que por estas fechas había y contaba con un exitoso equipo juvenil en la más alta de sus categorías, con la aportación de jóvenes valores de éste y del juvenil del F.C. Barcelona con el que se mantenían excelentes relaciones, pudo sobrevivir con acierto una época bastante complicada.

En 1985, con Donnay al frente, el club vallesano decidió cambiar su denominación pasando a Esport Club Granollers, resultando la temporada 85/86 la última de este presidente siendo séptimo y cerrando una etapa, al menos, fructífera. La campaña 86/87 fue otro cantar y, aunque se empezó fuerte, al final se tuvieron que contentar con la decimocuarta plaza, un puesto que no auguraba buenos presagios como se confirmó en la sesión 87/88 cuando vigésimo y último con problemas internos se descendió a Regional Preferente. El regreso a esta categoría trajo un octavo puesto en la edición 88/89 y una quinta plaza en el curso 89/90.

1990 – 2000

Comenzados los años noventa el E.C. Granollers seguía teniendo una gran base con el equipo juvenil que, junto a otros jugadores de fuera, posibilitaron ser subcampeón en la temporada 90/91 tras el C.E. Premiá. Clasificados para disputar al Promoción de Ascenso a Tercera División su oponente fue la U.E. Rubí ganando ambos encuentros; 1-3 en la ida y 2-0 en casa certificando el ascenso. El regreso a Tercera División, dentro del Grupo V catalán, fue como se esperaba terminando en octavo puesto en la campaña 91/92, siguiéndoles otras en la que el conjunto blanco no estuvo tan afortunado perdiendo algunos puestos. Así, de este modo se concluyó décimo en la sesión 92/93 y decimoséptimo en la edición 93/94 estando muy cerca del descenso, destino que se evitó con algo más de tranquilidad en las temporadas 94/95, decimosexto y 95/96, decimosegundo. En la campaña 96/97 con muy malos números y tan solo cinco victorias se concluyó en vigésimo y penúltimo puesto en un campeonato para olvidar perdiendo la categoría.

Convertido en un conjunto ascensor, en los siguientes años se intentó el ascenso a Tercera División, aunque sin éxito. El E.C. Granollers se hallaba en Primera Catalana, una categoría intermedia de reciente creación intermedia entre la Regional Preferente por debajo y la Tercera División por arriba. Decimoquinto en la temporada 97/98, la campaña 98/99 no fue mucho mejor quedando decimocuarto para cerrar la década repitiendo la misma plaza en la sesión 99/00.

2000 – 2010

El cambio de siglo se inició con Jesús Martos siguiendo como presidente de la Junta Directiva quien ya llevaba unos años de infructuosa lucha tratando de ascender a Tercera División. Decimotercero en la temporada 00/01, en la campaña 01/02 por fin se logró el ansiado ascenso al alcanzar el primer puesto, aunque empatado a puntos con el C.F. Vilanova. Era la recompensa a tanto tiempo de esfuerzo. El Grupo V catalán no se lo iba a poner fácil a los blancos pero a pesar de ello se obtuvo el decimoprimero puesto en la sesión 02/03 siendo, de largo, más provechosa la edición 03/04 cuando, sorprendentemente el equipo fue cuarto en Liga. Con esta plaza el club vallesano promocionó para tratar de ascender a Segunda División B aunque, como era de esperar, sin demasiada fortuna pues en Cuartos fue superado por la Ag.D. Mar Menor, de San Javier cayendo derrotado en casa por 1-2 y en la localidad murciana por 3-1.

Apartados del ascenso en la temporada 04/05 se obtuvo un notable octavo puesto deshaciéndose prácticamente la plantilla en la campaña 05/06 que repercutió en el rendimiento del conjunto blanco terminando vigésimo y colista perdiendo la categoría una vez más. El regreso a Primera Catalana, contrariamente a lo deseado, se prolongaría más de la cuenta pues los vallesanos, en la sesión 06/07 encadenaron un segundo descenso consecutivo, en esta ocasión a Regional Preferente tras finalizar decimoctavos. Quinto en la edición 07/08, el E.C. Granollers no pudo enmendar la plana en la temporada 08/09 al ser décimo mientras en la campaña 09/10 era noveno con unos presupuestos muy alejados de los disfrutados años antes y un Campo Municipal con pocos aficionados siguiendo a su equipo.

2010 – 2020

Terminando por llegar a tocar fondo, la segunda década del siglo XXI se inicia siguiendo en Regional Preferente, un sexto nivel a escala nacional que demuestra la gran crisis que asola al club blanco. Decimosegundo en la temporada 10/11, al término del curso la Federación Catalana crea un segundo grupo de Primera Catalana mientras los vallesanos siguen en Preferente, categoría de la que al fin salen una vez concluida la campaña 11/12. Decimocuarto en la sesión 12/13, en la edición 13/14 ascienden unos pocos peldaños hasta el sexto puesto, culminando la remontada en la temporada 14/15 cuando, después de ser segundos tras el C.E. Júpiter, de Barcelona, mediante Promoción ascienden a Tercera División tras eliminar al F.C. Santboiá.

La Tercera División sigue siendo un hueso para el club vallesano y, a base de luchar, en la campaña 15/16 se elude el descenso al quedar decimoséptimo. Tras cambiar a muchos jugadores, la apuesta de la sesión 16/17 aporta mejores resultados alcanzándose la octava plaza cayendo de nuevo, en la edición 17/18, al decimoséptimo puesto. Con la intención de tener continuidad en la categoría, en la temporada 18/19 se refuerza la plantilla y esta corresponde terminando décima.

 

Copyright Texto historiales LaFutbolteca.com

 

BIBLIOGRAFÍA Y HEMEROGRAFÍA:

  • Álbum Nacional de Fútbol. Ediciones Álvarez y López (1947).
  • Enciclopedia Fútbol 1950/51. Ángel Rodríguez y Francisco Narbona (1951).
  • Historia básica de los principales clubs de fútbol españoles. Vicent Masià Pous (2009).
  • Cent anys de l’Esport Club Granollers (1913-2013). Ajuntament de Granollers. Inma Juncà Rosell (2013).
  • Anuarios de la RFEF.
  • El Vallés Nou. Semanario.
  • Revista Literaria de Granollers. Semanario.
  • Renovació. Semanario.
  • La Gralla. Semanario.
  • La Comarca. Semanario.
  • La Opinión. Semanario.
  • Madrid-Sport. Semanario.
  • www.elmundodeportivo.es/hemeroteca Diario deportivo.
  • www.lavanguardia.es/hemeroteca Diario.
ENLACES RELACIONADOS CON EL CLUB:

 

 

 

 

 

Historial de La Felguera Siderúrgica Círculo Popular

 

 

 

DATOS GENERALES:

  • Nombre completo: La Felguera-Siderúrgica Círculo Popular
  • Ciudad: Langreo / Llangréu
  • Provincia: Asturias
  • Comunidad Autónoma: Principado de Asturias
  • Fecha de constitución: 1 de julio de 1961
  • Fecha de federación: 1 de julio de 1961

 

CAMBIOS DE NOMBRE:

  • Círculo Popular de La Felguera (1917-1953)
  • La Felguera-Siderúrgica Círculo Popular (1953-1961)

 

TÍTULOS NACIONALES:

4 Ligas de Tercera División:

  • 1945/46
  • 1952/53
  • 1958/59
  • 1960/61

 

ESTADIO:

  • Nombre: Estadio Municipal Nuevo Ganzábal
  • Año de inauguración: 6 de enero de 1922
  • Cambios de nombre:
  • Campo de La Barraca (1922-1961)
  • Estadio de Ganzábal (1961- )
  • Estadio Municipal Nuevo Ganzábal (2006-)
  • Capacidad: 4.024 espectadores

 

OTROS ESTADIOS:

  • Campo de Meriñán (1917-1922)
  • Campo de La Barraca (1922-1961)

 

TRAYECTORIA EN LIGA:

ESCUDOS DE LA FELGUERA-SIDERÚRGICA CIRCULO POPULAR. EVOLUCIÓN HISTÓRICA:

UNIFORMES DE LA FELGUERA-SIDERÚRGICA CÍRCULO POPULAR. EVOLUCIÓN HISTÓRICA:

ORÍGENES DEL FÚTBOL EN LANGREO:

El concejo asturiano de Langreo, situado al sureste de la capital provincial Oviedo, es un municipio de importante pasado minero donde, gracias a la extracción de carbón y hulla, se generaron una serie de industrias siderúrgicas, metalúrgicas, cerámicas y energéticas que situaron su población en cerca de setenta mil habitantes empezados los años sesenta. Desde la crisis minera originada en los años setenta, su población ha ido disminuyendo paulatinamente hasta situarse en alrededor de cuarenta mil habitantes estando el concejo dividido en seis distritos, separados unos de otros y bañados todos por el Río Nalón donde destaca la capital, La Felguera, con veinte mil vecinos, seguido de Sama de Langreo con algo más de diez mil y Riaño con cinco mil, no alcanzando dicha cifra Ciaño, Lada y Barros.

Prendida la mecha del fútbol en la cercana ciudad y capital provincial, Oviedo, desde principios del siglo XX, no tardó mucho esta disciplina deportiva en llegar a Langreo constituyéndose en el año 1905 por vecinos residentes en Sama y La Felguera el titulado Sama Foot-ball Club, sociedad que, durante su limitada carrera deportiva, adquirió renombre en el Principado enfrentándose a los principales clubs asturianos de la época y, sobre todo, a los equipos de aficionados que surgían en la comarca del Nalón. Con campo de fútbol indefinido durante sus primeros años de existencia, los prados del Nalón entre Sama y La Felguera fueron lugar habitual de juego, siendo recordados los encuentros que, con motivo de las fiestas dedicadas a San Lorenzo en agosto o de la vecina localidad de Pola de Laviana con ocasión de la Virgen del Otero se concertaban.

El Sama F.C. se mantuvo en pie hasta los primeros años diez decayendo su actividad en 1912, aunque no en el concejo puesto que en junio de 1913, gracias a la labor de José Nieto, un joven samense que estaba cursando sus estudios en el Real Colegio Alfonso XII de la madrileña localidad de San Lorenzo de El Escorial, quedó constituido el Racing Club Langreano siendo presidido por su buen amigo Manuel Fernández habilitando, como terreno de juego, un espacio junto al Río Nalón denominado Campo de los Llerones.

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El Racing Club Langreano, con sede en Sama y nacido como club ocasional que se reunía en sus primeros tiempos durante el periodo estival a causa de las obligaciones estudiantiles de sus miembros y vestía camiseta blanquiazul con pantalón blanco, en abril de 1915 dio un paso al frente y se registró oficialmente, siendo su evolución seguida por muchachos residentes en el núcleo de La Felguera quienes, ya en 1916, constituyeron el Sporting Club Felguerano vistiendo camiseta rojiblanca con pantalón azul y compartiendo juntos el Campo de los Llerones.

HISTORIA DEL CLUB:

1917 – 1920

Tras la constitución en fecha 9 de diciembre de 1915 de la Federación Regional Cantábrica de Clubs de Foot-ball con ámbito territorial en Asturias, el Racing Club Langreano se dio de alta para competir a nivel federado y quedó emplazado en Segunda Categoría alejado de los clubs ovetenses, gijoneses y de Avilés que dominaban el panorama regional. No obstante había mucha afición e ilusión contándose con un segundo equipo que militaba en la Tercera Categoría pero, para desgracia de los racinguistas, hacia 1917 todo empezó a rodar mal. A los problemas económicos se les sumaban las inundaciones puntuales del Campo de los Llerones por lo que, tras el verano de 1917, cesó su actividad en medio de una gran crisis.

El relevo lo tomaron otras sociedades con menos empuje para matar el gusanillo como el Sport Club Langreano y el Deportivo Langreano, de reciente constitución, pero quienes realmente rescataron el fútbol fueron parte de los socios del Círculo Popular, un casino con sede en La Felguera y gran dedicación a la cultura donde el arte y el deporte, iban unidos de la mano. Recientemente constituida una sección con vocación teatral, en 1917 algunos socios que militaban en el Sporting Club Felguerino junto a otros simpatizantes de este deporte pensaron por qué no hacer lo mismo pero con una sección de fútbol, quedando esta constituida como Sociedad Deportiva Círculo Popular. El nuevo club, que se formó con una quincena de miembros procedentes en su inmensa mayoría del Sporting Club Felguerino y unos pocos del desaparecido Racing Club Langreano, adoptó por colores los sportinguistas, rojiblancos para la camiseta y azul el pantalón, siendo su primer terreno el Campo de Meriñán donde actualmente se alza la fábrica de la empresa Bayer Hispania S.L.

Inscrita en la Federación Cantábrica y siendo considerado como de Tercera Categoría, el éxito de la S.D. Círculo Popular no fue en vano y en 1918, después de un año inactivo el fútbol en Sama, desde la Sociedad La Montera, dedicada entre otras actividades a la tauromaquia, surgió el Once Monterista, una sección futbolística que pretendió y consiguió recuperar dicha práctica en la localidad. Gracias a sus jugadores, en breve se recuperó y reorganizó el Racing Club Langreano y el 27 de julio de 1918, en plenas fiestas de Santiago, esta sociedad estrenaba el Campo de La Quintana. Nacía pues la rivalidad entre los clubs representativos de ambas localidades langreanas.

1920 – 1930

Con el inicio de la década de los años veinte el fútbol se popularizó en toda España y Langreo se convirtió, a menor escala, en un gran centro futbolístico con el nacimiento de una serie de clubs tanto infantiles como de jóvenes que, prácticamente, se extendía a todas sus localidades. De este modo en la capital del concejo, Sama, se constituyeron el Club Fortuna, el Asturias F.C., Español, Cavite, Invencible, Foco Deportivo y el Escolar de Cuesta de Arco, en la localidad de La Felguera el Cruz Blanca, Club Hispania, Deportivo Felguerino, Ku-Klux-Klan y Arenas, en Ciaño sociedades como Deportivo de La Nueva, el Ciaño F.C., Pelayo, Urraca, Victoria y Sport Club, formándose en Barros el Stadium y el Athletic Club, mientras que en Lada se constituyó el Estrella, en Tuilla el Deportivo Asturiano y en Peñarrubia el C.D. Peñarrubia.

En lo que respecta a Racing Club Langreano y S.D. Círculo Popular, por necesidades de aforo y mejora de sus instalaciones, ambos progresaron en sus respectivas carreras a principios de la década inaugurando en 1920 los racinguistas el nuevo Campo de Torre de los Reyes y el 6 de enero de 1922 los circulistas oficialmente el Campo de La Barraca, feudo levantado en el Barrio del Puente en septiembre de 1920 sobre unos terrenos donados por Florentino Cueto Felgueroso siendo presidente del club Leandro López. Casualmente ambos feudos reunían una capacidad para tres mil localidades. La contratación del jugador internacional Sesúmaga por parte de los racinguistas dio a este club un plus de calidad sobre los circulistas consiguiendo, al término de la temporada 22/23, ascender a la Serie A o Primera Categoría al proclamarse campeón.

Debutante en la élite regional durante la campaña 23/24, el Racing Club Langreano se estrenó con una magnífica tercera plaza por delante de clubs con mayor caché, para ser cuarto en la edición 24/25 al igual que en las sesiones 25/26 y 26/27. En la temporada 27/28, con una gran plantilla, los racinguistas dieron un paso más en sus aspiraciones conquistando el subcampeonato regional a cuatro puntos del Real Oviedo F.C., roto en 1928 cuando la Federación Asturiana, pendiente de la calidad de su primera categoría, redujo la Serie A drásticamente de seis participantes a cuatro con Promoción para resolver qué club descendía. Tercero en Liga, los blanquiazules se jugaron su futuro ante el C.D. Gijón, perdiendo la plaza al perder 3-1 en la localidad costera y empatar en casa 1-1. Mientras tanto, en inferioridad de condiciones respecto a los racinguistas al disponer de menor potencial, la S.D. Círculo Popular se tuvo que conformar con competir en la Serie B o Segunda Categoría presentando altibajos en la clasificación, pero sin opciones reales para tratar de ascender a la Serie A.

1930 – 1940 

Al comenzar los años treinta el fútbol langreano siguió al margen de la Primera Categoría compitiendo tanto la S.D. Círculo Popular como el Racing Club Langreano en el segundo nivel regional o Segunda Categoría. Así pues en la temporada 30/31 los racinguistas fueron terceros y los circulistas cuartos, en la campaña 31/32 los racinguistas terceros y quintos los circulistas mientras en la edición 32/33 los blanquiazules terceros y los rojiblancos sextos. Al alcanzarse la sesión 33/34 hubo un intenso duelo entre ambos clubs langreanos para ver quién de los dos se proclamaba campeón, yendo el título a parar a los racinguistas ante el desencanto de los circulistas, subcampeones.

En la temporada 34/35, a consecuencia de la creación de los Campeonatos Interregionales, los clubs hasta entonces militantes en Primera Categoría pasaron a formar parte de estas Ligas, siendo los hasta entonces clubs de Segunda Categoría ascendidos a dicho rango. Beneficiados los dos clubs langreanos, el Racing Club Langreano se proclamó campeón mientras los circulistas fueron terceros, coincidiendo el desarrollo de este torneo con una insurrección obrera frente a la autoridad del Estado en octubre de 1934 que, aplacada militarmente por el Ejército, dejó muchos muertos durante las dos semanas que se alargó.

Al estallar la Guerra Civil en julio de 1936 y quedar prácticamente todo el Principado de Asturias bajo el mando de las tropas republicanas aislado del resto de la península a excepción de un corredor que la unía a Cantabria, la región se convirtió en uno de los focos del frente bélico sufriendo Langreo bombardeos entre 1936 y 1937 por su poder industrial hasta que, pasado el verano de 1937, las tropas nacionales se hicieron con el control. Lejos de convertirse en una zona apaciguada como sucedió en otras partes donde se retomó, a cuentagotas, la actividad deportiva, en Langreo el fútbol debió esperar hasta mayo de 1939 para reorganizarse tras las oportunas purgas políticas creándose un nuevo club titulado Selección Langreana, de carácter temporal, con jugadores de pasado reciente tanto en el Racing Club Langreano como en la S.D. Círculo Popular.

A medida que fueron transcurriendo los meses de mayo y junio se especuló, y mucho, con que los dos clubs hasta entonces máximos representantes de Langreo se fusionaran en una misma sociedad más fuerte pero, la reactivación de estos clubs entre julio y agosto concertando cada uno por separado encuentros frente a otros rivales, frenó la iniciativa. Así y todo hasta octubre hubo voces que reclamaron la fusión, siendo esta totalmente descartada por los socios debido al inminente comienzo de la temporada y el deseo de caminar por separado. Participando ambos en el Campeonato Regional de la temporada 39/40 resultando terceros los racinguistas y quintos los circulistas quienes habían permutado su tradicional camisa partida rojiblanca por una a rayas verticales evitando, además, el descenso en un torneo donde, por causas mayores, no compitió el Oviedo F.C.

1940 – 1950

Concluida la guerra, el municipio de Langreo sumaba cuarenta y cinco mil habitantes y había mucho trabajo pendiente por hacer, tanto a nivel social, económico como, a menor escala, en el deporte. El torneo de Primera Regional, ausentes los grandes clubs asturianos al militar en Categoría Nacional, careció de la calidad de antaño siendo los racinguistas segundos mientras los circulistas eran cuartos entrando en vigor, coincidiendo con el 1 de enero de 1941, la nueva Ley que prohibía el uso de extranjerismos. No afectada la S.D. Círculo Popular, quien conservó su denominación, camino contrario emprendió el club de Sama quien adoptó el nombre de Club Deportivo Langreano, quedando a partir de entonces popularizado y reconocido como Club Langreano.

El la sesión 41/42, siendo presidente de los circulistas Ricardo Fernández Fernández, los felguerinos fueron terceros y los samenses segundos, consiguiendo ya en la edición 42/43 la S.D. Círculo Popular conquistar el título regional mientras los blanquiazules eran cuartos. Recién adoptada por la Federación Española la solución de implementar una Tercera División a nivel nacional con una serie de grupos agrupados por razones geográficas para potenciar el fútbol modesto, ambos clubs pasaron a formar parte de esta categoría estrenándose durante la edición 43/44 en el Grupo II asignado a la Federación Astur-Montañesa, siendo los blanquiazules octavos y los rojiblancos novenos. Aprovechando el estreno en dicha categoría, los circulistas presididos por Francisco Fernández Ganzábal remodelaron ampliamente el Campo de la Barraca pasando de tres mil a siete mil localidades, siendo distinta la temporada 44/45 al quedar los circulistas sextos con el hincapié de que, los samenses, décimos y colistas, debieron defender su plaza en una Promocion para evitar el descenso a Primera Regional.

En la campaña 45/46 la plantilla rojiblanca fue potenciada convenientemente para tratar de ascender a Segunda División, un reto que, para la directiva, parecía asequible a consecuencia del presupuesto y jugadores que se manejaban. El campeonato de Liga, quien da o quita razones, cumplió los pronósticos y los circulistas quedaron los primeros un punto por encima de la Real Sociedad Gimnástica de Torrelavega pero, clasificados para la Fase Intermedia, no sobrepasaron dicha eliminatoria al ser superados por el Club Baracaldo-Altos Hornos mientras detrás quedaban Sestao Sport Club, Arenas C.F., de Ferrol, Real Sociedad Gimnástica de Torrelavega y C.D. Tánagra, de Santander. Si brillante resultó esta temporada, mucho menos lo fue la edición 46/47 cuando los rojiblancos concluyeron séptimos mientras los blanquiazules eran décimos y colistas.

En el verano de 1947 Francisco Fernández Ganzábal puso fin a su histórico mandato y fue relevado en el cargo por Antonio Coto Álvarez quien, junto a su Junta Directiva, decidió en su primer año cambiar las rayas verticales de la camiseta por grandes cuadros rojiblancos en arlequín. Siguiendo militando en el Grupo II de Tercera División asignado a la Federación Astur-Montañesa, la S.D. Círculo Popular estuvo durante la temporada 47/48 en la misma tónica que el campeonato anterior terminando sexto, no así el Club Langreano quien, decimosegundo, perdió la categoría y descendió a Primera Regional. Modificados los grupos por la Federación Española en 1948, con la disputa de la campaña 48/49 los rojiblancos pasaron al Grupo I donde se dieron cita clubs asturianos, gallegos y leoneses alcanzándose la cuarta plaza mientras que en la edición 49/50, dándose cobertura también a los clubs cántabros, se concluyó en octavo puesto habiendo regresado el Club Langreano a la categoría para ser décimo.

1950 – 1960

Al iniciarse los años cincuenta la rivalidad entre felguerinos y samenses volvió al auge con dos clubs que, además de competir en el Grupo I, lo hacían entre sí mismos para ver quién llegaba más lejos. Superiores los rojiblancos en poder económico aunque no sobrados de dinero, los blanquiazules se tuvieron que esforzar en rendimiento, culminándose la temporada 50/51 con la sexta plaza para los circulistas y la octava para los samenses. Siendo ya presidente Vicente Sánchez Álvarez en sustitución de Antonio Coto, en la campaña 51/52 se permutaron los cuadros arlequinados por la clásica camiseta rojiblanca partida a dos mitades y se hizo un plantel de campanillas para tratar de acceder a la Segunda División, un objetivo que se veía posible dada la calidad de los jugadores, escapándose el ascenso por tan sólo dos puntos de diferencia en franca lucha con el Real Avilés C.F. quien se llevó el premio mientras los samenses era decimosegundos.

Entregada la directiva rojiblanca para obtener el ascenso, durante el verano de 1952 hubo rumores acerca de una probable fusión entre los máximos representantes de La Felguera y Sama respectivamente para conformar un nuevo club con más aspiración y solidez financiera pero, contrarias las aficiones a esta unión, todo quedó en saco roto. Frustrada la tentativa, durante la edición 52/53 se reforzaron cada uno de los puestos rojiblancos y, después de ganar diecisiete encuentros, empatar siete y perder seis, la S.D. Círculo Popular se hizo con el primer puesto de la Liga y su segundo título en la categoría con el añadido de que, tal plaza, le catapultaba directamente a Segunda División sin mediar Promoción alguna. Las calles de La Felguera, abarrotadas de aficionados y simpatizantes, se prepararon para recibir a su equipo que regresaba de Ponferrada exultante contrastando todo ello con un Club Langreano que concluyó décimo. Conseguido el ascenso, tanto ayuntamiento como empresas se volcaron con los circulistas aportando una ayuda económica extra que, además de bienvenida, deparó en un cambio de nombre de la sociedad que pasó a ser denominada La Felguera-Siderúrgica Círculo Popular, anteponiéndose el nombre de la localidad y principal actividad laboral al del nombre tradicional donde se había forjado.

Conseguido el ascenso el Campo de La Barraca fue convenientemente engalanado para debutar la temporada 53/54 en Segunda División, una categoría profesional que en aquellos tiempos constaba de dos grupos organizados por proximidad geográfica yendo los felguerinos a parar al Grupo I o Norte donde competían vascos, catalanes, gallegos, aragoneses, riojanos, asturianos, cántabros y leoneses. La plantilla dirigida por Florentino Sión se las vio y deseó para mantener su plaza pues, siendo decimotercero y evitando el descenso directo gracias a aventajar a la Real Sociedad Gimnástica de Torrelavega en el gol average, tuvo que disputar una Promoción de Permanencia junto a Caudal Deportivo, S.D. Ponferradina, U.D. Huesca y Gerona C.F. tras la cual quedó segundo y evitó lo peor. En la campaña 54/55, con Javier Granda Llanes en la presidencia, Jesús Barrio tomó el mando con un nuevo sistema competitivo donde sólo descendían los dos últimos clasificados de cada grupo. La Felguera-Siderúrgica C.P. anduvo más entonada y, séptima en Liga, ésta terminó siendo su mejor clasificación histórica.

En la edición 55/56 Juan Armenteros Pérez relevó a Javier Granda mientras Jesús Barrio siguió al frente del banquillo rojiblanco concluyendo en decimotercera plaza, pero lejos del descenso en cuestión de puntos, afrontándose la sesión 56/57 con optimismo al disponer de una plantilla experimentada no exenta de calidad y el técnico Luís Fernández «Campanal». A pesar de la lucha del equipo, el sistema competitivo con más plazas de descenso afectó al colectivo que concluyó decimoquinto, eludiéndose el descenso por dos puntos. A pesar de no tener opciones de ascenso y tratarse de un humilde club con problemas económicos para mantenerse entre la élite nacional, la afición felguerina apoyaba incesantemente a su club cada domingo viéndose el Campo de La Barraca siempre lleno.

Con tan fiel afición se encaró la temporada 57/58 contando con el técnico Óscar Álvarez y una plantilla de la que se esperaba un rendimiento similar al de años anteriores pero, según fueron transcurriendo las jornadas, el equipo no funcionaba. En la segunda vuelta Vicente Agraz tomó el relevo pero no hubo reacción, ocupándose al final del torneo la decimoctava y última plaza que le condenaba a perder la categoría. El descenso supuso un mazazo para la afición de un municipio que superaba los sesenta mil habitantes y estaba en el máximo esplendor de la industria siderúrgica, afrontándose la campaña 58/59 en el Grupo II de Tercera División participado íntegramente por clubs asturianos con cautela y resignación pero con el interés de reencontrarse con el Club Langreano, su rival histórico. Lejos de ser anodino, el torneo resultó un mano a mano entre felguerinos y Caudal Deportivo, muy superiores al resto que se resolvió favorablemente para los intereses rojiblancos gracias al gol average, suponiendo el tercer título en la categoría. Comoquiera que el primer puesto no llevaba aparejado el ascenso directo, La Felguera-Siderúrgica C.P. debió disputar la Promoción de Ascenso a Segunda División con tan mala fortuna de caer en Semifinales ante el C.D. Guecho; empate 2-2 en casa, empate 0-0 en la localidad vizcaína y disputa de un encuentro de desempate resuelto 2-4 a favor de los gualdinegros.

Después del fracaso y frustración, la edición 59/60 fue casi un calco de la anterior con los mismos protagonistas pero con la salvedad de que, a pesar de ser superiores al resto de participantes, el Caudal Deportivo aventajó en varios puntos a los langreanos. Segundo en la clasificación, los rojiblancos entraron en la Promoción de Ascenso enfrentándose en Cuartos al Arsenal C.F., de Ferrol, imponiéndose en casa por 4-2 mientras en la localidad gallega caían derrotados por 3-2. Clasificados para Semifinales, en esta fase la U.D. Salamanca los apeó después de ganar los rojiblancos en casa por un 3-o que parecía definitivo y, en la capital charra, sufrir un devastador 6-0.

Convertido en un club histórico, durante sus años de gloria en Segunda División pasaron por el club langreano con sede en La Felguera jugadores como Lucio, Basteiro, Chiarroni, Irureta, Trompi, Ruíz, Martín, Pinilla, Fábregas, Mendi, Castro, Noreña, Bellido, Adauto, Nicieza, Erdocia o Calleja ente muchos otros dejando una gran huella que todavía se recuerda en el municipio del Valle del Nalón.

1960 – 1961

Iniciados los años sesenta ambos clubs, Club Langreano y La Felguera-Siderúrgica Círculo Popular, tienen opciones reales de ascender a Segunda División, aunque el Círculo Popular se muestra más predispuesto consiguiendo en la temporada 60/61 ser campeón igualado a puntos con el Real Avilés C.F. mientras el Club Langreano es tercero. Disputada la Promoción el club circulista se estrellará en Semifinales ante el Albacete Balompié después de caer en casa por 1-2 y en la capital manchega por 1-0. Esta barrera deportiva no superada con éxito y el hecho de cexistir dos grandes clubs en Langreo como son el Club Langreano, de Sama y La Felguera-Siderúrgica C.P., de La Felguera, provoca que desde el consistorio, prensa y diversos foros se alcen voces en pos de la unificación del fútbol local y se reivindique la creación de una nueva entidad que agrupe a ambas aficiones disponiendo de suficiente fuerza para afrontar cualquier obstáculo. Formadas dos respectivas comisiones deportivas encargadas de agilizar los trámites, el acuerdo es prácticamente total y el 4 de julio de 1961, en la sede del ayuntamiento, se corrobora lo negociado constituyéndose la Unión Popular de Langreo, una nueva asociación que surge de las dos extintas escasos días antes por votación mediante respectivas Asambleas Extraordinarias que será presidida por el que fuera presidente circulista, José Antonio Coto Álvarez, mientras que la vicepresidencia recae en el expresidente samense, Honorino Montes Riera. El uniforme elegido es una mezcla de ambos clubs, siendo los colores camisa partida a dos mitades roja y azul con pantalón azul, mientras que el terreno de juego será el circulista de La Barraca, renombrado como Ganzábal, dotado con mejores prestaciones y aforo, hasta siete mil localidades, que el blanquiazul de La Torre de Los Reyes, con capacidad para sólo dos mil quinientos espectadores.

A principios de los años sesenta, el municipio de Langreo cuenta con un buen número de clubs que demuestran su pasión por el fútbol, entre ellos el Club Deportivo Tuilla, una asociación que reside en la parroquia del mismo nombre constituido en 1952 que viste camisa arlequinada blanquiazul con pantalón blanco y juega en el Campo del Candín, el Silka Langreano, conjunto radicado en Sama que disputa sus encuentros en el Campo de La Torre de los Reyes, el Duro Club de Fútbol, residente en La Felguera y que juega en el Estadio de Ganzábal, además del Barros Club de Fútbol, perteneciente a susodicho distrito que tiene como hogar el Campo de La Lariella. Otros clubs de la época, más modestos, son el Deportivo Nalón, de Lada y el Club Alcázar, de Sama.

Copyright Texto historiales LaFutbolteca.com

 

BIBLIOGRAFÍA Y HEMEROGRAFÍA:

  • Álbum Nacional de Fútbol. Ediciones Álvarez y López (1947).
  • Enciclopedia Fútbol 1950/51. Ángel Rodríguez y Francisco Narbona (1951).
  • El Racing Club Langreano (1915-1961). Historia de un club popular.  Editorial Luna de abajo. Francisco Palacios (1983).
  • Círculo Popular de La Felguera. Historia de un club muy popular. Fundación Marino Gutiérrez Suárez. Rebeca Orihuela Sancho (2004).
  • Historia básica de los principales clubs de fútbol españoles. Vicent Masià Pous (2009).
  • Anuarios de la RFEF.
  • Región. Diario de la mañana. Diario.
  • La Voz de Asturias. Diario.
  • Asturias. Revista gráfica.
  • www.elcomercio.es Diario.
  • www.marca.com Diario deportivo.
  • www.elmundodeportivo.es/hemeroteca Diario deportivo.

 

ENLACES EXTERNOS:

 

 

Historial del Real Deportivo Oriamendi – Gijón

 

 

 

DATOS GENERALES:

  • Nombre completo: Real Deportivo Oriamendi – Gijón
  • Ciudad: Gijón / Xixón
  • Provincia: Asturias
  • Comunidad Autónoma: Principado de Asturias
  • Fecha de constitución: 4 de marzo de 1928
  • Fecha de federación: 4 de marzo de 1928

 

CAMBIOS DE NOMBRE:

  • Club Gijón (1928-1939)
  • Real Deportivo Oriamendi – Gijón (1939-1944)
  • Real Oriamendi – Hispania (1944-1945)
  • Real Deportivo Gijonés (1945-1948)

 

TÍTULOS NACIONALES:

1 Campeonato de España de Aficionados:

  • 1930

 

ESTADIO:

 

 

 

 

 

 

 

  • Nombre: Estadio de los Hermanos Fresno
  • Inauguración: 9 de septiembre de 1941
  • Cambios de nombre:
  • Estadio de los Hermanos Fresno (1941-1948)
  • Capacidad: 3.000 espectadores

OTROS ESTADIOS:

  • Campo de La Campona (1928-1936)
  • Campo de Las Palmeras (1938-1941)
  • Estadio de los Hermanos Fresno (1941-1948)

TRAYECTORIA EN LIGA:

 

ESCUDOS DEL REAL DEPORTIVO ORIAMENDI – GIJÓN. EVOLUCIÓN HISTÓRICA:

UNIFORMES DEL REAL DEPORTIVO ORIAMENDI – GIJÓN. EVOLUCIÓN HISTÓRICA:

ORÍGENES DEL FÚTBOL EN GIJÓN:

Situado a orillas del Mar Cantábrico, el municipio asturiano de Gijón con algo más de doscientos setenta mil habitantes que lo convierten en el más poblado de Asturias en un importante enclave de gran pasado industrial dedicado a la siderurgia que cuenta, además, con una amplia red de servicios que la convierten en un gran centro comercial, cultural y de ocio. Dotada de puerto comercial, la ciudad cuenta también con una basta infraestructura universitaria.

Establecer la fecha de aparición exacta del fútbol en Gijón es ardua tarea pero sí es conocido que, a caballo entre el final del siglo XIX y principios del XX , fruto de las ocasionales estancias de marineros británicos cuyos barcos atracaban en el puerto local de El Musel, su práctica se llevó a cabo en la Playa de San Lorenzo. Sin embargo su implementación nada tuvo que ver con ciudadanos de otras tierras, sino con un joven burgués llamado Luis Adaro Porcel que cursó parte de sus estudios en Suiza y Alemania donde el fútbol era ya habitual. De regreso a su casa, Adaro, rodeado de un grupo de amistades, constituyó en 1902 el Gijón Sport Club, una sociedad polideportiva donde alrededor del fútbol giraba la práctica de otras disciplinas tan variadas como el pedestrismo, ciclismo, además de culturales de otra índole.

Presidido por José Suárez Sánchez y vistiendo como colores de gala el blanco para la camisa y pantalón combinados con el rojo en puños y cuello coincidiendo con los colores de la bandera local, el Gijón Sport Club fue evolucionando entre 1902 y 1903 concertando en este último año encuentros frente a clubs ovetenses siendo el primero registrado el que efectuó ante el Oviedo F.C. -conocido también como Foot-ball Club ovetense- el 17 de septiembre en el paraje de El Bibio con resultado de empate a cero tantos quedando, ya en diciembre, inscrito en el Registro Civil.

El fútbol no quedó reducido a la burguesía y, en estos primeros tiempos, gracias a la labor de los jesuitas paralelamente el Colegio de La Inmaculada se convirtió en un gran centro formativo desde donde un buen grupo de escolares formaban insignificantes equipos para matar el ocio y pasarlo bien. El trabajo del Gijón Sport Club, cada día más serio, le llevó a disputar encuentros frente a clubs gallegos y vascos que reunieron una buena cantidad de público y curiosos en la explanada de El Bibio, dejando impronta en otros jóvenes quienes, ya en 1904, dieron pie a la constitución de la Juventud Sportiva Gijonesa con los hermanos Julio y Óscar Bernaldo de Quirós al frente. Ataviados con camisa partida a dos mitades roja y blanca con pantalón blanco, de repente la ciudad empezó a contar con dos clubs perfectamente organizados que se batieron en frecuentes ocasiones, sobre todo a lo largo del periodo estival, naciendo una considerable rivalidad en la que se ponía en juego el honor de los contrincantes.

En 1905, arrastrados por los dos grandes clubs, surgieron más como La Recreativa, presidida por el gran aficionado Ángel Pardo y en el mes de julio el titulado Sporting Gijonés, una sociedad fogueada en la Playa de San Lorenzo cuya primera junta directiva quedó compuesta por Conrado Pineda como presidente, Loyola Zoreda como secretario y Anselmo López en el puesto de secretario siendo vocales los hermanos Óscar y Manuel Muñiz. El fútbol fue tomando forma y convirtiéndose cada vez más en frecuentes los encuentros llegándose, en ocasiones, a unir fuerzas sportivistas y sportinguistas frente al todopoderoso Gijón Sport Club. A resultas de uno de estos lances ocurridos durante los carnavales de 1906 en el que los sportistas fueron derrotados por uno de estos combinados, el Gijón S.C. entró en una profunda decadencia que le condujo a la desaparición ese mismo año, quedando el camino despejado para que la Juventud Sportiva Gijonesa adquiriera la supremacía.

Quiso el destino que no fuera así porque, en julio de 1907, a resultas de la excelente relación de amistad que había entre distintos futbolistas del Sporting Gijonés, Juventud Sportiva Gijonesa y La Recreativa, quedó constituido el denominado Sporting Club Gijonés siendo su primera directiva la formada por Anselmo López como presidente, Julio Bernaldo de Quirós como secretario y vocales César Cadavieco, Ángel Pardo y Ángel López viéndose acompañados entre otros por el sportivista José Morilla, los hermanos Pineda, los también hermanos Óscar y Manuel Muñiz teniendo como terreno de juego el Campo de La Matona.

El nacimiento del Sporting Club Gijonés, cuyo encuentro de debut fue en la localidad de Langreo ante el Sama F.C. jugando más tarde el 18 de agosto en la capital regional ante el Sporting Ovetense en el Campo de Maniobras, provocó entre 1908 y 1910 la constitución de otras sociedades de menor rango y jerarquía, pero también importantes para el despliegue de este juego como El Balón y el conjunto de La Bella Sportiva, ambos en 1908, el titulado Porvenir de la Juventud, el Cruz Blanca, el Shooting y el Sport Goal, formados en su mayoría por jóvenes burgueses que habían estudiado en el Reino Unido disputando sus primeros encuentros en las planicie de la Playa de San Lorenzo.

En febrero de 1909 nació el Club Sportivo Gijonés, conocido también como Club Deportivo Gijonés y en el año 1910 el Gijón Foot-ball Club, fundado en abril y presidido por Agustín Lantero con importantes futbolistas locales de la época y la pretensión, más tarde frustrada, de poder desbancar al Sporting Club Gijonés. Igualmente en 1910 y con el mismo deseo quedaron constituidos el Gijón Sportivo y el renacido Gijón Sport Club en fecha 18 de octubre, una sociedad presidida por Victoriano Sánchez que, empleando la misma denominación de aquella pretérita extinguida en 1906, vino a ocupar la vertiente multideportiva que tan gran hueco había originado. Este club se convirtió por actividad y en entusiasmo en el más importante de la ciudad siendo rara la semana en la que no organizaba algún acto hasta que, avanzado 1911 disminuyó enormemente su ritmo.

La decadencia en la que entraron Gijón Sport Club y la Juventud Sportiva Gijonesa contrastaron con el despegue deportivo del Sporting Club Gijonés quien, sin rivales de enjundia en el horizonte salvo el C.D. Gijonés y el Gijón F.C., ambos a gran distancia, se erigió en el más importante de todos y, tiempo después, en el de toda Asturias. Desde el Campo de La Guía, el 26 de agosto de 1912 recibieron el título honorífico de «Real» por parte de S.M. El Rey D. Alfonso XIII adoptando la denominación de Real Club Sporting Gijonés, siendo este paso definitivo para sumar en sus filas a jugadores y socios de la Juventud Sportiva Gijonesa primero y, hacia 1914, de parte de los hasta entonces directivos del recién desaparecido Gijón Sport Club.

El que fuera alma mater del Real Club Sporting Gijonés, Anselmo López, fundó el 13 de diciembre de 1914 la Federación Asturiana de Clubs de Foot-ball organizándose en lo sucesivo los primeros campeonatos regionales pasando en 1915 los sportinguistas a jugar en el Campo de El Molinón, un recinto que previamente ya habían empleado otros clubs como El Balón y La Bella Sportiva desde 1908. Con Fernando Fernández en la presidencia, los rojiblancos adoptaron en 1916 el nombre de Real Sporting de Gijón, surgiendo en la ciudad otras sociedades que empezaban a disponer de buenos jugadores.

Una de ellas fue el Club Fortuna Gijón, sociedad que vestía camiseta blanquinegra con pantalón negro y tenía su sede en la barriada histórica de Ceares disponiendo de un terreno de juego conocido como Campo de La Campona, tomando impulso otras como el Racing Club Gijonés, modesto club que, pese a sus limitaciones, solía presentar aguerridos combinados. En 1917, para crecer en lo deportivo y optar a competir en el Campeonato Regional, las directivas de Racing Club Gijonés y Club Deportivo Gijonés establecieron negociaciones para fusionar ambas sociedades y crear una nueva que tuviera opciones de llegar lejos. A esta inteligencia de intereses se la denominó Unión Deportivo-Racing, teniendo como colores camiseta gualdinegra con pantalón negro mientras que, como terreno de juego, se utilizó el flamante Campo de Viesques que disponía de tribuna cubierta.

La Unión Deportivo-Racing consiguió en la temporada 18/19 competir en un Campeonato Regional que resultó desastroso con la retirada de varios clubs y ser tercero en la campaña 19/20 inaugurando la década de los años veinte con un magnífico subcampeonato tras el Real Sporting de Gijón. Nuevamente subcampeón en la sesión 21/22, en la temporada 22/23 retrocedió hasta la cuarta plaza, terminando quinto en la siguiente campaña 23/24 u quinto en la sesión 24/25. Fijo en las composiciones de la Primera Categoría asturiana, el Unión Deportivo-Racing supo mantenerse en la élite regional con gran acierto superando los momentos de flaqueza a los que fue sometido por el cada vez más presente profesionalismo, compartiendo en la temporada 25/26 campeonato con otros clubs gijoneses como el Club Fortuna Gijón, subcampeón tras el Sporting y el Real Athletic Club de Gijón, una sociedad constituida apenas unos años antes con ganas de dejar también huella en el Principado que se uniformaba con camiseta azulgrana y pantalón negro.

En la campaña 26/27 el Club Fortuna Gijón repitió subcampeonato precedido nuevamente por los sportinguistas, sin rival en la región, ocupando los racinguistas la sexta plaza mientras el Cimadevilla F.C., un club igualmente gijonés que vistió camiseta azul con pantalón blanco era séptimo y el Real Athletic Club de Gijón octavo en un torneo que, más de Asturias pareció de Gijón. En la sesión 27/28 el Campeonato Regional fue reducido de ocho a seis participantes desapareciendo de este el Cimadevilla F.C. y los atléticos, no participando el Real Sporting de Gijón por lo que el camino quedó expedito para el Real Oviedo F.C. En cuanto a los clubs gijoneses, los racinguistas fueron cuartos mientras los fortunistas de Ceares quintos.

HISTORIA DEL CLUB:

1928 – 1930

Concluido a finales de febrero el Campeonato Regional asturiano de la temporada 27/28 en el cual el Unión Deportivo-Racing había sido cuarto y el Club Fortuna Gijón quinto con apenas dos puntos de diferencia, consumando una forzada amistad y una obligada necesidad de unir sus hasta entonces respectivos caminos en un nuevo proyecto, el domingo 4 de marzo ambos clubs rubricaron la fusión de las dos sociedades tras un frustrado intento anterior a principios de febrero para constituir el titulado como Club Gijón. Bajo el lema de la unión hace la fuerza, con esta empresa se pretendió dar un salto hacia adelante, no por cuestiones económicas, sino básicamente deportivas puesto que ninguno de los dos presentaba problemas financieros pero, por separado, sí de índole cualitativa.

Decidido por ambas directivas en la negociación emplear como terreno de juego el Campo de La Campona perteneciente a los fortunistas, hasta allí se desmontó y llevó la tribuna y cerramiento existentes en el Campo de Viesques perteneciente a los racinguistas, escogiéndose como escudo el municipal con los colores del club que, de partida, fueron rojo para la camiseta y azul el pantalón. Con la ilusión de un recién constituido, el Club Gijón se estrenó en el Campeonato Regional de la temporada 28/29 con menos acierto del esperado siendo cuarto y colista, por lo que tuvo que defender su plaza ante el aspirante Racing Club Langreano con el que perdió en la ida 3-1 y empató en casa 1-1 perdiendo la categoría. Asuntos federativos revocaron lo sucedido y el Club Gijón pudo continuar entre la élite asturiana en la campaña 29/30 terminando cuarto y colista en un campeonato cerrado para el resto de clubs asturianos.

1930 – 1940

Al iniciarse la década de los años treinta el Club Gijón era una de las cuatro mejores sociedades que había en Asturias tras el Real Sporting de Gijón, Real Oviedo F.C. y Stadium Club Avilesino. Con plaza en Primera Categoría, su presencia en el Campeonato Regional se solventó con el tercer puesto empatado a puntos con los carballones participando, posteriormente, en el Grupo I de Tercera División para tratar de ascender a Segunda División donde careció de fortuna siendo cuarto en un grupo de ocho candidatos con clubs castellano-leoneses, gallegos y asturianos. Sin embargo su mayor logro llegó en el Campeonato de España Amateur plantándose en la Final del día 1 de junio de 1930 donde, en el barcelonés Estadio de Montjuïch, se impuso 3-2 al Hércules F.C., de Alicante, conquistando su único título nacional con un equipo formado por Bohua, Baldomero, Panera, Ovidio, Sirio, Adelino, Jaime, Avilesu, Vallejo, Chico y Ordiales.

En la temporada 31/32 el Campeonato Regional fue ampliado a seis participantes siendo el papel de los gijonistas decepcionante al quedar en sexto puesto igualado a puntos con la S.D. Eclipse, de Santander, siéndole con ello cerrada la puerta para acceder al torneo de Tercera División. En la campaña 32/33 el Campeonato Regional volvió nuevamente al formato de cuatro concursantes pasando por el Campo de La Campona lo más destacado del panorama asturiano siendo los gijonistas terceros con muy malos números. El club gijonista sufría para mantenerse en la élite regional ante el ímpetu de sus competidores siendo dramática la sesión 33/34 en la cual, quinto y último, tuvo que defender su plaza ante el aspirante langreano S.D. Círculo Popular, de La Felguera con el que perdió 2-3 en casa, al que venció luego 0-1 en la vuelta, precisando de un tercer encuentro resuelto 2-1 favorablemente para los circulistas que les apeó de Primera Categoría.

Tras la debacle el Club Gijón cambió su tradicional pantalón azul por uno blanco pero siguió compitiendo en una Primera Regional que ya no era el primer nivel sino el segundo al pasar los mejores clubs asturianos a competir en el Campeonato Superregional. Aun así el conjunto rojillo no consiguió levantar la cabeza y terminó la edición 34/35 quinto y último consiguiendo, ya en la temporada 35/36, enderezar el rumbo con Francisco Lobato en la presidencia al ser primero. Lo que se prometía una interesante campaña 36/37 en el Campeonato Superregional pronto quedó borrada ante el estallido de la Guerra Civil en julio de 1936 empuñando en poco tiempo las armas con las manos en lugar de patear la pelota con los pies.

Fracasada la sublevación militar en la ciudad y fiel ésta a la República, a consecuencia de ser su puerto el primero de España en exportación de carbón y posible punto para la entrada de ayuda exterior, Gijón fue sometido a constantes bombardeos desde tierra y mar accediendo las tropas nacionales el 21 de octubre de 1937, fecha tras la cual fueron ocupadas todas las plazas clave tomando los vencedores el mando.

Con el paso del tiempo y la apertura de un cierto periodo de pacificación, la actividad volvió a una aparente normalidad surgiendo a principios de 1938 las primeras iniciativas deportivas donde el fútbol era una de ellas, sino la principal. Esta relajación permitió en febrero la constitución del Real Deportivo Oriamendi, un club integrado exclusivamente por jóvenes miembros del aparato militar del Partido Tradicionalista que, entre abril y mayo, organizó un torneo con su mismo nombre donde se dieron cita varios clubs de la localidad. Apoyado por las autoridades del nuevo régimen, la importancia del club tradicionalista fue en constante incremento y, ya en verano, fue invitado a participar en la titulada Copa Covadonga, un torneo organizado por la Federación Asturiana a disputar entre junio y septiembre donde participaron el Betis Club Gijonés, el Juventud y el Parque de Artillería, todos de Gijón junto a los ovetenses Cardín F.C., S.E.U. de Oviedo y el equipo de las Organizaciones Juveniles, de Falange.

Tomando como terreno de juego el Campo de La Florida, compartido con otros clubs, el Real Deportivo Oriamendi que vestía camiseta roja con pantalón azul tomando los de la Selección Nacional, presidido por Severino Cadavieco fue incorporando destacados jugadores durante los primeros meses de 1939 y sumando encuentros hasta crear un buen equipo convirtiéndose, sobre el césped, prácticamente en el segundo club en importancia tras el Sporting Club de Gijón aunque dicho trato correspondía, por categoría, al Club Gijón. Con plaza en Primera Categoría ganada deportivamente antes de la guerra, el Club Gijón hizo su reaparición en abril tras rehabilitar su Campo de Vista Alegre, preparándose concienzudamente para competir en el Campeonato Regional que se estaba programando para octubre.

La coexistencia de Sporting Club de Gijón, Club Gijón y Real Deportivo Oriamendi supuso un problema para las autoridades locales y, en segundo término, para la buena marcha de la Federación Asturiana que preveía un Campeonato Regional con sólo seis participantes ante la ausencia por causa mayor del Oviedo F.C. Reclamado con insistencia por parte de las autoridades gijonesas el concurso del nuevo conjunto tradicionalista en la élite regional y no teniendo éste plaza en Primera Categoría al ser de reciente constitución, para cumplir con el Reglamento federativo nada más empezar agosto la Federación Asturiana aprobó la fusión entre el Club Gijón del que era presidente Francisco Lobeto Lobo y el Real Deportivo Oriamendi de modo que, con el nombre de Real Deportivo Oriamendi – Gijón y la plaza del primero, siguiendo con la camiseta roja que ambos compartían y el tradicional pantalón blanco del Club Gijón, se consiguió resolver el problema siendo designado presidente el tradicionalista Severino Cadavieco González mientras la vicepresidencia quedaba en manos del gijonista Francisco Lobato.

Reforzado con la unión al contar con jugadores profesionales y reimpulsado tras el acuerdo, el Real Deportivo Oriamendi-Gijón resultó cuarto en el Campeonato Regional de la temporada 39/40 consiguiendo, desde los despachos al igual que sucedió con el Stadium Club Avilesino, obtener una plaza en Segunda División por delante de Stadium Ovetense y Racing Club Langreano, segundo y tercero respectivamente, ante las protestas justificadas especialmente de este último. Reforzada la plantilla tradicionalista para estrenarse en la categoría de plata, denegado el uso del Estadio de El Molinón tuvo que conformarse con la cesión del Campo de Las Palmeras, compitiendo el en Grupo I donde participaron C.D. La Coruña, finalmente campeón, Racing Club de Ferrol, U.D. Salamanca, Valladolid Deportivo, el mencionado Stadium Club Avilesino y C.D. Torrelavega.

Con un más que aceptable plantel, los rojillos terminaron cuartos en Liga teniendo la satisfacción de haber derrotado a los sportinguistas 1-2 en El Molinón aunque fueron posteriormente vencidos por los rojiblancos en Las Palmeras por 0-2, sumando importantes victorias frente a clubs de notable historial. Concluido el torneo la Federación Española estableció para la siguiente campaña 40/41 un nuevo formato en Segunda División con sólo dos grupos donde los tradicionalistas quedaron apartados mientras los avilesinos fueron incluidos pese a haber terminado séptimos, un paso que resultó definitivo pues en lo sucesivo los gijoneses fueron a menos. Durante este curso entre la élite jugaron, entre otros Rubio, Manfredo, Quirós, Cervigón, Tamargo, Pachu, Piñera, Díaz, Barrios, Doloraga y José Mari.

1940 – 1948

Tercero en Primera Regional concluida la campaña 40/41 tras Club Langreano y Real Juvencia Fábrica de Trubia, los rojillos no pudieron colarse entre las dos primeras plazas que daban derecho a participar en el torneo de Tercera División para ver qué club ascendía a Segunda División, objetivo que tampoco se logró en la sesión 41/42 cuando, primero en Liga con un punto de ventaja sobre el Club Langreano, estos consiguieron plaza para la Promoción al imponerse 0-2 ante los oriamendistas en la Final. Coincidiendo con la disputa de este torneo y dado que el Campo de Las Palmeras había registrado varios accidentes con desprendimiento de la tribuna incluido, la directiva inició en 1940 la búsqueda de un nuevo recinto encontrando uno idóneo en la zona del Llano que, después de varios meses de intenso trabajo, fue inaugurado el 9 de septiembre de 1941 en el primer encuentro de Liga bajo el título de Estadio de los Hermanos Fresno. En la edición 42/43 el Real Deportivo Oriamendi-Gijón terminó segundo tras un inalcanzable S.D. Círculo Popular, de Langreo accediendo a la Fase Eliminatoria interregional con los clubs de la zona cántabra donde fue cuarto.

En la temporada 43/44 el fútbol gijonés experimentó un gran éxito con el ascenso a Primera División del desde 1941 denominado Real Gijón por primera vez en su historia al haberse proclamado campeón de grupo único de Segunda División, compitiendo el Real Deportivo Oriamendi-Gijón en el Grupo II de Tercera División, una categoría recientemente redefinida como Campeonato de Liga en lugar de torneo eliminatorio como hasta entonces, donde finalizó segundo brillantemente tras el Real Santander S.D. estando a un paso de clasificarse para disputar la Promoción de Ascenso a Segunda División. Paralelamente a estos hechos, el Club Hispania, una sociedad perteneciente a la barriada del Llano constituida en 1928 que venía jugando en el Campo de Las Palmeras y vestía camiseta blanquiazul con pantalón blanco, se proclamó campeón de Primera Categoría, pensándose desde el Real Gijón en la conveniencia de disponer de un club filial donde foguear a futuros jugadores que se incorporan a la primera plantilla.

Dicho y hecho, la directiva oriamendista que venía manteniendo excelentes relaciones con el Real Gijón proporcionándole jugadores y sus homónimos del Club Hispania alcanzaron en 1994 un acuerdo para fusionar ambos clubs, desapareciendo los hispanistas que quedaron integrados en el club rojillo adoptando este la nueva denominación de Real Oriamendi-Hispania. Como consecuencia del pacto se abandonaron los colores primitivos y adoptaron los del Real Gijón, camisa rojiblanca con pantalón azul, accediendo a la presidencia oriamendista Francisco Lobato. Mientras esto ocurría, el Real Oriamendi-Hispania compitió durante la campaña 44/45 en el Grupo II perteneciente a la Federación Astur-Montañesa terminando en cuarto puesto, teniendo ya disponible para la sesión 45/46 el Campo de los Hermanos Fresno, un flamante recinto que estreno ya bajo la nueva denominación de Real Deportivo Gijonés siendo sexto.

Tercero en la Liga 46/47 precedido por C.D. Fábrica Nacional de Palencia y Cultural y Deportiva Leonesa estando nuevamente a un paso de disputar la Fase de Ascenso a Segunda división y octavo en la temporada 47/48, coincidiendo con el descenso del Real Gijón a Segunda División el que hasta la fecha había sido el segundo club en importancia dentro de la ciudad se desmoronó como un castillo de naipes pues, al renunciar el Real Gijón a seguir manteniendo el vínculo de filialidad por graves problemas económicos alegando unos costes próximos a ochocientas mil pesetas al año y ser incierto su futuro en una categoría tan exigente como la Tercera División, perdida su anterior influencia sobre las autoridades locales y pendiente una hipoteca a pagar sobre el Campo de los Hermanos Fresno, la directiva tradicionalista encabezada por Ramón Gómez Lozana tomó la inevitable decisión de liquidar la sociedad. No fue la única decisión dramática y definitiva en este sentido y otro club también filial del Real Gijón pero con jugadores más jóvenes, el Olimpia Gijonés que competía en Primera Regional y vestía igualmente camisa rojiblanca con pantalón azul , corrió la misma suerte y sin financiación tuvo que suspender su actividad.

Dividido el Real Deportivo Gijonés entre socios tradicionalistas, hispanistas con sede en el barrio del Llano sin ideología manifiesta y antiguos del primitivo Club Gijón, en el verano de 1948 quedó constituido de sus restos el nuevo Club Hispania presidido por Luis Suárez Díaz, siendo la sociedad considerada como de Primera Categoría y ésta la división desde la que inició su carrera en la sesión 48/49. Posteriormente, a mitad de los años cincuenta y bajo la presidencia del Real Gijón por parte de Eustaquio González Campomanes, el Campo de los Hermanos Fresno fue adquirido por esta el club gijonés más representativo para albergar allí a sus categorías inferiores.

Copyright Texto historiales LaFutbolteca.com

BIBLIOGRAFÍA Y HEMEROGRAFÍA:

  • Álbum Nacional de Fútbol. Ediciones Álvarez y López (1947).
  • Enciclopedia Fútbol 1950/51. Ángel Rodríguez y Francisco Narbona (1951).
  • Real Sporting de Gijón: 75 años de historia. Daniel Arbesú Suárez. Ed. Revista Real Sporting (1980).
  • 100 años del Real Sporting de Gijón. Alberto Díaz Gutiérrez. Editorial Nobel (2005).
  • Historia básica de los principales clubs de fútbol españoles. Vicent Masià Pous (2009).
  • Anuarios de la RFEF.
  • Arte y Sport. Publicación decenal.
  • El Independiente. Diario.
  • Asturias. Revista gráfica.
  • La Nueva España. Diario.
  • Cultura e Higiene. Semanario.
  • www.elmundodeportivo.es/hemeroteca Diario deportivo.
  • www.lavanguardia.es/hemeroteca Diario.

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